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Entrevista | Javier Infante

"La música popular son cimientos y raíz que te inspira a crear otras cosas"

"Hay músicos buenos que no estudian en los conservatorios, y para los alumnos la motivación es el título", reflexiona el músico y docente

Javier Infante, ayer en la capital grancanaria, en pose acrobática con la guitarra imaginaria, durante la entrevista. ANDRÉS CRUZ

Este viernes 24 estará en madrid defendiendo su doble rol de intérprete y compositor, en un concierto en el además presentará un libro que ha publicado y que reúne composiciones originales.

Este acto surge tras la publicación de un libro con obras mías en 2018 con una editorial madrileña: Solo guitarra, un libro de composiciones con diez piezas para guirarra. A raiz de esto, al lado del Museo Reina Sofía hay una tienda de guitarras, Guitarras de Luthier, que es como el templo de la guitarra, y me invitaron. Allí se celebran cursos en los que he estado con figuras como Leo Browuer o José María Gallardo, y hay un circuito muy gordo e incluso una lista de espera de dos años para poder tocar en este local. Tengo buena amistad con ellos, y además de los cursos de composición me han becado. Aprovecharé cl concierto para presentar temas nuevos.

Su producción discográfica suma siete referencias ¿Ha grabado material nuevo de cara a nuevas grabaciones?

No, lo último fue en 2017 que grabé un disco de guitarra Solo Session. Y estoy en ello, me quiero meter ahora en estudio, pero sin fecha definitiva. Los temas del libro que presentó en Madrid no se han grabado, y tengo en proyecto otra publicación.

De cualquier manera sigue trabajando como profesor de guitarra moderna en el Conservario Superior de Música de Canarias y con una poblada agenda de colaboraciones en múltiples proyectos musicales en el Archipiélago.

Sobre todo de docente y en varios proyectos como dices. Como intérprete me gusta la guitarra española, que también se llama guitarra clásica, un instrumento con el que puedes tocar música original, en este caso los temas propios, o la música de jazz. Voy haciendo conciertos y tengo proyectos en todas las Islas: colaboro con Alexis Lemes en Lanzarote; en Fuerteventura, con los hermanos Ramírez; con Kike Perdomo, en Tenerife; y ahora en febrero en La Palma, tengo conciertos con un cuarteto de cuerda holandés, North Sea String Quartet, y una posterior gira por Holanda este año. Todo vinculado a la música original y a la improvisación. Y más colaboraciones como con Mestisay con el músical de César Manrique; con Moneiba Hidalgo, cosas de funk. La [guitarra] eléctrica me encanta, pero si es verdad que me siento más idenficado con la guitarra española, y a partir de ahí me ha salido más trabajo. Y no paro de componer. Estuve viendo unos estudios en Madrid recientemente de cara a posibles grabaciones y no me terminaron de convencer. Además, sigo con el pianista José Alberto Medina -con quien registró Duos (2011) y Alegre Coraçao (2014)-, volveremos a grabar como dúo y con varios conciertos a la vista.

¿Los múltiples frentes musicales en los que colabora le impiden desarrollar su trabajo en solitario, como compositor e intérprete?

En todos esos proyectos hago música original, y es lo ideal. Todo se va moviendo y es compatible. La composición la entiendo como un entrenamiento diario. Siempre escribes un poco, otra semana escribes otro poco. Por ejemplo, para los conciertos con el cuarteto de cuerda holandes las piezas las tengo escritas hace cinco años.

¿Estaba buscando uno o varios proyectos para dar salida a sus composiciones?

Ha coincidido todo. Cuando compongo lo hago para mí y de cara al futuro pensado si alguna vez podría hacer algo con un cuarteto, como ejemplo.

Desde su rol de docente, ¿qué salud tiene la guitarra española. ¿Hay vocación entre los jóvenes músicos por trabajar el instrumento y su repertorio?

La guitarra española llama mucho. Es más, yo toco la guitarra eléctrica pero siempre, y a nivel personal, me ha salido más trabajo con la española que con la eléctrica. Cuando hago repertorio de jazz o versiones, tengo más trabajo con la española. Y mira que enseño guitarra eléctrica, me encanta el funk...Y lo que veo entre la gente que estudia en los conservatorios, entre otras cosas, es que hay muchos músicos buenos que no estudian en los conservartorios. Veo más vocación entre la gente que no está en el conservatorio, que también la hay por supuesto, pero quizás echo de menos que el alumnado tenga más vocación en ser intérprete y no una motivación para tener una titulación.

¿Cómo se consigue esa motivación que, en su opinión, no encuentra entre los alumnos?

A mi nadie me enseñó a tener vocación,eso va en la persona y no te lo va a dar ningún centro ni universidad; tu tienes vocación para hacer algún tipo de música y la haces. Los conservatorios están para dar una formación y preparar a la gente con un tíitulo, pero como decía, echo de menos más vocación de intérprete del instrumento. Cada vez me muevo con más gente que no sabe de música, y eso me encanta. Prefiero más la música de raiz, la improvisación y todo eso, y esto lo veo más entre la gente que no sabe de música. Los alumnos van al Conservatorio a sacar un título. Hacen falta más asignaturas prácticas en los conservatorios y que de una vez se pongan en práctica la especialidad de música moderna. Y no hablo de jazz, porque hay un mal muy grande. Me explico: el jazz lo veo como un folclore, y hay que dar todos los estilos. Ocurre igual con los instrumentos: la guitarra clásica, que es la guitarra española. Siempre se asocia clásica a la música, y se la nombra así para diferenciarla de lo popular, pero a mi me encanta que la guitarra esté vinculada a lo popular, y al final es un instrumento, ya lo dice la palabra.

Antes hablaba de la música de raiz y la improvisación. ¿Como compositor, ¿qué le interesa de lo popular?

La música popular son cimientos y raiz a la hora de interpretar, y luego te da aspiración. Son melodías que llevan tantos años ahí, y a partir de eso cada uno hace la música que quiera. Es una música que te inspira a crear otras cosas. Escuchas música celta o africana, todo ello te ayuda a crear, te inspira, porque del jazz estandar estoy un poco cansado, quiero otras cosas. En los últimos diez años he estado colaborando con proyectos de raiz cada vez más, y se valora mucho fuera. Tu vas a improvisar en un contexto de jazz con tus raíces, en el fraseo, en el desarrollo de la melodía, hay una identidad que no tiene nada que ver como cuando me pongo a improvisar a la manera de George Benson u otros, eso está ya creado y es otro lenguaje. Pongo el ejemplo del trabajo con Alexis Lemes, un autodidacta, que para mi es el timplista más interesante a día de hoy, un músico que toca de raiz y de tripas, y creo que de ahí saldrán cosas guapas.

¿Qué percepción tiene de los nuevos músicos canarios y otros veteranos que buscan su propio espacio sonoro en las coordenadas de las que usted habla?

Hay gente muy interesante haciendo cosas en las Islas, con proyectos muy originales.

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