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Entrevista | Daniel Abreu

"La estética de Lava se define por la contemporaneidad del lenguaje"

"Desde Ohad Naharin en Israel ha habido una eclosión de la danza que ha llegado a todos los lenguajes europeos", afirma

El director artístico de la compañía de danza Lava y Premio Nacional de Danza 2014, Daniel Abreu. daniel olsson

¿Qué le ha motivado a incorporar dos nuevos coreógrafos internacionales a la Compañía de Danza Lava, que usted dirige y es residente del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife?

La compañía siempre está interesada en invitar a coreógrafos de proyección internacional que no tienen por qué ser de otros países, sino simplemente tener una movilidad por el mundo. En este caso coincide que se trata de un israelí y un coreano. Lo interesante es que pueden usar a la compañía para transmitir sus inquietudes y, sobre todo, sus compromisos con el lenguaje de la danza contemporánea, dentro de las restricciones de lenguaje gestuales, para contarnos historias de lo humano.

Israel y Corea del Sur parecen ser actualmente los países de mayor proyección internacional en el área dancística. ¿De verdad cree que han desplazado a los europeos y norteamericanos?

Los israelíes sí. Desde Ohad Naharin y su lenguaje ha habido una eclosión de la danza muy específica en Israel que ha hecho que la creatividad, el uso del cuerpo y los mensajes ligados a lo político hayan llegado con mucha fuerza y todos los lenguajes europeos se están enriqueciendo bastante de la visión de dicho país. Gaga es una técnica que se trabaja mucho allí, fruto del trabajo de Naharin. La acogen casi todas las compañías. Corea es uno de los países que más participa en el certamen de Maspalomas MasDanza. El nivel de fisicalidad a que llegan y la promoción de la danza en Corea tiene mucha fuerza. Quizá no es un referente, pero sí un lugar de proyección e interés por la danza.

Del israelí Roy Assaf, maestro de la gestualidad corporal para transmitir un mensaje profundo, presentan el ballet Hush . Él aconseja al espectador que no busque una trama y confíe en su instinto imaginativo. ¿Cómo funcionan estas abstracciones?

Él evita contar ninguna narración de príncipe y princesa a los que les ocurren cosas sino que va más allá. Pone a cuerpos en movimiento. En las escenas vamos viéndolos y cómo van creando la gestualidad reconocible por todos, pero muchas veces, forzada hasta el extremo, a lo mejor, en la repetición que se pone en juego y que va a ir tocándonos por dentro. Ese es el cometido de la danza. Desgranarlo sería como explicar cómo funciona un iphone. En realidad lo cogemos y lo usamos. La danza tiene ese cometido. Pasan situaciones dentro de la escena. En este caso, se trata de un coreógrafo muy inteligente que sabe manipular la movilidad de los cuerpos en el escenario para que cada uno de los espectadores se lleve algo grande.

Y el coreano Dong Kyu Kim, asegura que "todos hacemos nuestro propio sonido, que no viene de la boca sino de la vida" Parece sugestivo...

Ha pretendido hacer un trabajo mucho más basado en la identidad. Hay obras que sugieren que cada uno tiene su propia voz, que conformamos un universo a través de los sonidos que creamos, pero no hablamos del sonido de la música sino únicamente del de estar vivos. Si nos pudiéramos amplificar probablemente cada uno sonaríamos de una forma distinta. Creo que esa es la pretensión de Kim. Y en la obra podemos ver cómo los movimientos y dirección de cada unos de los intérpretes en la narración, sin tener que contárnoslo con palabras, se acoge a cómo intentan generar sonidos con su gestualidad y su cuerpo.

¿En qué momento técnico y estético está hoy la compañía Lava que usted dirige?

Llevamos solo un año funcionando, pero ha sido muy productivo. Tenemos seis coreografías en repertorio, lo cual es mucho trabajo para una compañía tan joven. Su estética no se define por nada en concreto, solo por la contemporaneidad del lenguaje. Contamos con coreógrafos muy diversos. Ninguna de las obras tiene nada que ver una con otra, pero al mismo tiempo se pueden entender dentro de los códigos que se manejan hoy en día en la escena y son cercanas al público. Tanto el espectador que haya visto la obra como el que no se conmueve aunque una te pueda gustar más que otra. Tocan al espectador.

"Fisicalidad, poesía y compromiso" son los tres principios de esta compañía. ¿Qué encierra cada uno de ellos?

La fisicalidad es la rigurosidad que necesita un bailarín para estar en la escena. Se trata de bailarines con una particularidad física muy concreta, con personalidad en lo que hacen, un recorrido técnico muy amplio que tienen la capacidad de usar con cada coreógrafo, con lo que de un trabajo a otro podríamos pensar que son dos personas distintas. El compromiso se da porque nosotros creemos en este proyecto, no solo los que estamos en él a nivel artístico, sino por todo lo que se desarrolla desde el Auditorio de Tenerife y con el apoyo del Cabildo porque sabemos que es necesario y porque en Canarias se produce de una forma natural la proyección de los bailarines. Nosotros solo teníamos que fomentar que se diera el lugar y arroparlo desde la estructura. La danza es poesía, lenguajes alejados de la narración, con otro tipo de sintaxis y de códigos, con la capacidad de poder ver en algo muy pequeño algo muy grande y viceversa.

Con la compañía Daniel Abreu trabaja desde 2004, con éxitos resonantes que le han hecho titular del Premio Nacional de Danza en 2014. ¿Se identifican con alguna corriente dancística, o desarrollan un lenguaje enteramente original?

El premio se me concedió por el uso de un lenguaje personal. A lo largo de estos años he intentado imponer una mirada muy concreta. Evidentemente, tengo muchos maestros a los que admiro y me han aportado mucho, pero el resultado responde a un batiburrillo de todo ello, de lo que me han influido y de cómo lo he entendido.

Han girado por Europa, América y Asia y actuado en más de 20 países. ¿Qué experiencias conservan de esa confrontación con tantas escuelas?

Aprender a trabajar dentro de la profesión con todo lo que supone, que es mucho más que salir a un escenario y bailar, toda la estructura de gestión, de producción y todo lo artístico. Este trabajo te da la posibilidad de viajar y conocer muchas culturas y de que te puedas impregnar de todo lo que hay en latitudes muy distintas, como estar un día en Japón y a la semana siguiente, en Brasil. Esa opción la dan pocos empleos y el nuestro, a pesar de estar muy metidos en el teatro todo el tiempo nos permite ponernos en contacto con estas diversidades.

Además de bailarín, coreógrafo y director de danza es usted licenciado en Psicología. ¿Esta dualidad ha sido casual o intencionada?

No me he propuesto ser nada. Simplemente las cosas se iban dando. Tengo, de todas formas, una inquietud por saber, por conocer, por probar más que por tener una titulitis. La Psicología ha alimentado mis obras, mi recorrido y la visión que tengo para Lava.

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