Ocho años de calle y carretera y tres discos, ninguno de ellos igual al anterior. Es La Sra. Tomasa, una formación de siete músicos en la que militan dos canarios, y que hoy viernes 21 de febrero estrena nuevo repertorio con el lanzamiento de su tercer álbum Alegre pero peligroso (Guspira Records, 2020). Punto y aparte respecto al debut Corazón, B ombo y Son (Kasba Music, 2014), y el segundo Nuestra clave (2017). Aquí, la electrónica se da la mano con ritmos latinos, el hip hop y el trap.

"La banda nace en Barcelona como hijos del mestizaje pero con voluntad de cambiar eso y no ser un grupo más porque hay muchísimos grupos en Barcelona haciendo fusión, y no solo para ofrecer algo distinto, sino para que nosotros fuéramos una banda distinta, era necesario no ser una banda más", explica Pau Lobo, vocalista de La Sra. Tomasa.

El cantante es uno de los fundadores de este enérgico y festivo combo que tiene en sus filas al grancanario Alberto Limiñan (tres cubano) y al tinerfeño Pablo Domínguez. "Teníamos una banda ska y punk con 15 años hasta que nos dimos cuenta que no queríamos eso, y Sra. Tomasa nace por la inquietud de hacer algo distinto", explica Pau Lobo acerca de los inicios.

"Esto es un juego, no es una pretensión de nada", apunta Alberto Limiñan antes de entrar al detalle. "El disco tiene unos tintes y una personalidad mucho más evidente que los otros anteriores, usamos sonidos que suenan mucho, tocamos mucho más el género urbano, y sustituimos la caña pura y dura por la contundencia, más que buscar esa energía descontrolada. Es un disco variado que lo puedes gozar en el coche, en un viaje...". De esta manera resumía el grancanario el contenido de este Alegre pero peligroso, días atrás con motivo de una visita a la isla junto a Pablo Domínguez y Pau Lobo.

El encuentro con los tres, en el Parque San Telmo, se produjo un día antes del lanzamiento del segundo single del álbum, y una de las colaboraciones que aportan los distintos colores que luce la tercera entrega de La Sra. Tomasa: Que venga, con el concurso de Bejo. "Este es el segundo single -apunta Pau Lobo-, el primero fue Ya no se juega, que habla de nuestro barrio y del que cualquier, y este Que venga, con Bejo, es una canción que viene a decir ¡que venga lo que venga que estamos curtidos! Ya son ocho años, queda mucho por aprender, pero vamos sin miedo y fuertes".

Alberto Limiñan asiente cuando se califica a La Sra. Tomasa como un producto ecléctico, con un sonido elástico que escapa al patrón habitual de los grupos barceloneses que experimentan con la fusión y la rumba como primer plato.

"Choque de trenes"

Explica Alberto Limiñan en este sentido que "intentamos ser eclécticos con todo lo que hacemos". Por ejemplo, y según relata, "el segundo disco Nuestra clave (2017) también lo fue, y dentro de la tendencia que tenemos intentamos aprovechar todo lo que sucede. Nos gusta jugar mucho con la prospectiva, ver lo que suena, y tomar todas esas tendencias para elaborar nuestra música". No le falta razón al grancanario cuando ilustra la conversación con una sentencia: "Nuestra música es como un choque de trenes entre dos mundos, que son la parte más orgánica y que viene a ser la raiz de la música latinoamericana, y de otro de la parte más procesada o sintética que es la música electrónica. Y a pesar de la comercialidad que pudiera tener, y si lo comparas con la música comercial en si misma, la verdad es que La Sra. Tomasa suena más underground".

Las colaboraciones que se incluyen en Alegre pero peligroso tienen mucho que ver con todo ello. "Coely, por ejemplo, es una chica belga que tiene que ver con el género urbano, un referente que dará mucho que hablar; tenemos a Stonebwoy, que en Ghana es una figura en el reggae y afrobeat..., y con todo ello buscamos la internacionalidad, un sonido más global". Junto a Coely ( Muévelo) y Stonebwoy ( Para ti) se encuentran, además de Bejo, otros colaboradores como Ahyvin Bruno, Marcio, Desiree Diouf y Sr. Wilson, que protagonizan el tema El colectivo.

Con otras composiciones como Suba, Estado mental, Sin miedo, Arrímate, Olivo y Nada más, se completa un álbum, que se según sus protagonistas, será difícil que se vuelva a repetir. "Somos una banda en constante evolución, el próximo proyecto será otra cosa", puntualiza Pablo Domínguez. En su opinión, "si miramos atrás, tenemos los Live Sessions que hicimos con el disco anterior, que era coger los temas y reventarlos completamente, y somos siete personas, y aunque haya una dirección de producción por parte del batería y del saxofonista, se mezcla toda la capacidad creativa de todos".

Reconocen los músicos que "a nivel creativo nos cuesta hacer disco, pero estamos contentos con el resultado". El proceso, entre siete, no es fácil. Lo recuerda Pablo Domínguez: "uno pone unos acordes, el otro un concepto, un tercero un coro y otro perfila la producción, y a partir de ahí se arranca, se vuelve a cambiar, y hay temas que se han cambiado unas cuatro veces, que empezaron siendo de una manera y terminaron como otra cosa".

Este tercer disco ha costado un año con sus intermitencias. Según el músico tinerfeño, "llevamos un año con el disco, pero hemos estado al cien por cien. No tenemos todo el tiempo para dedicarlo a La Sra. Tomasa, y son siete voluntades diferentes: a mi por ejemplo me gusta la rumba cubana, el rollo más clásico, a otro le gusta más el trap, y al final llegamos a un buen puerto siempre, y con una constante argumentación que va de un lado para otro, porque esto no es una banda que tenga un líder, sino un conglomerado de ideas cambiantes".