Dolor y gloria, la película más íntima de Pedro Almodóvar, se erigió anoche en la gran triunfadora de la 34ª edición de los Premios Goya con siete galardones en las categorías de Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor (Antonio Banderas), Mejor Actriz de reparto (Julieta Serrano), Mejor Guión Original, Mejor Música Original y Mejor Montaje.

"El cine ha sido la experiencia más importante de mi vida (...) Yo no percibo la vida sin rodar", manifestó anoche un emocionado Almodóvar, quien aprovechó tres de sus apariciones en el escenario para dirigirse a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y, en palabras del cineasta manchego, "coautor del guion de los ciudadanos españoles en los próximos cuatro años". "El cine necesita la protección del Estado", manifestó al cierre de su último discurso, que puso el broche a una gala conducida por Andreu Buenafuente y Silvia Abril, por segundo año consecutivo, en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga.

Después de una noche gloriosa en su tierra natal, Dolor y gloria se enfrenta a su último gran asalto el próximo 9 de febrero en la gala de los Oscar, donde compite en la categoría de Mejor Película Internacional y se mide con el fenómeno surcoreano Parásitos, premiado en los Globos de Oro y en Cannes. Precisamente, Almodóvar deslizó ayer en plena alfombra roja un dato sorpresa, que aún no ha anunciado la Academia de Hollywood: Penélope Cruz será la encargada de entregar el Oscar en esta categoría, como ya hiciera en el año 2000, cuando hizo entrega de la estatuilla a su director fetiche en este mismo apartado al famoso grito de "¡Pedro!" por Todo sobre mi madre.

Y en esta entrega donde concurría otro de los grandes nombres del cine español, Alejandro Amenábar, su película Mientras dure la guerra, que lideraba las nominaciones, fue la segunda ganadora de la noche con cinco galardones, repartidos en las categorías técnicas. En cuanto a las resto de películas favoritas del año, La trinchera infinita, de Aitor Arregi, Jon Garaño, Jose Mari Goenaga, logró dos estatuillas, al igual que O que arde, de Oliver Laxe; e Intemperie, de Benito Zambrano.

Sin sorpresas, Antonio Banderas se hizo con el Goya a Mejor Actor en su tierra natal por su memorable Salvador Mallo, un trasunto almodovariano que recapitula la trayectoria de un director de cine en su ocaso y que ya le valió un galardón en Cannes, así como una nominación en los Globos de Oro. "Tenía que encontrarme contigo para llegar hasta aquí", le dedicó a Almodóvar. Por su parte, Belén Cuesta redobló su éxito después de los Feroz con el Goya a la Mejor Actriz por su papel de Rosa en La trinchera infinita, donde demuestra su versatilidad como excelente actriz de drama y de comedia. Entre los momentos más emotivos de la noche, la actriz gallega Benedicta Sánchez, a sus 84 años, recogió el Goya a Mejor Actriz Revelación por su papel en O que arde. "La vida te da sorpresas y esta es una muy grande para mi larga existencia", comenzó su discurso.

También lo fue el homenaje a Pepa Flores (Marisol), Goya de Honor 2020, que, en su ausencia, recogieron sus hijas María Esteve, Celia y Tamara Flores: "Ya hace más de 30 años que nuestra madre tomó la decisión de bajarse de los escenarios y hoy nos está viendo en una pantalla grande, desde un lugar en calma, y nosotras no podemos sentir más orgullo", declaró Esteve. Además, la cantante Amalia le dedicó la emocionante Canción de Marisol, el número musical más aplaudido de la noche, seguido de las actuaciones de Pablo Alborán, con una versión de Sobreviviré, de Manzanita; y de Jamie Cullum, que arropó al piano el tradicional In Memoriam.

En el tramo final de la gala, cuando la falta de menciones a la escasa representación y visibilización de las creadoras en la industria se discutía más en las redes sociales que en el escenario, la cineasta catalana Belén Funes -presente en el Festival de Cine de Las Palmas en 2018- recogió el Goya a Mejor dirección novel por La hija de un ladrón. Y por seguir con los guiños a las islas, también cabe reseñar que el director de fotografía y cineasta catalán Mauro Herce, Premio Goya a la Mejor Dirección de Fotografía, firmó su debut en el largometraje en 2015 con el apoyo de la productora canaria El Viaje Films, que se alzó con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Locarno, en la sección Cineastas del Presente. El catalán también proyectó en este certamen el corto Lonely Rivers (2019), con El Viaje Films.

Por su parte, Mariano Barroso, presidente de la Academia, señaló que el pasado 2019 fue el segundo mejor año de la década para el cine -en esta línea bromearon Abril y Buenafuente: "el cine es donde más gente se ha juntado sin que les disuelva la policía"-, pero, además, también fue un año de reconocimiento internacional para la industria española. "Quiero darles las gracias por mostrar las realidades y los sueños de nuestro país a todo el mundo", manifestó, sin olvidar el reverso del "desempleo y la precariedad" donde "para muchos el glamour es un espejismo". Además, anunció que el próximo 2021 se constituirá como el Año Berlanga, "para celebrar el nacimiento de uno de nuestros padres; lo cual, de paso, nos ayudará a entender algunas de las cosas que vivimos en nuestro país últimamente".