El cantante Jorge Ruiz (Murcia, 1975), alma del grupo Maldita Nerea, considera que crear música es un proceso que tiene "mucho que ver con la magia" porque, si bien el resultado de componer letras o hacer una melodía "no tiene sustancia visible", sí ayuda a construir "realidades que pueden mover el mundo".

"Aparece una melodía, normalmente cuando estoy en movimiento; grabo la idea con el móvil y luego ocurre algo todavía más mágico, que es pasar de la idea a la acción, es decir, cuando esa melodía se convierte en algo real y comienza a rodar", apunta Ruiz en una entrevista a Europa Press.

El artista se encuentra en Murcia, donde este jueves ha firmado ejemplares de su último disco, 'Un planeta llamado nosotros', en el que ha querido continuar la estela de los anteriores, marcada por la confianza en la acción humana y en la positividad a través de mensajes dirigidos a todas las edades, especialmente a los más jóvenes.

"La persona que te importa es tu planeta; para cuidar de ti necesito cuidar de mí, y así cuidaremos de nosotros y del lugar donde estemos", explica en referencia al título del trabajo que le llevará de gira del 14 de febrero al 26 de junio por varias ciudades de España -en Murcia actuará el 23 y 24 de mayo- y otras del exterior como París, Londres, Dublín y Ciudad de México.

Asegura que para su último disco, el octavo en su carrera profesional, ha usado una "herramienta básica", la meditación activa, que le ha ayudado a encontrar su "máximo potencial" de creatividad con la ayuda de un maestro guía, y que, confiesa, "ha sido toda una revolución" para él. "Me ha transformado la vida porque yo antes era muy lento componiendo y, en este caso, en apenas un mes hice cinco canciones, de ellas tres 'singles'; ha sido revolución que quiero comenzar a desarrollar con otros artistas jóvenes para ayudarles con sus carreras".

Para Ruiz, la meditación es, de hecho, "la alquimia de la creatividad", una práctica que "sucede, es consecuencia" y que "no es tan mística como parece" porque "se ha hecho uso de ella en todas las religiones". "Lo que pasa es que los seres humanos modernos vamos a un nivel de velocidad que nos cuesta", ha matizado.

Sus letras hablan de libertad porque cree que gracias a ella "empiezas a destruir tus propias limitaciones", a interpretar las circunstancias, lo que te permite superarte y utilizar las experiencias, "incluso cuando son terribles", como "energía" que permite incluso revertir la realidad.

No obstante, sostiene que no siempre ha seguido esta 'fórmula' de interpretar la vida: "Hubo un momento, al principio, en el que empecé a correr más de lo que podía", en un contexto marcado por la "voracidad" de la industria discográfica y toda la vorágine que conlleva el mundo de la música.

Esto incluye "el 'yo'", la "idolatría", un aspecto que, reconoce, "es muy común en la música pop" pero no en su grupo, porque "aquí no hay ídolo" ni "motivo de adoración" más allá del trabajo del artista, que genera "una energía" y, a partir de ahí, "la gente te sigue y le llena".

"No considero que sea excelso; es cierto que hay una historia que tiene mucha coherencia entre lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago", comenta Ruiz, para quien esa 'coherencia' es muy visible en su último disco, en el que sus seguidores pueden encontrar una nana, varias canciones sobre educación y una sobre la discapacidad intelectual, titulada 'Extraordinario'.

Por tanto, insiste, su música va más allá de modas como el reguetón o el trap: "Esos músicos reflejan la realidad de lo que ven y si solo escriben sobre eso habrá que plantearse qué realidad les hemos dejado, es decir, en lugar de preguntarse por qué los jóvenes bailan ahora esos estilos, hay que ver qué pasa con la vida interior de esos chavales".

Pin parental

Titulado en Logopeda y Magisterio de Audición y Lenguaje, para Ruiz no hay profesión "más influyente" que la de un maestro, porque "hablar con ellos es hablar con generaciones enteras" y constituyen, junto a la familia, el "centro" de la vida de los niños. "Hay que honrar esa profesión y tratar de inspirar a través de tu historia, no aleccionar; todo el mundo cree saber lo que tienen que hacer los profesores, y eso no es así", asevera, tras criticar que "muchas veces se dicen cosas" de los docentes que "son vanales" sin pensar en lo que conlleva este trabajo.

Preguntado sobre la implantación del 'pin parental' en las aulas, asegura que se trata de "ruido" y de un tema que "utilizan las dos partes", obviando que "hay un mandato social establecido" que consiste en "confiar en el maestro", en su trabajo y potencialidad. "Es que no hay debate, ni de izquierdas ni de derechas".

Uno de los logros del que más se siente orgulloso es de formar parte de la Fundación Promete, centrada en proyectos de innovación educativa y social sobre la base de un "modelo antiquísimo, el diálogo socrático", y donde el cantante puede "sumar" en lo que respecta a la "gestión del talento".

Este sistema consiste "en preguntarle al sujeto: ¿qué quieres hacer?" y "mediante una técnica concreta dibujar ese proyecto desde la idea, convertirlo en realidad, comunicarlo y reflexionarlo", de manera que "tú aprendes a medida que haces las cosas", que las practicas y te equivocas o aciertas.

"La filosofía lo lleva diciendo miles de años; es un modelo inclusivo, valido para todas las etapas de la vida sobre todo a partir de 8 años y que se puede aplicar a cualquier escuela del mundo porque lo que importan no son las circunstancias, sino ese hacer de dentro hacia fuera", señala al respecto.

Hasta el momento, este sistema se ha implantado en varios centros educativos de La Rioja, donde se encuentra la sede de la Fundación, y también se practica en el Campus Promete, donde a lo largo de cinco días al año los niños "desarrollan su proyecto personal y se dan cuenta de lo valiosos que son".