La consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina, se mostró ayer partidaria de mantener la actual estructura orgánica y funcional del Centro Atlántico de Arte Moderno, con una gerente y un director artístico, al tiempo que negó que este modelo bicéfalo haya derivado en un caos organizativo, tal como se revela en una auditoría externa realizada en septiembre de 2017.

Según Medina, respecto a "la bicefalia a la que hace referencia la noticia [publicada por LA PROVINCIA/DLP el pasado 7 de enero], yo entiendo que las funciones están claras y que cada uno tiene sus propias competencias en el desempeño del trabajo". Se refiere a los roles que vienen desempeñando la gerente Leticia Martín, y el director artístico Orlando Britto, quien accedió al cargo en febrero de 2016.

La citada auditoría deja claro que el centro museístico de Vegueta precisa de un director/a que asuma las áreas gerencial y artística, ya que el modelo actual deriva en la "falta de un verdadero liderazgo". Esta situación, siempre según se detalla en el informe, ha generado conflictos personales y profesionales desde que se produjera el cese del anterior director, Omar Pascual Castillo, quien estuvo en el cargo entre 2010 y 2015.

Sostiene la consejera que "no existen fricciones" entre la gerente y el director artístico, ni con los trabajadores. "A día de hoy veo paz social en el CAAM; si acaso alguna opinión contraria que se debate y discute, y nada más", sentencia. "Habrá a lo mejor una sensibilidad que otra y algunas cuestiones que hay que atender", precisó. La consejera confirmó ayer que "conocía el documento", al tiempo que mostró su sopresa porque "nadie me había advertido de nada".

"Plena confianza"

Guacimara Medina reiteró su "plena confianza en el equipo directivo" al frente del CAAM. Tras hacerse pública la auditoría, mantuvo un encuentro con la gerente y director artístico para pulsar su opinión. "Hasta ahora no tengo argumentos para lo contrario, y repito que si hay que corregir algo se corregirá, y en esto les he pedido que me den una opción, y ver cómo lo podemos hacer". La consejera tiene previsto reunirse con todo el personal del CAAM para conocer la situación del centro a raiz de la auditoría. "Les dije que buscaran la fórmula adecuada para que pudiéramos hablar y que todos y todas se pudieran expresar, por si hubiera algo que arreglar", subrayó Medina.

A su juicio, el CAAM precisa con urgencia, "identificar las debilidades posibles, si las hubiera dentro de la organización, funciones y tareas propias de cada departamento y empleado, y hacer los ajustes que técnica y políticamente consideremos que hay que hacer. A priori, hacer un diagnóstico que no está hecho, que nos pone sobre aviso, pero no comparto con este documento la calificación de caos organizativo".

A su juicio, "hay que atender si puede haber algún tipo de desajustes o disfunciones, e identicarlos, pero creo que se exceden en la valoración que se da al centro, pero hay que poner el acento en ello y es el instrumento que voy a utilizar, y no porque me haya llegado esta auditoría, sino porque ya lo tenía en la cabeza", puntualiza la consejera.

De momento, la consejera insular de Cultura descartó ayer que tuviera intención de realizar a medio plazo otra auditoría sobre la gestión y funcionamiento del CAAM distinta a la de 2017, redactada por Eva Moraga para la firma Por&Para. Tal como avanzó Guacimara Medina, "no voy a encargar otra auditoría, prefiero en todo caso que nos veamos todos las caras y poder hablar, y espero que la dirección del CAAM en estos momentos, tanto artística como técnica, me den la solución, que se la he pedido".