La Provincia - Diario de Las Palmas

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Womad 2019

"Las perspectivas del grupo nunca fueron grabar tres discos en cinco años"

"A muchas bandas del indie actual se las llama modernos cuando se basan en artistas de hace 40 años", destaca Sergio Alarcón, guitarra, teclados y percusión en 'The Limboos'

Sergio Alarcón, primero por la izquierda, junto al resto de músicos de The Limboos. VÍCTOR FERNÁNDEZ PEÑARANDA

¿La banda regresa a Canarias en su estreno en Womad. ¿Qué les parece este proyecto que abraza las culturas del mundo?

Tocamos en Sonidos Liquidos en Lanzarote y en La Laguna, y esta es la tercera vez que vamos a Canarias, y la verdad es que es un placer volver a las Islas donde nuestra música encaja muy bien. Es nuestra primera vez en Womad y conocíamos el festival. Nos sentimos identificados con la idea de reunir en un festival a músicos de distintas latitudes, aunque se nos pueda catalogar a priori como un grupo de rock and roll o de rhythm and blues, en realidad nuestra música tiene mucho de esa mescolanza de género que viene de muchos sitios. De hecho, siempre estamos escuchando música desde Brasil a Nueva Orleans o temas relacionados con la cultura europea, todo está de alguna forma en nuestra música y tocar en un festival en el que las bandas beben de esa filosofía para nosotros es un placer, y nos sentimos muy identificados con ellos.

Los géneros músicales a los que se debe The Limboos tienen mucho que ver con esa itinerancia, los sonidos de ida y vuelta.

Sin duda, estamos hablando de sitios como Nueva Orleans, por ejemplo, que para nosotros es una referencia, uno de los puntos mundiales donde ha habido más mezcla de civilizaciones y de culturas derivando en lo que hoy conocemos como la cuna del jazz, entre otros aspectos. Y nosotros, cada vez que hacemos una canción nueva muchas veces partimos de conceptos que no tienen nada que ver con un género en concreto, sino la filosofía de partir de algo muy primitivo, de un ritmo muy sencillo con los timbales, y luego enriqueciéndolo todo con esas cantidades de música que hay por todas partes y que nos encanta, como puede ser Nueva Orleans, y como también de podía decir Cuba.

La trayectoria de The Limboos es excepcional: cinco años de vida y tres discos: Space Mambo (2014), Limbootica! (2017) y Baia (2019). ¿El estatus actual de la banda es el que aventuraban en los comienzos?

En primera instancia las perspectivas del grupo desde luego que nunca fueron llegar a grabar tres discos en este tiempo, pero bueno, desde que la banda empezó en 2013 tuvimos la suerte de comenzar a tocar mucho desde el primer día, y muy poco a poco ir creciendo. Hemos sido un grupo que a pesar de los tiempos en que vivimos de inmediatez y de redes sociales los que no ha hecho crecer ha sido el boca a boca, ir tocando y volver a los sitios...

Ganarse la confianza y respecto del público...

Si, a base de tocar. Tenemos tres discos y nos encanta el proceso de elaboración, de grabación, pero somos un grupo de directo, es parte de nuestro ADN. En nuestros conciertos no somos de esos grupos a los que le gusta radiografiar el disco, siempre hay esa parte viva en cada noche. En el proceso de grabación hay mucho quebradero de cabeza y a veces se le dan más vueltas a las cosas que las que se debería. El primer disco [ Space Mambo, 2014] fue más espontáneo porque era el primero, más rock and roll..., no es pretensión de nada porque no la tienes cuando no tienes disco, simplemente el hecho de grabarlo ya es un regalo. Quizás con el segundo si tienes cierta presión, ves que el primero ha funcionado y hay que buscar algo distinto.

Llamar Limbootica ! (2017) al segundo álbum es revelador por cuanto se acentúa el sonido y el territorio que pisa The Limboos.

Si, si. Para nosotros fue una declaración de intenciones. Estamos muy orgullosos de todos nuestros discos, y en el segundo, además de cambiar la formación respecto al primero, introdujimos el contrabajo y el saxofón, dos instrumentos con los que la banda creció a nivel de composición, no por en complejidad pero si al tener claro qué cosas queríamos hacer. Y con Baia (2019), el último disco que estamos presentando, queríamos dar un pasito más en lo que nos gustaría definir como sonido limbootico. Hablamos de géneros y de influencias pero nuestra filosofía es que no pretendemos hacer ejercicio de estilo alguno.

El festival Womad los presenta como "rhythm & blues exótico..."

[Risas] Las etiquetas están ahí, y esa en particular nos ha valido mucho porque al decir exótica es como un cajón de sastre donde cabe de todo. Todo esto nos ayuda a no encasillarnos y no pretender hacer una canción al estilo de... Las influencias están, mucha música de los años 40 y 50, y ahora estamos pensando en lo vendrá y escuchando mucha música de los años 60, muchas bandas sonoras, grupos actuales que hacen cosas interesantes como pudiera ser, a lo mejor, el último disco de Artic Monkeys, que a priori no es un grupo que entre en nuestra línea, pero al final te topas con gente que hace cosas estupendas y este último nos ha gustado mucho.

Artistas como Nick Waterhouse, James Hunter Six, Lee Fields o Eli Paper Boy Reed, entre otros, son algunas referencias obvias en el sustrato sonoro de The Limboos: músicos que reivindican la herencia musical del pasado desde el presente.

Son artistas que admiramos y seguimos, y con Nick Waterhouse, por ejemplo, nos sentimos muy identificados con la filosofía de abordar un género como el soul o rhythm and blues, cosas que están en tu imaginario, porque has escuchado toda la vida, pero que suena fresco, no suena a 1963.

El reto es buscar la relativa originalidad en una escena donde crece la competencia.

Una de las cosas buenas que hemos tenido como banda es que no nos han encasillado muy fuertemente en un grupo de bandas; no nos han definido como soul, pero hemos estado en festivales de soul; tampoco somos rock and roll, pero estamos en ese círculo; y hemos tocado en todo tipo de festivales: unos más indies, otros más modernos, entre comillas, y al final todo son etiquetas e imperfecciones, porque a muchos grupos del indie actual se les llama modernos o alternativos cuando realmente se están basando en artistas como Joy Division, entre otros, grandes grupos de hace 40 años. No lo digo de manera elitista. Lo mismo me pasa con el soul. Hay grandísimos músicos, ejecuciones y cantantes increíbles pero musicalmente me parecen un poco aburridos por eso mismo, gira todo sobre los mimos clichés del estilo. Tiene que ver en cómo percibes la música. Nosotros, por ejemplo, somos muy autocríticos en el sentido de no repetir las fórmulas, tenemos canciones que funcionan, que en directo tienen muy buena acogida, de las favoritas del público, y podríamos repetir esa fórmula a la hora de crear, pero no nos va eso. Hemos crecido con los Beatles, un grupo que evolucionaba cada seis meses. Y con esto tiene que ver con una idea personal de que estamos en un momento que como oyentes estamos un poco conservadores respecto a otras épocas, porque si haces rock and roll y de repente te sales un poco de eso, como que la gente se extraña mucho y se rasga las vestiduras. La gente está más escéptica con los cambios y tiene la necesidad de encasillar todo rapidamente y no salirse del redil.

¿Cómo funciona el grupo fuera de España?

Por Europa hemos ido unas cuantas veces desde el principio, y en Francia hemos tocado bastante. Te das cuenta de los que nos queda todavía por trabajar. En Francia hay una buena base cultural para que un grupo como nosotros, poco muy conocidos, pueda hacer conciertos en salas muy preparadas y con equipos increíbles.

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