Las palabras de Galdós, precursor de la narrativa nacional contemporánea fallecido un siglo atrás (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) después de inmortalizar su legado en la historia de la literatura universal, migraron ayer de las páginas de sus novelas y del pavimento de la capital grancanaria para atravesar las arterias de su ciudad natal, impelidas por esa vindicación que preside la entrada a su casa-museo en el barrio de Triana: "¿Que de dónde soy? Eso lo sabe todo el mundo. ¡De Las Palmas!".

Así lo reafirmó en 1914 a la revista La Esfera el célebre escritor, quien trazara su mapa vital entre Gran Canaria, Madrid y Santander, pero cuyo fecundo legado constituye la radiografía de una España plural y diversa, escrita en la piel del realismo y de la dignidad humana, y que hoy suscita unanimidad total después de una larga etapa de demonización. La conmemoración del centenario de su muerte, que se cumplía ayer 4 de enero -aunque el conjunto de la prensa local y nacional ya daba la bienvenida al 2020 bajo el epígrafe de Feliz año galdosiano- dio el pistoletazo de salida a un caudal de homenajes programados este año en torno al universo de Galdós y a la urgencia de revisionar su obra como un ejercicio de memoria que, más de cien años después, sigue dialogando e interpelando a nuestro presente.

Pasacalle

"Estos seres se llamaban palabras", declama La conjuración de las palabras, publicada en 1868, donde Galdós define el sustrato con que proyectó nuestras fantasías, obsesiones y creencias en la estela de la obra cervantina. Un extracto de esta obra metafórica inauguró ayer un pasacalle galdosiano que arrancó en el Parque San Telmo, con paradas a distintas alturas de la Calle Mayor de Triana, hasta su desembocadura en la plazoleta del Teatro Pérez Galdós, junto al monumento del escritor, donde se celebró al mediodía un acto-homenaje institucional, seguido de una ofrenda floral.

Esta serie de representaciones galdosianas a pie de calle, coordinada por Unahoramenos Producciones, suscitó la atención de numerosos ciudadanos que se agolparon en torno a los escenarios callejeros, arropados por la música en directo. En concreto, estas lecturas dramatizadas intercalaron fragmentos de La conjuración de las palabras (1868), Marianela (1878), El abuelo (1897), Episodios Nacionales. Zaragoza (1874), Tristana (1892), Fortunata y Jacinta (1887) y ¿Dónde está mi cabeza? (1892), a cargo de las actrices Alicia Ramos, Cathy Pulido, Laura Sassha y Raquel Amegashie. Por su parte, la formación musical estuvo integrada por Ruth Ventura, Bernard Doughty, Ismael Betancor, Luis Carlos Jiménez y Miguel Morales, que interpretó en directo las piezas The New Sa-hoo, de G. Farnaby; Libertango, de Astor Piazzola; A. Toye, de G. Farnaby; y extractos de la Suite en Sol M BWV 1007, de Johann Sebastian Bach.

Junto a la iniciativa de trasladar la palabra galdosiana a las calles, uno de los aciertos de este proyecto escénico radicó en la apuesta por un elenco íntegramente femenino -muy aplaudido por el público- dado que Galdós, dentro del marco de la mentalidad patriarcal decimonónica, trazó con una sensibilidad especial, plural y empática el arco de sus memorables personajes femeninos.

A su llegada a la Plazoleta del Teatro Pérez Galdós, el acto institucional contó con la presencia de Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias; Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria; y Augusto Hidalgo, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria -las tres instituciones participan en la conmemoración del centenario-, quienes sumaron sus voces a la última lectura dramatizada de la mañana, ante la presencia de numerosos representantes de la cultura y la política isleña.

Asimismo, Ángel Víctor Torres manifestó al término del acto que "hoy [por ayer] es un día muy importante para la historia de las letras universales porque se cumple el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, que no es un canario ilustre -que lo es- sino que es un autor universal de la literatura. Creo que, con el paso de los años y de las décadas, estamos hablando de uno de los dos o tres mejores escritores en lengua castellana de la historia, y seguramente el que mejor retrató a la mujer, como reflejan Tormento, Tristana, Fortunata o Jacinta, que son grandes personajes que simbolizaban a la sociedad española del siglo XIX y que nadie retrató mejor que Galdós". Además, Torres subrayó que se trata de "un referente de nuestra tierra" y "un canario universal al que le rendimos un merecido homenaje".

Puertas abiertas

Por su parte, la Casa-Museo Pérez Galdós abrió sus puertas desde las 10.00 horas hasta la medianoche y desplegó un amplio programa de actividades multidisciplinares en la casa natal del escritor. Esta propuesta incluía visitas guiadas a las dependencias de la casa-museo, con el obsequio de un libro del escritor a cada visitante a lo largo de la jornada. También se realizó una reproducción continuada de las imágenes del entierro del escritor y del documental ¿Qué es España? 1929-1930, que constituyen las únicas imágenes de Galdós en movimiento, y que muestra imágenes inéditas de otras destacadas personalidades de la época, como Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos, Juan Negrín, Severo Ochoa o Ramón y Cajal, entre muchos otros.

Además, a la caída de la tarde, el centro iluminó su fachada y dio comienzo una lectura dramatizada de la obra Los Condenados (1894), a cargo del actor Miguel Ángel Maciel bajo la dirección de Nacho Cabrera (Teatro La República). Y les tomó el testigo, como broche final, el concierto Improvisaciones sobre Galdós, a cargo del músico y compositor Yul Ballesteros, y la lectura de textos galdosianos a cargo del escritor José Luis Correa, que recrearon el universo galdosiano, desde sus personajes hasta los lugares y ambientes que describe en sus novelas, a través de los acordes.

Con todo, como guiño a la última escala de Galdós en Tenerife, cuando abandonó Gran Canaria con rumbo a Madrid, la Biblioteca Pública del Estado de la isla tinerfeña impulsó una jornada especial de nueve horas de actividades con pintura mural, graffittis, exposición bibliográfica, teatro familiar, lectura interpretada y una acción performativa. Además, una parte de estas actividades se realizó también en la Biblioteca Pública del Estado en Las Palmas de Gran Canaria.