La galería de arte del Club LA PROVINCIA acoge la muestra titulada Colectiva de invierno con obras pictóricas de Lola Romay, que se fija en la figura humana más realista; de Falo Sosa, que enfoca sus lienzos a los rostros y las manos; y de Esteban Ruiz, postcubista con estilo picassiano. Se exhiben asimismo algunos cuadros de la colección privada de Romay sobre el artista Juan Cabrera.

Para juntarse en esta exposición a los tres pintores les han movido ciertas afinidades. Según Esteban Ruiz "nos unen las inquietudes culturales y artísticas. En este espacio compartimos el arte, cada uno con su personalidad y sus características. En esta sala convive un arte con otro como lo hacemos en la vida real, cada uno con sus inquietudes y con diferentes puntos de vista. La Colectiva de invierno maximiza ese comportamiento social de convivir no solo en la vida normal con nuestros semejantes sino obra con obra, cada una con su vida particular y su colorido mundo". Lola Romay asegura que "estamos vinculados por la amistad personal y los tres nos dedicamos a investigar en el arte, cada uno con su forma personal".

Sus estilos tienen aspectos en común y otros diferenciados. A Romay le gusta el realismo absoluto y la figura humana más que lo abstracto. Se decanta por la figuración. "Solo cuando me da un arrebato hago algo abstracto y, si no me gusta, pinto encima de lo ya creado". Comenzó en la Escuela Luján Pérez e investigó diversos tipos de pintura, pero, al final, siempre se inclinaba por el óleo "como los clásicos". Falo Sosa dedica su atención a los rostros y manos. "Soy profesional, asimismo, del retrato al óleo". Prefiere también la figuración antes que la abstracción. La obra de Esteban Ruiz es postcubista, de "una etapa posterior al cubismo de Picasso. Soy su gran admirador, así que he adoptado su estilo, pero empleando mis propias ideas. Prefiero la pintura abstracta porque la figurativa se sitúa más cerca de la fotografía".

"Los tres hemos coincido con Juan Cabrera, que pertenece a la Escuela Luján Pérez, pero yo hace muchos años que no acudo a ese centro, que me he vuelto autodidacta", señala Ruiz. "En esta exposición cada uno de nosotros sigue su trayectoria profesional, muy particular y diferente". Romay añade que "Falo y yo hemos tenido como profesor a Juan Cabrera y, en mi caso, prosigo con sus clases particulares en su taller, pero nuestra paleta de colores y pincelada es distinta. Yo soy más meticulosa y él más espontáneo, termina la obra en un momento, mientras que yo tengo que meditarla mucho". Sosa agrega que "yo pinto al natural, es decir, con el modelo delante, porque llevo en la Luján Pérez desde 2005 dibujando en vivo. Bueno, ahora ya no estoy en la Escuela. Junto a otros compañeros alquilamos un local y contratamos allí a los modelos".

Individuales o colectivas

Han realizado muestras individuales, pero lo más frecuente para estos artistas es juntarse en las colectivas. "Hice hace años una individual, sin embargo pertenezco a una asociación de pintoras canarias que se llama La Paleta, con las que efectúo colectivas que me resultan más cómodas porque cuando abres una sala y la exhibición dura 15 días se te hace duro tener que estar allí al pie de la obra, mientras que si exponemos varias vamos turnando nuestra presencia y nos sentimos más arropadas", aclara Romay. Sosa también prefiere las colectivas "por el trabajo de llenar la sala". "Yo elijo las individuales", apunta Ruiz, "lo que pasa es que hay menos oportunidades de realizarlas".

Fuera de las capitales canarias es más duro darse a conocer. Según Ruiz "no es imposible. La barrera que tenemos de las Islas es superable pudiendo anunciarnos en otros lugares a través de Internet". No obstante, Lola Romay opina que "supone un gran coste que te vean fuera porque hay que pagar por sacar la obra si no la puedes llevar en mano. Si quieres participar en una colectiva en la Península te cobran un arancel". "Si es duro darse a conocer aquí fuera, me imagino, que más", apostilla Falo Sosa.

Aunque los tres artistas han efectuado algunos cursos en centros de arte se sienten más inclinados a la propia experimentación. "Me gusta ir en el día a día investigando y trabajando para, sin darme cuenta, llegar a lo que siento dentro mí, en mi cabeza y mi espíritu, a sacar cosas nuevas", explica Sosa y Romay añade: "por ejemplo, ahora quiero pintar limones, cuando no soy muy dada a los bodegones, pero me dio por hacer una serie al implicar un reto por no ser un terreno que domine. La mente, en mi caso, se había acostumbrado a pintar caras y cuerpos. Tampoco estoy acostumbrada a crear marinas". "Yo experimento con todo tipo de material en intento siempre que mi pintura sea imaginaria", agrega Esteban Ruiz.

A los organismos públicos les realizarían varias peticiones para mejorar la vida cultural de los municipios. Ruiz pediría "más implicación a la hora de fomentar la cultura y aportar más facilidades en el momento de presentarla al público", y Romay solicitaría que "nos estimulen, que si tienen una sala propia la empleen como taller de artesanía o de pintura, que se contrate a profesorado de arte, que nos eviten un costo añadido por tener lo que queremos porque hay gente con muy buena calidad pictórica que necesita los medios para no perderse en el vacío".

Sosa practica también la artesanía figurativa, pero no ha traído ninguna pieza, en esta ocasión, al Club LA PROVINCIA. "Todos los trabajos que voy realizando se venden en las ferias a las que acudo, como ocurrió hace poco en Ingenio y Valsequillo. Pinto piedras que utilizo como modelos, es decir que, en base a su morfología se me ocurre el dibujo. También hago figuras de barro con los personajes característicos de la Isla".

Adopción de cuadros

Esteban Ruiz manifiesta que tiene una idea innovadora que trata de la adopción de cuadros. "Invito a las autoridades, precisamente para difundir el arte, a que se dé la oportunidad de adoptar las obras temporalmente por familias o personas que no puedan alcanzar a comprar la pieza. ¿Por qué no pueden quedarse una obra uno o dos años en su pared a un precio irrisorio?"

Para esta Colectiva de invierno este artista expone cuadros variados que siguen diferentes temáticas y con distintos colores. "Se trata de lienzos que se iban acumulando al fondo del estudio. Entre ellos se encuentra La pintora, una amiga de la que quise plasmar su característica de artista. Utilicé una variedad cromática bastante amplia. El cuadro que destacaría sobre el resto se titula El cocinero, un autorretrato que me refleja cocinando. Hay otro de Los peces, donde aparece una pesca metida en un cesto expresada de forma cubista. En La puerta realizo algo muy corriente en mí, distorsionar la realidad y los espacios y cubificar todos los objetos. Expreso mucho también los gritos en el silencio. Las personas de mis obras están gritando de forma ensordecedora aunque no se les oiga. El cuadro de El gallo fue realizado de forma rápida sobre una cartulina. La ida trata de un fallecimiento y aparece también un grito sórdido. Oscuridad emula los caballos del cubismo. El bodegón es un exponente del postcubismo".

Lola Romay ha traído a la muestra varias figuras. "Me gustan los desnudos, pero que no sean eróticos, sino más delicados. También exhibo el cuadro de una madre que recoge a su hija que se desmaya. Esta idea la he recogido de una revista. Se puede apreciar el retrato de una hija mía. Tengo una obra al óleo donde empleo la espátula, que me supone un reto, y el pincel". La artista ha llevado a la sala de arte, obras de varios estilos de Juan Cabrera que desea vender. " Este autor utiliza mucho la espátula y la espontaneidad".

Falo Sosa prefiere, ante todo, crear retratos que proceden de sesiones de 25 minutos realizados a gente común de la Isla. "Me gusta la frescura de estas pinceladas. También pinto a personajes famosos tomando las fotografías, pero al copiar se pierde un poco la espontaneidad. Me llaman mucho la atención las manos. Por eso las reflejo en esta muestra tocando la trompeta o la guitarra".