¿Cómo surgió la idea de llegar a un acuerdo para hacer los capítulos de Pocoyó
Yo, en el 2002, empecé a trabajar con Zinkia, y estuve como consejero delegado y socio hasta 2008. A los pocos años arranqué el proyecto Ánima y creamos Cleo y Cuquín con muy buenos resultados. Por eso, tras mi regreso a Zinkia, he querido repetir la experiencia en Gran Canaria. Por tanto, el hilo conductor de todo este embrollo soy yo.
¿Qué destacaría de el trabajo de hacer Cleo y Cuquín
La experiencia en Gran Canaria con Ánima fue buenísima. El apoyo de gente del Cabildo, la posibilidad de formar a gente profesional. Nos beneficiamos de los incentivos fiscales y al final conseguimos salir mucho más rentable de lo que significaba el coste inicial. Mi planteamiento, cuando aterricé de nuevo en Zinkia, es que había que producir de nuevo en Gran Canaria y, como ya conozco la isla, ha sido hacer varios viajes, ver que existían los medios para producir los contenidos, y tomar la decisión.
Se trata de un trabajo entre las productoras Zinkia y Koyi. ¿De qué se ocupa cada una de ellas?
Koyi, en Gran Canaria, se encarga de toda la fase de animación. Es la que más personal ocupa. Y lo que hacemos Zinkia en Madrid es lo relacionado con el guión, storyboard, animatic, desarrollo técnico, desarrollo de personajes, iluminación, postproducción, música, etc. En realidad Koyi se encarga de entregar la animación en los estándares de calidad que se establece. Y Zinkia del trabajo anterior y previo que es lo relativo a postproducción, música y demás.
¿Cómo están dividido los nuevos episodios?
Sin 26 episodios nuevos y diez especiales. todos tienen siete minutos. Pero los especiales tratan una temática específica como Navidad, Halloween, la vuelta al cole. Por eso los llamamos de forma diferentes aunque en realidad duren exactamente igual.
¿Y cómo será estos nuevos capítulos de Pocoyó?
Hemos querido tratar de recuperar un poco el origen de Pocoyó porque Pocoyó tiene un posicionamiento muy claro ya que es una marca que llega de cero a cuatro años con una temática muy simple, con capítulos muy sencillos donde el protagonista no deja de ser Pocoyó y sus amigos que descubren ese mundo que les rodean e interpretan de la mejor manera posible, con interacción con el espectador. Hubo una tentación de subir un poco más la edad, hacerlo un poco más sofisticado y meter colores en los fondos. Y por eso hemos vuelto al origen. Nos estamos apalancando otras vez recuperar historias que no son nada simples, pero sí bien sencillas, que yo creo que es la gran virtud de Pocoyó, que hace de la sencillez una virtud sin que caiga en la simpleza o en una historia tonta, y eso es lo que estamos buscando. Y en eso nos estamos centrando con el estilo de música y de animación. Digamos que en esta nueva etapa volvemos al contenido básico de la marca. No quremos intentar hablar a un público que no existe. Lo mismo que hace Disney con Mickey Mouse.
¿Qué nivel de dificultad tiene hacer este tipo de dibujos animados si lo comparamos con Disney o Dreamworks?
En los largometrajes la dificultad es enorme ya que para animar un segundo pueden tardar dos semanas. Un animador de televisión trabaja de forma más acelerada, pero en cuento al proceso de desarrollo, a la calidad y a los perfiles profesionales son los mismos. Y lo único que varía es el tiempo que el equipo dedica a hacer cada uno de los planos, que es lo que multiplica los presupuestos y hace que una película de Pixar esté entre los 100 y 150 millones de dólares. Pero no hay diferencia ni en los perfiles, ni en el software, ni nada. Muchos de los animadores que están aquí podrían trabajar en Pixar.
¿Cree que las ventajas que ofrece Canarias son comparables a las de otros lugares?
Yo creo que no. País Vasco y Navarra tiene también una fiscalía especial, pero no como aquí. Sobre todo porque Canarias está cubriendo dos aspectos. Por un lado, cuando una compañía internacional encarga un trabajo a una compañía canaria, el Gobierno te va a devolver casi un 40 % de los costes. Y luego los incentivos fiscales que hace que las compañías puedan aplicarlas a sus propios trabajos.
Y si es un panorama tan atrayente, ¿por qué no vienen más compañías a las Islas?
Hay en Canarias unos 150 animadores en estos momentos y hay muchas productoras que están viniendo. Pero formar un equipo que está asentado en París, Madrid, Barcelona o Milán, formado por entre 100 o 150 personas, y trasladarlos en Canarias, es complicado. Tiene que encajar el proyecto, el momento, y muchos aspectos que tienes que alinear. Y eso en una empresa con 70 personas en plantilla hay que hacerlo con mucho cuidad.
¿De alguna manera sus hijas le han influido a la hora de incluir nuevos elementos en los personajes de sus proyectos?
La pequeña se sentaba conmigo para ver los storyboards animados de Cleo y Cuquín. Y , y me decía coas como 'por qué este cuadro está pintado si el personaje tiene el pincel en la mano'. Y yo digo, "pues es vedad, no habíamos caído en eso". Muchas veces los niños captan cosas que no vemos los adultos.
