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Entrevista | Mónica Lleó

"Es un filón hacer teatro erótico, sobre todo si incluyes el humor"

"Comencé con el 'striptease' como una investigación científico-teatral para explorar la mirada del público", señala la actriz

La actriz Mónica Lleó, ayer, en Las Palmas de Gran Canaria. JUAN CASTRO

Hace 42 años se subió a una escena y en ella sigue, sin bajarse ni para tomar aliento. ¿Es vocación u obsesión?

Es pasión. Era muy niña cuando me subí la primera vez.

Si no le dan papeles, no se sienta a esperar: los inventa, los adapta, los produce, dirige, interpreta, o todo a la vez. ¿Hace falta un talento tan plural para vivir de las tablas?

Creo que la necesidad agudiza el ingenio. Vas desarrollando el talento según tienes que suplir cosas. Yo empecé a escribir porque necesitaba a alguien que me hiciera un texto sobre una temática concreta y como no lo encontraba empecé a crearlo yo. Comencé a autogestionarme para seguir adelante y para contar cosas, que es algo que siempre me ha gustado. Me encanta, de todas formas, cuando me llaman para alguna obra porque no me tengo que encargar de la producción o de la gestión.

Sus tres largometrajes de cine, seis cortos, seis programas o series de TV y 22 piezas teatrales son un currículum, pero también una costumbre ¿Qué hace la Lleó esta temporada...?

Mantengo en repertorio casi todos mis monólogos, ensayo con Profetas de Mueble Bar Misericordia que se estrena en diciembre en el Cuyás, estoy dando clases para niños en un colegio, me voy a ir a Argentina a finales de año con el Manual de urbanidad para jovencitas, y haré probablemente también funciones de Robespierre. Estoy preparando La cantante calva con la Compañía de aficionados en francés y tengo otro grupo en español con el que preparo Lisístrata. No me aburro y además ahora saco una nueva colección de bolsos, de mochilas a punto de cruz.

Siempre le ha gustado escandalizar un poco con el género erótico. ¿Lo hace porque la divierte, por principio libertario , o para provocar a los ñoños?

Por principio libertario. Yo empecé con el striptease como una investigación bastante científicoteatral. Quería explorar la mirada del público, la mirada del que mira al que le mira. Podía elegir también entre magia, prestidigitación o circo, pero lo erótico me parecía más divertido. Después me di cuenta de que es un filón hacer teatro erótico, sobre todo si incluyes lo cómico. El Manual de urbanidad lo llevo interpretando desde hace 20 años, -de ahí la celebración del viernes en la SIT- porque se sostiene muy bien, porque siempre hace reír. Es un espectáculo casi medido. Improviso menos de los que parece. Siempre cae el gag en el mismo sitio. En este sentido erótico- cómico, tengo un texto escrito que se titula La Orgía y que será en italiano, idioma que quiero aprender.

El Manual de Urbanidad para Jovencitas , del gran Pierre Louys, ya tiene un siglo y pico de existencia. ¿Aún funcionan sus ingeniosas audacias sexuales?

Sí, y además yo cojo lo más suave del Manual porque contiene cosas muy subidas de tono y verdaderamente escandalosas. Lo que yo escojo es un erotismo cómico bastante blanco. Era un hombre bastante provocador. A mí me gusta más divertirme que provocar el escándalo en nadie porque el que es de mente abierta se ríe y se divierte, pero al de mente cerrada lo haces a veces sentir mal y eso no me interesa.

La hipócrita gente bien de aquellos tiempos vivía el excitante vértigo de la transgresión. Pero, ¿qué queda hoy de todo aquello?

Creo que hay bastante gente que todavía no se lanza a reír con ciertos temas, entre ellos lo erótico, porque siente mucho pudor, es algo mojigata. Pienso que hay asuntos con los que no se puede hacer broma, como el terrorismo, pero, en general, uno debe reírse de casi todo. Veo que lo erótico pocas veces está asociado con el humor. En alguna ocasión, hace años me ocurrió que actuaba y no se metía el público con mi interpretación, pero sí algunos con lo que decía porque no les parecía bien que se expresasen ciertas cosas en público. A mí lo erótico junto al humor me encanta.

¿Cree que la desprejuiciada sociedad actual ha ganado algo eliminando todos los tabúes sexuales? Hay quien opina que lo muy explícito es un rollo...

Lo muy explícito deja de ser interesante. En lo erótico lo interesante es mostrar sin hacerlo. Eso procuraba yo cuando hacía striptease. A mí me aburre lo muy explícito. Por ejemplo, no me gusta nada el humor escatológico. Me gusta el doble sentido, el juego de palabras, leer entre líneas, el humor inteligente. Yo, en el Manual hago el personaje con acento peninsular, que ya resulta cómico, y digo, por ejemplo, que me gustan mucho las lenguas y que hablo muy bien el francés... Aunque hoy en día, aparentemente, estemos muy liberados, creo que no tanto, se sigue sin hablar de sexo de una forma tan abierta. Existe una delgada línea entre no pasarse de explícito, pero que tampoco sea tabú, buscar un término medio más sutil.

De todas maneras , su adaptación del texto de Louys es "alta comedia", una propuesta para reír...

Sí, esa es la idea. No se trata tanto de reflexionar sobre lo erótico ni darle una vuelta de tuerca a Louys porque no se puede ser más papista que el Papa, sino que se persigue hacer reír al público y se consigue porque lleva 20 años riendo, así que lo voy a celebrar.

"Cuando el teatro es necesario, no hay nada más necesario", dijo Peter Brook, y usted lo ha hecho suyo. ¿Qué nos reserva para después de las Jovencitas de Louys?

El sábado representamos también en la Sala Insular Cinco actrices y un destino donde aparezco con Sara Guerra, Mónica Aguiar y Mónica Sánchez. El espectáculo surgió a raíz de las jornadas de empoderamiento femenino que propuso el Gobierno de Canarias el año pasado. Se trata de mostrar a las actrices canarias para que el público vea su trabajo. Son tres monólogos muy variados en los que yo hago de hilo conductor con distintos personajes.

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