Resulta esclarecedor que el álbum homónimo de Antoinette Konan no muestre nada más que un típico ahoko en la portada. Este instrumento de percusión tradicional engañosamente simple transformó la escena musical del baoulé en Costa de Marfil cuando Konan lo desplegó contra un rugiente telón electrificado de sintetizador, bajo y cajas de ritmos. Publicado originalmente en 1986, el álbum es un verdadera rareza de fuerza instrumental y sensibilidad pop contemporánea que muestra la cotidianidad de los personajes que habitan en la capital del país Abidjan, protagonistas de títulos como Kokoloko tani o Yale.