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Cine | Festival de San Sebastián

Gran Canaria brilla con Penélope Cruz

La actriz, que anoche recibió el Premio Donostia de manos de Bono, se presentó en el País Vasco con 'Red Avispa', película que rodó en la Isla durante varias semanas de la primavera

Gran Canaria brilla con Penélope Cruz vincent west/europa press y lp/dlp

Si el de San Sebastián no fuera un festival respetuoso con el dinero público que lo sufraga, esto es, generoso, diverso, atento con el tejido audiovisual que le rodea, no sería lo que es hoy, el más importante de España. El certamen es inabarcable. Miles de periodistas, cientos de invitados, dejan escritas sobre la arena de las tres playas donostiarras frases hermosas. Como la actriz Bárbara Lennie, miembro del jurado oficial este año. "El cine es un lugar de pensamiento", exclamó. Sentencias como esta (y aquí son miles) la marea no se las lleva.

En Sección Oficial, la francesa Thalasso no es de muchas pretensiones, aunque cuente como protagonistas a dos étoiles de la literatura y el cine franceses interpretándose a sí mismos, Michel Houellebecq y Gerard Depardieu. "¡Ustedes son la vergüenza de Francia!" les espeta un cliente del spa donde se alojan. Todo el filme, hilarante, auto paródico, irreverente, se desarrolla ahí. Una pena que le falte mayor ambición a la historia. En la sección Perlas, Esperando a los bárbaros es el primer filme internacional del director del El abrazo de la serpiente (2015), el colombiano Ciro Guerra. Se desarrolla en la frontera del Imperio inglés en un lugar remoto de Asia. Los nuevos métodos del recién llegado Coronel Joll (Johnny Depp) dan al traste con la paz del lugar. El filme, de estilo cadencioso y solemne, basado en el libro del Premio Nobel J.M. Coetzee, con guión del propio escritor, es una lección plenamente actual sobre por qué se producen las guerras.

Sánchez Arévalo

En Sección Oficial fuera de concurso, Diecisiete (Daniel Sánchez Arévalo) es una comedia sobre el amor entre hermanos, muy bien escrito y protagonizado por Biel Montoro y Nacho Sánchez. La producción de Netflix, que en una semana estará en cines, es de las que hacen que el público salga de la sala con el rostro distendido. Yo eché en falta más garra, riesgo, sello autoral, eso con lo que su director nos ganó en su ópera prima, Azuloscurocasinegro (2006).

Finalmente, la proyección especial de Red Avispa (Oliver Assayas) ha sido la llave para otorgarle a la actriz Penélope Cruz el Premio Donostia por toda su carrera. A sus 45 años, es la persona más joven que lo ha recibido. Dos son los principales valores de la película. Por un lado, la historia que cuenta, inédita en el cine, sobre el grupo de militares cubanos infiltrados en los grupos anticastristas de Miami, que en los 80 y 90 planeaban desestabilizar al gobierno de Fidel Castro. La otra, la interpretación de la actriz de Alcobendas, que ya ha despertado admiración manejándose en idiomas y acentos diferentes en tantos personajes. Aquí habla cubano por primera vez en su carrera, bordando el rol de Olga Salanueva, esposa de uno de los espías. El filme llega de competir en Sección Oficial del pasado festival de Venecia. Destaca la participación en la película del productor grancanario Adrián Guerra -que acudió al festival- y su rodaje en localizaciones de la Isla. Por un lado, como si fuera Miami, se ven los bloques amarillos de Las Rehoyas, el IES Felo Monzón de Tafira, el aeropuerto de Gran Canaria, Expomeloneras y el hotel Lopesan Costa Meloneras. Gran Canaria hace también por primera vez en el cine de la costa hondureña, cuando una avioneta despega desde el Aeroclub con la central eléctrica de Juan Grande al fondo.

Ante un aforo que abarrotaba la rueda de prensa, Penélope Cruz confirmó su natural modestia al opinar sobre la concesión del Premio Donostia. "Un premio es para agradecerlo y compartirlo", afirmó. A continuación, ofreció algunas claves de su carrera. "He crecido en el cine, con él he descubierto mucho, el comportamiento humano es fascinante, muy complejo y mi trabajo me permite estudiarlo. Cuando preparas un personaje creces, tienes que sentir hacia él empatía y comprensión, pues un actor no juzga nunca a los personajes", apuntó Cruz para a continuación remontarse a su infancia. "Mis primeros juegos de niña", recordó, "con cuatro años, ya consistían en interpretar, con eso sentía mucha libertad. Recuerdo el último día de rodaje de mi primera película Jamón, jamón (Bigas Luna, 1992), que rodé con 17 años con Javier Bardem. Ese día me hundí, me sentía tan feliz en aquel trabajo, tan en mi salsa, que lo pasé muy mal porque no sabía si iba a poder repetir".

Del trabajo como Olga Salanueva en Red Avispa, Cruz subrayó que era al que más tiempo ha dedicado para preparar el acento, "varios meses", por la admiración que siente por la forma de hablar de los cubanos. Respondiendo a dos preguntas de este anticrítico, la actriz afirmó primero que para su personaje se había inspirado en la Olga real, "pero también añadí cosas de otras mujeres con su misma experiencia. No quería hacer un calco de la mujer real, como hice con Donatella Versace en la serie El asesinato de Gianni Versace (2018)". En su última respuesta, la actriz, flanqueada en la segunda parte de la rueda de prensa por los compañeros de reparto Gael García Bernal y Edgar Ramírez, destacó, "como siempre, la amabilidad de la gente de Canarias durante el rodaje". El año que viene más. Agur Donostia, eta eskerrik asko.

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