La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Galdós, visionario de la Historia

"Sin el Galdós canario no se entiende a Galdós"

"Se aprende con él que la Historia es una escuela y que no hay nada nuevo bajo el Sol", manifiesta la catedrática y directora de la Cátedra Benito Pérez Galdós

Yolanda Arencibia. ANDRÉS CRUZ

La biografía que acaba de concluir pretende ser la definitiva ¿Va a ser así?

Nada es definitivo, siempre se pueden encontrar cosas nuevas y mejores, especialmente de un autor inabarcable como Galdós.

¿Pero cuál es su contribución a las biografías galdosianas?

Aportar datos hasta ahora desconocidos o mal conocidos. Especialmente respecto a su vida privada y sobre todo en relación con Canarias, con sus amigos aquí y en el resto de España.

¿Y por qué no se conocían esos datos?

Unos se ignoraban y otros, sin haber sido publicados, sólo eran conocidos por unos pocos, o casi. Me ha sido necesario seguir muchas pistas, para lo cual he necesitado mucha dedicación. Para mí esta biografía es como un testamento. Fernando Aramburu escribió que sólo vale la pena vivir si se lega algo que valga la pena; tal vez sea esa la razón del empeño con que la he escrito.

¿Cuál es su diferencia con el resto?

Con esta obra trato de aclarar algunos conceptos sobre Galdós que hasta ahora estaban confusos o mal comprendidos. Cualquier galdosiano podría escribir una biografía de Galdós, pero primero debería leer toda su obra y conocer su identidad canaria. Creo que haber realizado ambas tareas ha supuesto una ventaja enorme para mí, porque sin el Galdós canario no se entiende a Galdós.

¿Cuánto tiempo de trabajo le ha llevado esta biografía?

La comencé, sin saberlo, desde que redacté mi tesis doctoral, cuando corría el año 1982 y Galdós me enganchó. Lo que he venido haciendo desde hace tres o cuatro años ha sido revisar, actualizar y pasar a limpio.

¿Cree que acabará con los numerosos malentendidos sobre Galdós?

Muchos de esos malentendidos son únicamente cuestiones de voluntad, de modo que acabará con algunos, pero muchas personas seguirán con sus ideas fijas por mera inercia.

¿Qué opina de las actividades programada para el bienio galdosiano?

Todo lo que se haga para difundir, defender, llamar atención o recordar la obra de Galdós me parece positivo, pero prefiero las acciones duraderas -las que sobreviven al paso del tiempo-, a las efímeras, que acaban olvidándose. Al primer grupo pertenecen las buenas ediciones, trabajadas para todos los públicos, realizadas para la enseñanza media y superior. Sobre todo las que animan a su lectura y ponen de manifiesto su grandeza, valía y actualidad.

¿Entonces podría haberse hecho más?

Nunca llueve a gusto de todos. Más bien diría que podría haberse hecho otras cosas, pero lo que no se ha hecho ahora podrá hacerse más adelante porque se ha sembrado buena semilla. Las actividades que se están programando en Canarias me parecen muy atractivas y útiles, así como las de Madrid, donde están dando el do de pecho. Pero el año Galdós está empezando. Aún nos queda mucho por conocer. Y sé que hay iniciativas canarias que aún no se han hecho públicas. La verdad es que están tardando demasiado.

¿Cree que en Canarias no apreciamos a Galdós?

En realidad no se le aprecia lo suficiente en ningún sitio, pero esa falta de aprecio no es mayor aquí que en otros lugares de España o del mundo. En su tiempo sí que fue muy apreciado aquí, no sólo en Gran Canaria sino en todas las islas. Luego se complicaron las cosas y cuando le llegó la indiferencia acompañada de desprecio, se le recibió aquí como en cualquier lugar en que hubiera resentimientos, envidiejas y como decía mi padre "mala chacina".

¿Cuál es el origen del apodo de Don Benito 'el garbancero'?

Lo creó Valle Inclán como un insulto, aunque Galdós no sólo amaba los garbanzos sino las clases sociales que los consumen. Ese es su insulto más conocido y forma parte de la leyenda negra que se inventó en su contra. Como aquello de que cuando se marchó de Canarias se sacudió el polvo de los zapatos, o la arena según otros.

¿Y el mito del Galdós rojo creado por el franquismo?

En verdad Galdós sólo era liberal y progresista, pero bajo el franquismo ambos adjetivos fueron tan poco alabados que se convirtieron en sinónimo de lo que se entendía por "rojo".

¿Por qué despertó tanta inquina?

Quienes dicen la verdad suelen despertar inquina, pero en lo que respecta a Valle Inclán, sus desavenencias tuvieron su origen con una obra suya que no se puso en escena durante el tiempo que Galdós fue director artístico del Teatro Español de Madrid porque ya estaba reproduciéndose por entregas. Con Unamuno ocurrió lo mismo, porque también se resintió cuando su Fedra fue rechazada no sabemos por qué. Tal vez no gustó al jurado, que no sólo estaba compuesto por Galdós, e incluso es posible que tampoco le gustara a él. Pero debo destacar que tanto Valle Inclán como Unamuno habían empezado su relación con Galdós reconociéndole como maestro y hombre influyente.

¿Qué fue lo que hizo Unamuno?

Se fue mostrando reticente ante el realismo galdosiano, lo cual fraguó en un prólogo en 1920. Pero eso es lícito. Unamuno y Galdós eran escritores -y personas- muy distintas, y no tenían que estar de acuerdo en todo. Lo que podría merecer un adjetivo duro es el discurso post-mortem que en febrero de 1920 le dedicó en Salamanca manifestándose contra su obra de forma ingrata, y sobre todo equivocada, como la posteridad ha demostrado. Pero el Unamuno-hombre era así. Le gustaba hacer afirmaciones que levantasen polémica porque era la polémica personificada, aspecto en el cual eran totalmente opuestos.

Tampoco fue muy apreciado por la Generación del 98

A Galdós siempre lo han valorado quienes lo leyeron sin prejuicios ideológicos ni envidias artísticas. Por eso, excepto Machado, todos los grandes nombres de la Generación del 98 lo atacaron, aunque previamente le hubieran declarado su amistad por interés. A veces es cierto eso de la barrera generacional en el arte que lleva a que los hijos renieguen de sus padres. Con la Generación del 27 y quienes la siguieron le fue algo mejor, piénsese en María Zambrano, por ejemplo. Asimismo es testimonial la complicidad que se creó entre Vicente Aleixandre y Lorca al descubrir ambos que eran lectores de Galdós en una época en la que leerlo y admirarlo era un pecado inconfesable. A pesar de lo cual se le seguía leyendo y admirando.

¿Qué le parece que sea considerado un escritor exclusivamente realista?

Todo el que ha leído a Galdós sabe que fue un escritor realista y que para escapar de la realidad nada resulta más apropiado que la vena fantástica que él manifestó desde el inicio de su carrera literaria hasta llevarla a su perfeccionamiento en su última etapa. Ningún otro escritor realista superó los encasillamientos como él. Sus cuentos fantásticos son prueba de ello, y sus últimas obras constituyen una evasión de aquella realidad tan desagradable que le tocó vivir.

¿Qué puesto ocupa Galdós en la literatura universal?

El de uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Si no hubiera sido español, se le hubiera reconocido más.

Siempre se le coloca en segundo lugar después de Cervantes.

Las comparaciones no son buenas. Cervantes es reconocido universalmente como el creador de Don Quijote. Pero por el contrario, es difícil dirimir qué es lo mejor de una trayectoria novelística como la de Galdós, que abarca casi medio siglo de escritura.

Pero estará de acuerdo que a diferencia de 'El manco de Lepanto' no tuvo una existencia novelesca

Es cierto, pero a pesar de eso se le han dedicado varias biografías, Clarín intentó realizar una en vida del propio Galdós. Federico Sainz de Robles hizo lo propio, luego Berkowitz, pero hasta ahora la mejor y más completa es la de Ortiz Armengol, que marcó un hito.

¿Y la más reciente, de Francisco Cánovas Sánchez?

Yo diría que no aporta nada nuevo, y si no se añaden conocimientos no me parece lícito insistir en biografiar.

Es curioso que se haya analizado tanto la vida de un hombre que no fue muy brillante más allá de la literatura

Efectivamente, pero es que resulta muy atractivo observar sus diferentes etapas, sus relaciones familiares, sus amistades. Llegó a Madrid como un muchacho de provincias que quería abrirse al mundo y lo consiguió a través del periodismo. En 1870 ya tenía en mente un programa literario muy claro: retratar la España de su época para proponer mejorarla. Tres años después comenzó a redactar los Episodios Nacionales, y siempre escribió con la intención de dejar huella. Quería legar una obra útil y pragmática, pero como era un genio, de su pluma salían al unísono cosas divertidas y amenas para quienes no gustasen del pragmatismo y la utilidad. ¿Quién podría conseguir eso sin ser brillante?

¿Y qué es ser brillante?

Si miramos a nuestro alrededor nos echaríamos a llorar.

Ideológicamente fue un liberal desencantado

Para él, el asesinato de Prim supuso la quiebra de los ideales de la Revolución Gloriosa, lo que tuvo como resultado que la Primera República fuera un verdadero caos. Debemos tener en cuenta que su visión de la política es tan negativa porque fue un republicano al que le tocó vivir la Restauración.

Pero sin embargo nunca perdió su fe en la república

Sí, e incluso hizo una profecía bastante curiosa: "fracasó la Primera República, también fracasará la Segunda, pero triunfará la Tercera". A pesar de lo cual no estoy segura de que fuera republicano en todo el sentido de la palabra; tal vez no exista una palabra para definir su ideal político. A mí me gusta pensar que fue un patriota "contra eso y aquello", es decir contra todo lo que significara injusticia social, falta de libertad, incultura...

¿Fue ese el origen de su anticlericalismo?

Su anticlericalismo hay que contextualizarlo en la época, porque en cierto modo fue una reacción contra el desmesurado poder e influencia de aquella Iglesia, pero nunca contra la fe católica. Conservó siempre el crucifijo que de niño le regaló su profesora de inglés y en su residencia santanderina el que le entregó el papa durante su viaje a Italia. Tenía gran estima por los sacerdotes honestos y por las hermanas de la caridad. ¿Acaso ser anticlerical es manifestarse contra una Iglesia cerrada y dominadora de las conciencias?

¿Quiere decir que en el fondo era un hombre piadoso?

Fue un hombre bueno, generoso y caritativo en extremo. Sabemos que se implicó económicamente en el sanatorio para niños que abrió en Chipiona su amigo el pediatra Tolosa Latour, y que donó a los pobres de Madrid la caja de una representación de Electra. El que no asistiera a misa no quiere decir que no fuera piadoso.

¿Cuáles eran sus pasatiempos?

Amaba la horticultura, que brotaba de su alma de campesino heredada de los Pérez, lo cual le llevó primero a cultivar flores en su residencia madrileña -donde intercambiaba bulbos con el escritor José M. Pereda- y luego a cultivar con esmero su huerta de Santander. Allí disfrutaba de los animales, desde palomas a conejos, pasando por patos, perros e incluso ovejas, a las que ponía nombre, costumbre que extendió a los árboles. Quería tanto a los niños que les hacía fiestas y amaba tanto los barcos y el mundo de la navegación que conocía el código internacional de señales marítimas, empleándolo para saludar a los barcos desde su casa de Santander. También amaba el dibujo y la pintura, para las que tenía muy buena mano y siempre cultivó. Le encantaba pasear y hablar con la gente común.

También estuvo muy interesado por los avances científicos de la época

Estaba al tanto de las novedades. Le entusiasmaron los avances tecnológicos en los medios de transporte, la electricidad, los globos aerostáticos, la metalurgia, y cómo estos últimos se concretaron en la torre Eiffel. Todo ello puede extraerse de su obra. Sin lugar a dudas, le encantaba la medicina, le interesaba la psicología, la neurología, le fascinaba el mundo de las enfermedades mentales, que también aparecen en sus novelas, de ahí su amistad con numerosos médicos como Tolosa Latour o Luis Simarro.

¿Cuál es su mejor obra?

Casi todo el mundo opina que Fortunata y Jacinta, pero a mí me gusta casi todo.

¿Y lo peor?

Diría que su faceta como cuentista no fue la más lograda, porque el cuento debe ser directo como una centella, y a los suyos les sobran elementos. Pero también escribió buenos cuentos como ¿Dónde está mi cabeza? o La mula y el buey. En realidad, muchos de los que hemos considerado cuentos son novelas cortas, como el primero de la serie Torquemada.

Pero el Galdós dramaturgo también ha quedado ensombrecido por el novelista.

Sí, pero porque fue mejor novelista que dramaturgo, ya que su voluntad de ser tan claro ante el espectador hizo que se le escapasen algunas dosis de arte.

¿Es cierto que alcanzó su madurez en la década de los ochenta?

Tal vez sí. Fue la época de sus grandes novelas sociales contemporáneas que retratan aquella España con nitidez.

¿Cuál es su valor como escritor?

Haber creado el mejor universo novelesco -realmente el único- de nuestro siglo XIX, que nada tiene que envidiar al de cualquier otro autor europeo. La regenta es una magnífica novela (y así la vio Galdós) pero no tiene la "trastienda" que encierra cualquier creación galdosiana.

¿Cómo calificaría su estilo?

Claro, sencillo, útil y eficaz. Con ramalazos de ingenio pero sin perder hondura y nitidez. Atractivo, logra interesar, entretener, hacer sonreír y hasta reír.

¿Su obra sigue estando vigente?

Sólo hay que ver como se mantiene en primera línea de la actualidad. Y no sólo porque sus juicios políticos resulten apropiados en el momento político que estamos viviendo, sino asimismo por haber sabido escarbar en los seres humanos con tanta maestría y haber abordado todos los grandes temas universales que siguen conmoviendo (la injusticia, la fugacidad de la vida, el amor, la ingratitud, la muerte). Es un autor profundamente humano.

¿Cuál fue su mayor aportación a la literatura española?

Realizar el mejor retrato de España en todos sus aspectos.

¿Y el secreto de su éxito?

Ser un genio natural y enfrentarse al problema de España desde una perspectiva distinta, panorámica. A ello le ayudó mucho ser canario, porque al llegar a Madrid descubrió un mundo nuevo y distante al que buscarle explicación. Salió de aquí bien formado y con una mentalidad muy abierta para la época, y tras recorrer España recorrió Europa, con lo que llegó a poseer una visión global que no tenían la mayoría de sus colegas que apenas salían de sus provincias. Galdós se definió en ocasiones como "ultramarino", y del ultramar de entonces venía, con la mirada abierta y luminosa por contemplar la infinitud del mar y su luz.

¿Qué hay de su faceta sentimental?

Galdós dijo que nunca necesitó casarse, pero realmente creo que si no lo hizo fue porque no conoció a la mujer adecuada. Sin embargo se enamoró muchas veces y con intensidad. Entre sus amores destacan Lorenza Cobián, su amante de muchos años y madre de su única hija reconocida, María Pérez-Galdós Cobián. Emilia Pardo Bazán pudo haber sido su pareja ideal, pero estaba casada, y sin duda Galdós hubiera preferido una mujer menos "rompedora" que la gran gallega. En cuanto a Concha Morell, era inestable y un tanto alocada, pero sobre todo era "mujer de historia", como se decía entonces, por lo que no pudo presentarla a su familia debido a los convencionalismos de la época. Sus hermanos "habían casado bien", Domingo con una rica hacendada cubana e Ignacio con una mujer excelente que además era hija de un marqués. Pero más que cuestión de dinero o alcurnia, para su familia el matrimonio era cuestión de honorabilidad.

¿Cuándo se cumple un siglo después de su muerte podemos aprender algo de Galdós?

Muchísimo, pero leyéndolo con atención. Con Galdós aprendemos que la historia es una escuela y que no hay nada nuevo bajo el Sol. Todo ha sucedido ya, con lo cual la historia se repite, de modo que podríamos aprender de los errores, aunque muchas veces parezca que la condición humana nos obliga a cometerlos de nuevo.

¿Está afirmando que Galdós podría ayudarnos a comprender la España actual?

En cuanto a la política, sólo hay que leer La Primera República para tener la extraña sensación de estar leyendo una crónica de la España presente. Y cualquier lectura de los problemas humanos que Galdós novela, nos llevarían a levantar la vista y pensar.

Compartir el artículo

stats