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Una despedida interrumpida

El montaje teatral 'Los Nocturnos', programado en el ciclo 'Música y Literatura' del Teatro Pérez Galdós, narra el desencuentro final entre Fréderic Chopin y George Sand

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Ensayo del espectáculo 'Los nocturnos'

Aunque el idilio entre Fréderic Chopin y George Sand, seudónimo de Amantine Aurore Lucile Dupin de Dudevant, se inmortalizara en la intrahistoria de la música y las letras, sobreviviéndoles en sus piezas musicales, biografías y novelas, a su capítulo final le arrebataron la despedida. Aunque la pareja se separase dos años antes del fallecimiento del célebre compositor, aquejado de la tuberculosis que empañó y cercenó su vida con solo 39 años, la revolucionaria escritora francesa se desplazó a París para acompañar a su antiguo amor en su fase terminal, pero la hermana de este, Ludwika Chopin, procedente de Varsovia, prohibió esta visita.

Esta herida es el hilo del que tira la dramaturga grancanaria Irma Correa para coser el texto de Los Nocturnos, la nueva producción teatral que acoge el Teatro Pérez Galdós en el marco de su ciclo Música y Literatura, que funde ambas disciplinas en una misma propuesta. En este montaje, dirigido por el lanzaroteño Quino Falero, la obra maestra homónima de Chopin conforma el tapiz musical sobre el que se recrea esta historia de amor y contratiempos entre estos dos referentes artísticos del siglo XIX. "La clave principal del espectáculo es que conjuga la música y la literatura como ingredientes fundamentales en torno a dos grandes creadores en una época de transformación muy interesante, en que ambos exploraban nuevos modelos de creación", relata Falero.

El guion teatral de Correa se inspira en las múltiples novelas de Sand y biografías de Chopin, que relatan las distintas etapas que atravesaron juntos, como el cuaderno de viaje autobiográfico Un invierno en Mallorca (1855), donde Sand describe el viaje de ambos, con los hijos de ella, a la isla balear por prescripción médica, ya que la suavidad del clima podría atenuar los estragos de la tuberculosis. Sin embargo, aquel invierno resultó muy crudo y, pese a los cuidados de su pareja, agravó el estado de salud de Chopin, por lo que regresaron pronto a Barcelona con rumbo a París, si bien sus desavenencias pusieron punto final a su relación, después de ocho años, en 1847.

"Correa ha sido bastante fiel a la relación real de ambos a partir de toda la documentación que hay sobre esta relación", indica Falero. "Pero la anécdota que le llamó poderosamente la atención y que nos interesó como conflicto teatral para arrancar el proyecto fue el hecho de que Sand nunca se pudiera despedir de su gran amor", continúa. "Y a partir de esta frustración tan tremenda, Correa ha construido este encuentro en escena entre los dos personajes". En este sentido, Falero indica que el espíritu liberal, feminista y pagano de Sand suscitó muchas reservas entre la estirpe de los Chopin, "una familia muy religiosa que temía que la influencia de Sand, en el último momento, pudiera ser perjudicial para su alma". "Por eso, pese a las insistencias de la escritora, le prohibieron su entrada para verlo en los últimos momentos de su vida", explica.

Elenco

En cuanto al elenco de la obra, Carmen Mayordomo y Nacho Machi interpretan a la pareja de creadores y amantes, mientras que Rosa Escrig da vida a la hermana de Chopin. En este aspecto, Falero celebra "lo interesante y enriquecedor" que ha sido el proceso creativo con el reparto, toda vez que destaca el trabajo de Machi por su desdoblamiento como actor y músico en directo, ya que interpreta al piano las piezas de Chopin. "Nunca había trabajado con él y ha sido una grata sorpresa, porque se requerían ambas habilidades y ha sido una maravilla verlo trabajar y tocar las piezas para la función", manifiesta.

Por otra parte, el director señala que el proyecto ha entrañado varios retos debido a "la complejidad que supone combinar en escena dos lenguajes, música y diálogo, porque tienes que ir hilando muy fino el ritmo de la función, aunque ha sido un gran placer desde el punto de vista creativo".

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