"Mi primera mujer, Diana, me dijo una vez: sigues trabajando como si intentaras ser una estrella, pero ya eres una estrella". Con esta frase Kirk Douglas definió perfectamente su vida, la del hijo del trapero que llegó a cotas que no se esperaba pero que nunca olvidó sus orígenes. Issur Danielovich Demsky, el verdadero nombre de Douglas, nació en Amsterdam, una pequeña ciudad en el norte del estado de Nueva York, único chico de los siete hijos de una pareja de judíos bielorrusos, Herschel Danielovitch y Bryna Sanglel. Emigrantes pobres que llegaron a Estados Unidos escapando de los ataques contra los judíos en su país de origen pero se encontraron con que en Amsterdam también había obstáculos en ciertos trabajos para los judíos, por lo que Herschel tuvo que empezar a buscarse la vida recogiendo trastos y muebles viejos por las calles. "Pasábamos hambre", recordaría años después Kirk, ya una estrella, pero que nunca olvidó una dura infancia en la que vendía tentempiés a trabajadores de las fábricas para poder comprar pan y leche a su familia. Una infancia pasada en la calle y que le daría una inteligencia muy viva, unas enormes ganas de salir adelante y un afán de superación que le acompañaría toda su vida.Trabajó como repartidor de periódicos para pagarse los estudios y pudo entrar en la Universidad de St Lawrence gracias a un préstamo que pagaba con pequeños empleos como jardinero o conserje.