Son los embajadores de "los bailes de la alegría". Mariela Köhn es natural de Lima, musicóloga, experta en africanía, en canto y bailes afroperuanos, cantante y artista, que de la mano del percusionista Walter Sánchez, introduce al público infantil y adulto que acuda a los talleres que imparte en el edificio Miller -además de los infantiles que impartió ayer a los alumnos del IES Nelson Mandela- en la magia del baile y la percusión afroperuana. "El baile afroperuano tiene la influencia de otros bailes y se practica con muchísima alegría. La percusión afroperuana - en la que cuelan ritmos de Congo, Angola o Mozambique - es divertida, con los coros la gente participa ,y es un baile sobre todo comunitario, donde la alegría se comparte", asegura Köhn. "No es el baile de pareja", advierte, ya que "los bailes afroperuanos son colectivos y tienen una parte histórica de cómo empezó la gente a bailar para no estresarse y no sufrir". Con el objetivo de "divulgar una tradición", Mariella Köhn, que lleva 18 años en Gran Canaria, y que ha celebrado esta misma experiencia en el Womad de Caceres, señala que "hemos cambiado todo lo que es el concepto de lo que es la música en el Perú".

Dice que "estar en Womad es un motivo de agradecimiento" y que lo importante es que "los niños que se diviertan". Con los jóvenes es distinto. "Tenemos que inventar, y lo que si me niego es al reggaeton, que también tiene sus raíces negras". Concluye Köhn que "hay que educarlos y que conozcan otras cosas porque no pueden considerar que lo único que hay es lo que están escuchando ahora: a cualquiera le preguntas cuál es el origen del reggaeton o del trap, y no te lo van de decir porque no lo saben".