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Cine

Pennywise: el terror es Eso (II)

El director Andy Muschietti, la productora Bárbara Muschietti, el actor James McAvoy y el artista conceptual y diseñador de criaturas Vincent Proce detallan su trabajo en 'It: Capítulo 2'

Javier Botet, sentado -abajo-, rodeado por parte del reparto (James McAvoy, Jessica Chastain o Bill Hadder) de 'It: Capítulo 2' durante el rodaje del filme. lp

El pasado 6 de septiembre se estrenó It: Capítulo 2 ( It: Chapter 2, Andy Muschietti, 2019). Curiosamente, un día antes se reestrenó It (Andy Muschietti, 2017), y en poco menos de un mes el Príncipe Payaso del Crimen regresa por todo lo alto con Joker (Todd Phillips, 2019). Así que estamos ante un año en el que la industria cinematográfica está indiscutiblemente dominada por payasos.

De entre este especial, la realización de esta segunda parte sobre It: Capítulo 2 se antojó la más compleja por una mezcla entre el increíble grado de secretismo de los productores de Warner Bros, que superó con creces el de Predator ( The Predator, Shane Black, 2018) y el desafío personal por eludir los lugares comunes. En este artículo están de regreso casi todos los participantes de la primera entrega de este serial, Pennywise: El terror es Eso (I): el director Andy Muschietti, la productora Bárbara Muschietti, el actor Javier Botet y el maquillador, también de efectos, Sean Sansom. A estos se suman el artista conceptual Kyle Brown, el artista conceptual y diseñador de criaturas Vincent Proce, y el actor James McAvoy.

Es precisamente con este último y prestigioso intérprete con quien empezamos, porque no deja de resultar irónico que sea el protagonista de esta cinta cuando su reciente papel en Glass (M. Night Shyamalan, 2019) era el de un monstruo sobrenatural con cierto regusto por comerse menores de edad. Sorprendentemente esta era su opinión sobre uno de los libros más famosos de King. "Leí It", explica McAvoy, "cuando era muy joven y me gustó, pero... Para ser sincero no me asustó en absoluto, ni siquiera me inquietó. Para meterme en el papel de Bill lo releí de nuevo y sí empecé a soñar con lo que representa Pennywise. Pensar en lo que sería ese payaso cerca de ti o en tu cama era jodidamente aterrador".

Superproducción

Tras su evidente regreso en una producción más ambiciosa, el que se sentía como un niño con zapatos nuevos era el director. "En It 2", cuenta Andy Muschietti, "básicamente usé todos los juguetes que quise y no me faltó nada. Y eso creo que se ve claramente en la película, lo ves en el estilo, tuve la libertad de expresarme en el lenguaje que quería. A medida que la película va avanzando hay una especie de escalamiento en la acción, en el estilo visual la película se hace más dinámica, más grande, más espectacular, y más emocionante". "Todo eso", continúa el cineasta argentino, "fui capaz de hacerlo porque el presupuesto permitía tener actores de primera línea, permitía que yo tuviera todos los equipamientos necesarios, las grúas, las cámaras, las localizaciones, los sets. Habitualmente estás limitado por cuestiones de presupuesto y no puedes acceder a un plató lo suficientemente grande como para construir el decorado que quieres, y eso fue mejorando en cada película que hice. La verdad, fue un incremento constante".

Algunas de las personas directamente responsables de que las terroríficas formas de Pennywise funcionen son los artistas conceptuales. Aquí contamos con dos muy especializados en blockbusters: Kyle Brown y Vincent Proce, que trabajaron el año pasado en otra película llena de secretismo, The Predator. Vincent acabó en el proyecto porque "conocí a Andy, me lo presentó un productor llamado Miles Dale. Trabajé con él en el piloto para Locke & Key y entonces me pidió que trabajase en It: Capítulo 2. Es muy polifacético. Podría ser un estupendo artista conceptual si quisiese. Sabe dibujar, y muy bien. Recuerdo que cuando me reuní con él por primera vez tenía dibujos por toda la superficie de su mesa, ¡dibujados en la propia mesa!".

El artista conceptual y diseñador de criaturas también recalca que "es un tipo fantástico al que le encanta ver lo que aporto cuando diseño para él. Además, sabe cantar y tocar el piano como Tom Waits. Andy y Bárbara tienen una calidez que solo puedo describir como lo que sientes cuando estás con tu familia. Para It 2 me pidió simplemente que diseñase un puñado de monstruos horribles realmente aterradores, que me dieran pesadillas incluso a mí".

Kyle es más específico explicando su labor: "Tuvimos una oportunidad asombrosa para dar vida a imaginería realmente horripilante de varias escenas verdaderamente icónicas del libro, pero cuando lo hacía ni yo mismo sabía cuáles serían los sustos finales o qué se utilizaría. Tuve la oportunidad de hacer algunos diseños para las criaturas de las galletas de la fortuna que aparecen cuando se reúnen por primera vez para comer en un restaurante chino. El mayor desafío fue realizar dos versiones del Pennywise-araña que aparece en la batalla final".

Hablando del Pennywise que aparece en la batalla final, en la novela y en la película de 1990 los aficionados saben perfectamente que la forma auténtica del payaso era la de una monstruosa araña alienígena, lo cual en su momento disgustó a muchos espectadores ajenos a la novela que esperaban un enfrentamiento final con el payaso. La última encarnación de Pennywise aquí, contra todo pronóstico, es una inclasificable araña-payaso, así que no pude evitar preguntar a los hermanos Muschietti si esto fue un intento de contentar a todos. Andy me responde: "Por supuesto que NO fue un intento de contentar a todos. Es lo que yo quería contar y de la manera que lo quería contar. No hubo problema en rodarlo así, trabajamos con grandes profesionales, y el resultado es evidente".

Curiosamente muchísimos fans se quejaron de varias cosas: falta de química entre los actores adultos, banda sonora mediocre, duración excesiva y abuso del CGI. Sobre el tema de los efectos digitales Bárbara señala que "realmente nosotros tratamos de usar siempre el menor CGI posible. La mayoría de veces como complemento a efectos prácticos. Se apostó mucho más fuerte por el CGI porque era necesario para contar la historia".

Exceso de CGI

Sobre esto, incluso el actor Javier Botet vio cómo su actuación cómo una anciana diabólica se veía potenciada con abundantes añadidos digitales. "El maquillaje", detalla, "es de cuerpo completo, me transforman en esa criatura con tres bocas, apenas podía ver por la boca de la bruja y respirar con la nariz por ese mismo hueco. Lo que pasa es que esas bocas y algunos ensamblajes se retocaban luego en postproducción. El pelo se hizo y animó como las tres bocas al hablar. El CGI completó un trabajo largo y pesado de maquillaje".

El español tiene clara su opinión sobre la infografía y por qué cada vez se utiliza más y más en Hollywood. "Yo tengo una posición muy clara", subraya antes de añadir que "los prácticos presentan más desafíos, pero los prefiero mil veces antes. El CGI me parece genial para complementar, pero solamente para eso. Esto siempre que hablemos de formas orgánicas; para formas inertes, solidas o inorgánicas el CGI puede abaratar mucho la producción sin que la calidad decaiga".

Sobre esto, otra persona muy autorizada y que tiene algo que decir es Sean Sansom. "Desde el mismo principio de la preproducción", admite, "hablamos de lo que sería práctico:CGI, o una combinación de ambos. Igual que en el primer filme, Pennywise fue reforzado con GGI para cambiar su expresión a su cara de matar, que consideramos físicamente imposible de realizar con un prostético. Como lo era dar algo de vida al personaje del Mendigo (parpadeos, aleteo nasal, etc.), porque su cara era tan delgada para conseguir la forma distorsionada y retorcida que no había espacio para ningún animatrónico. Por lo general, nosotros proporcionábamos una base facial para que luego se le añadiesen las expresiones que Andy estaba buscando".

Para explicar mejor esto, Sean cuenta cuántas combinaciones se hacían para el ataque perpetrado por Pennywise en un parque de atracciones, donde el payaso rompía un cristal a cabezazos "Esa escena", narra, "incluía a Bill en su aspecto regular de Pennywise, junto con un muñeco de la parte superior del cuerpo de Pennywise con una expresión malévola, con una cara extremadamente blanda para aplanarla contra el cristal. Bill empezó la secuencia golpeando de verdad su frente contra una lámina de plexiglás, y también rodando la misma escena sin el cristal, para que cuando finalmente lo atraviesa, el cristal fuese añadido digitalmente más tarde. El muñeco se usó para mostrar su cara completamente aplanada, repetidamente, contra el cristal antes de que se rompa. Estaba sobre una plataforma con un eje para el movimiento adelante y atrás, mientras que la parte de atrás de la cabeza y el cuello eran rígidos, para que hubiese tanta resistencia para la cabeza como fuese posible. Las mandíbulas del muñeco cuando atraviesa el cristal ya se hicieron mediante CGI".

Cuestionados por ciertos cameos y referencias que han dado que hablar, -muchos fanáticos han discutido en las redes era la posible presencia de Freddy Krueger como una forma alternativa de Pennywise ya que en ambos It se ve varias veces la película Pesadilla en Elm Street 5 ( A Nightmare on Elm Street 5: The Dream Child, Stephen Hopkins, 1989) -, Andy Muschietti les partirá el corazón. "No, ¡jamás!", exclama. Pesadilla en Elm Street 5, continúa, "fue utilizada porque es del catálogo de Warner (que ahora posee New Line), por lo que teníamos permiso de referenciarla, y es del año en el que transcurre la acción (1989). Tan simple como eso".

Cameo de King

Sobre el momento en el que Pennywise se pone a imitar repentinamente al Jack Torrance (Jack Nicholson) de El resplandor ( The Shining, Stanley Kubrick, 1980), adaptación que por cierto odia King, al grito de "Here's Johnny!", Bárbara Muschietti aclara cómo surgió. "Fue idea de Andy", reconoce, "dado que la situación con la puerta tenía muchísimo paralelismo con la película decidimos meterlo".

Pero la estrella de los cameos se la lleva el mismísimo Stephen King, quien aparece en la película precisamente frente a Bill Denbrough (McAvoy), que es un trasunto de él mismo. El director, sobre este detalle, asegura que "lo que pasa es que probablemente es el escritor más adaptado de la historia y es un gran escritor para mí. A mí me influenció muchísimo, aprendí de él cómo contar una historia, aprendí de él lo que es importante en una historia para que la gente se involucre emocionalmente, y un poco mi visión de la película tiene mucho que ver con lo que aprendí de su manera de contar historias. Se lo pedí y él accedió porque me tiene mucho cariño. Stephen es realmente un ser humano increíble. Brillante, divertido, generoso. Estuvo con nosotros tres días y fue un privilegio y una experiencia maravillosa".

Precisamente sobre la relación King-Bill James, McAvoy tiene algo que aportar. "Bill es curioso porque es un escritor semejante a King", comenta el actor, "pero al igual que yo también es un actor, intenta actuar llevando una vida normal y fingiendo estar enamorado, pero toda su vida es una imitación, una actuación. Es a través de sus libros donde surgen sus recuerdos subconscientes y se materializan en su obra. No puede terminar satisfactoriamente sus historias porque su historia no está terminada".

Montaje del director

Una de las preguntas que están en boca de todos es qué se puede esperar del ambicioso montaje del director que Andy tiene en mente. Sobre esto Bárbara arroja toda la luz que puede a día de hoy. "Nunca", manifiesta, "hay demasiado metraje. Nosotros hicimos la adaptación de un libro de 1138 páginas, es un libro inmenso. Y lo dividimos en dos películas. Ahora, la segunda película contaba una historia realmente mucho más compleja que la primera cinta, y rodamos realmente un material fantástico".

"Después", prosigue la productora, "cuando llega la edición, uno tiene que tener claro cuáles son los límites de lo que es ponerlo en salas de cine y que funcione, y llegamos a una película de la que estamos muy orgullosos, pero precisamente porque tenemos muchas más escenas y tenemos más historias creo que está justificado un nuevo montaje".

"Si lees el libro", reitera, "verás que aparecen una cantidad de tramas y subtramas casi infinita y, bueno, son cosas que lamentablemente para el público del cine no se han podido llegar a contar en toda su gloria en esta película pero por eso estamos pensando en hacer lo que llamamos un supercut, que es un corte en el que van a estar las dos películas más escenas extra que tenemos también en la lata, y un par de escenas nuevas que quizá rodaremos. ¡Veremos!"

Mientras los Muschietti piensan cómo exprimir un poco más al payaso, les anunciamos que este especial se toma una semana de descanso para volver con el díptico equivalente de los 90. A Pennywise parece que le queda cuerda para rato.

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