La ilusión se palpa en el aire desde la subida a Infecar: en el pabellón número seis, lleno de gente, los aspirantes calentando la voz antes de pasar a la audición es la banda sonora de un día marcado por la emoción y los nervios pero, sobre todo por la música y la posibilidad de cumplir el sueño de pasar de fase, y con suerte y talento, llegar a ser concursante de la próxima edición de Operación Triunfo 2020.

Infecar se ha convertido en la sede del casting en Canarias de Operación Triunfo, y hasta la feria se acercaron jóvenes y adultos desde distintas partes del Archipiélago. Algunos solos, otros con amigos o familiares, pro con ganas y muchos nervios, que algunos conseguían domar a medida que se acercaba el momento de cantar, y otros tantos que, por el contrario, no lo conseguían.

Los aspirantes van avanzando poco a poco antes de las 10 de la mañana para que, a la hora del inicio, algunos ya estén dentro. Los primeros en llegar ya están en el interior del pabellón en dos colas a la espera de que Noemí Galera, directora de la academia y del casting, junto con su equipo, den luz verde y comience el espectáculo.

La música es capaz de destruir fronteras, como es el caso de Daniel: "Soy de Portugal, el año pasado me presenté en Madrid y en Barcelona y este año he venido a probar suerte en Canarias", cuenta, bastante calmado. "Además de haberme presentado a OT participé en la edición portuguesa de La Voz y llegué a las audiciones a ciegas". Este concursante, a pesar de tener un empleo estable, sigue luchando por su sueño. "Cuando era pequeño era tartamudo y la música me ayudó muchísimo porque me ayudaba a cuadrar las palabras, a coger los tiempos".

Vocación

"La música es algo que hacer todo el tiempo, la música es mi plan, llevo cantando toda mi vida y hace cinco años empecé a tocar el piano", cuenta Nadia, emocionada y nerviosa, mientras espera su turno para realizar la audición. "Vengo de Tenerife, para llegar pronto cogí el barco de las siete de la mañana", revela, a medida que avanza poco a poco. "Es la primera vez que vengo y estoy muy nerviosa, hay mucha gente que viene a hacer la prueba".

Al igual que Nadia son muchas las personas que han madrugado para venir hasta Infecar a participar, "cogí el barco de las seis de la mañana y llevo en la cola desde las ocho y cuarto", comenta desde el interior del pabellón una concursante, mientras mira con los ojos muy abiertos a los demás aspirantes. "Me he ido tranquilizando mientras esperaba; ya estoy aquí y puede pasar cualquier cosa, así que solo quiero disfrutar de la experiencia, porque la música está en todo y, aunque ahora mismo la música está aquí, realmente la música está en todo", relata mientras coge su guitarra y vuelve a su posición en la cola.

"La música es mi medio de vida, porque soy profesora de música", afirma Maite, en la cola del aparcamiento, desde la que mira hacia su madre, quien la espera al otro lado de la valla. Por su parte, Vanessa, otra aspirante, confiesa que es "una terapia", mientras que para Daniel "es emocional". "Esto es lo que hay que hacer, por eso estoy aquí, y lo conseguiré por este camino o por otro: mi plan es hacer música", añade Rebeca. "La música es un sueño, mi sueño", finaliza Omar.