Falstaff, el gran trabajo de precisión de Verdi, iniciará la 53ª Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria-Alfredo Kraus con tres funciones en el Teatro Pérez Galdós los días 11, 13 y 15 de febrero a las 20.00 horas. La ópera cuenta con el trabajo del prestigioso músico y escritor Arrigo Boito, autor del libreto, que adapta de forma magistral la comedia de Shakespeare Las alegres comadres de Windosr junto a elementos de Enrique IV en una representación que consta de tres actos y que se sitúa a principios del siglo XV, en la localidad de Windsor, durante el reinado de Enrique IV de Inglaterra.

La obra narra las aventuras y desventuras de Sir John Falstaff en sus intentos de seducir a dos mujeres casadas y lograr el dinero de sus maridos, pero todo se vuelve en su contra. El reparto está formado por el barítono Roberto de Candia (Sir John Falstaff), la soprano Isabel Rey (Alice Ford), el barítono Roman Burdenko (Mr. Ford), la contralto Ana Ibarra (Mrs. Quickly), la soprano Sofía Esparza (Nannetta), la mezzosoprano Cristina del Barrio (Meg), el tenor David Astorga (Fenton), el tenor Reinaldo Macías (Bardolfo), el bajo Miguel Ángel Zapater (Pistola) y el tenor Juan Antonio Sanabria (Doctor Cajus), entre otros.

Se trata de una producción del Istanbul State Opera que cuenta con la dirección escénica de Renato Bonajuto. El maestro Roberto Gianola dirige a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria que actúa junto al Coro de Amigos Canarios de la Ópera, dirigido por Olga Santana, y participa la pianista Olga Nevalainen.

El presidente de Amigos Canarios de la Ópera, Óscar Muñoz, destacó la importancia de este título que ACO representa por tercera vez, tras las temporadas de 1988 y 1998, ya que es una de las dos últimas creaciones del compositor italiano junto a Otello ya que ambas son también "sus dos grandes obras maestras".

Muñoz hizo estas declaraciones en un acto en el que asistió todo el elenco, además del director artístico de ACO, Ulises Jaén, y el director de la Fundación Auditorio Teatro, Tilman Kuttenkeuler. Muñoz añadió que Verdi siempre quiso hacer una comedia y compuso este título para quitarse la espina del fracaso que obtuvo con Un giorno di regno.

Ulises Jaén, añadió, por su parte, que se trata de un título muy coral que necesita buenos cantante y actores que además han de tener un físico determinado "porque es necesaria una presencia escénica particular". Roberto de Candia afirmó que Falstaff "es una verdadera obra de arte" expresión del Verdi más tardío y supone un punto máximo en su producción, "un espectáculo de primer nivel que divierte y conmueve al mismo tiempo".

El barítono Roman Burdenko destacó que siempre que interpreta este rol quiere expresar un mensaje a los jóvenes al modo de invitación al cambio como el que su personaje experimenta. " Falstaff está lleno de conflictos, tanto entre los personajes como en las situaciones", y muestra "cómo en la vida es necesario adaptarse y cambiar". Isabel Rey señaló que interpreta "un personaje femenino con muchos matices" ya que "soy burlona e intrigante", pero subrayó que musicalmente "es un rompecabezas", pues cada uno dice una frase, algo que exige mucha concentración del artista y un gran trabajo de precisión de todos que deben sincronizarse al cantar para no romper el ritmo ya que está compuesta con unos ajustes matemáticos. "Si nos desajustamos musicalmente no desajustamos en todo lo demás. Y es fascinante compartirlo con nueve colegas".

Roberto Gianola recordó que "Verdi siempre soñó con hacer una ópera cómica y la hizo al final de su carrera, tras 50 años como compositor". Para el director de escena, se trata de "una ópera muy difícil desde el punto de vista musical, que plantea grandes problemas, probablemente es la obra de Verdi más difícil".

Escritura

El director musical subrayó que "cuando se escucha por primera vez, no parece de Verdi, no tiene su escritura habitual, tiene un lenguaje más refinado, con más matices, pero al profundizar, encuentras al compositor". Y afirmó que "Verdi siempre soñó con hacer una ópera cómica y por eso, es el gran testamento de Verdi.

El director escénico Roberto Burdenko destacó, finalmente, que la escenografía es "muy sencilla y elegante", pero que está inspirada en el periodo en que Verdi la escribió, excepto en el personaje del propio Falstaff que es el único que conserva la vestimenta del periodo de Shakespeare. Se trata de una ópera rápida, "que necesita cambios muy ágiles en el escenario".