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Teatro

No hay mejor ciego que el que no ve y se mete a actor

La ceguera de los integrantes de la compañía teatral Antígona convierte los camerinos de su último montaje en un ejercicio de integradora paciencia

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El Grupo Antígona de la ONCE representa la obra 'Amor de don Perlimplín'

"Aunque soy ciega me tengo que maquillar delante del espejo", cuenta Eloísa Peña Rivero, actriz de la compañía teatral canaria Antígona, formada por actores y actrices ciegos y con deficiencia visual grave, media hora antes de que el pasado sábado en Las Palmas de Gran Canaria se levantará el telón (ficticio) de su última producción, Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, de Federico García Lorca, protagonizada por diez intérpretes, seis de ellos invidentes o con serios problemas de visión.

"Lo pasamos peor quienes sí vemos", explica Blanca Rodríguez, actriz, dramaturga y directora grancanaria, responsable de la compañía teatral perteneciente a la ONCE, mientras hombres y mujeres se maquillan o ajustan su vestuario, ayudados entre ellos o con alguna de las dos asistentes. Y de entrada, las bambalinas de la Sala Insular de Teatro, en Las Palmas de Gran Canaria, no se alejan demasiado del desorden organizado que existe en las horas previas de que cualquier compañía asalte el escenario. Es el detalle de lo que entre esas cuatro paredes sucede lo que convierte en algo aún más especial el trabajo que finalmente se verá sobre las tablas y que quizá, si el espectador previamente no supiese que se trata de actores ciegos, nadie lo percibiría. Puede que un poco lentos en el movimiento durante sus interpretaciones pero nada más que llame especialmente la atención cuando están bajo los focos.

"No son actrices y actores aficionados; son no profesionales. Para profesional ya estoy yo", señala Rodríguez a quien las circunstancias visuales de cada uno de los miembros de su elenco y las complicaciones que eso pueda tener para poner en marcha el montaje no le impide realizar una propuesta teatral más contemporánea al texto de Federico García Lorca, de su compañía La Barraca -originalmente era una pieza para marionetas-, donde un señor mayor y rico, don Perlimplín (papel que interpreta Ladislao Coronado Bolaños), acaba casado y engañado por su joven y casi comprada esposa, la escultural Belisa (Eloísa Peña Rivero), de quien se vengará rompiéndole el corazón haciéndose él pasar por otro.

La directora grancanaria lo ha envuelto todo en una estética "a lo Rosalía; de mucho brilli brilli? Muy de tienda de chinos o chonis" y con un ritmo y planteamiento "adaptado a nuestra sociedad actual, la de los Sálvame o de programas donde la gente alardea de sus infidelidades y no les importa mercadear con su existencia", añade Blanca Rodríguez que, además, le da una vuelta de tuerca al montaje llevándolo al musical, labor que han llevado a cabo Juan Andrés Rodríguez y Víctor Rodríguez, tándem que ha creado la música para cantar este Lorca.

El trabajo vocal es otra de las características que diferencia de otros la preparación de este espectáculo protagonizado por ciegos ya que, al no tener conciencia ninguno de ellos del es

pacio ni las distancias, deben aprender y desarrollar lo que se viene a llamar "distancia sonora", para lo cual han trabajado con Fernando Becerra, especialista en entrenamiento vocal y coach de habilidades comunicativas.

"Tienen mayor captación del sonido que cualquiera de nosotros pero hay que trabajarlo porque, cuando uno no ve, no sabe medir las distancias y al comunicarse puede tenderse a levantar la voz. Con mi trabajo ellos logran identificar ese espacio sonoro proyectando la voz con amplitud pero sin gritos", cuenta este experto que nada más llegar, en un pequeño ensayo previo a la función, hace juegos de voz con los intérpretes.

El equipo de teatro Antígona que participa en el montaje Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín está formado por Raquel Hernández, Sandra Pérez, Fabiola San Simón, Juani Suárez, Pino Martín, Laura Almeida, Beatriz Zárraga Oberty y Yeray Fariñas, además de Ladislao Coronado Bolaños y Eloísa Peña Rivero.

Fariñas es cantante y además ve perfectamente. "Trabajar con estas personas es toda una experiencia porque vez el tiempo que dedican para trabajar los textos o las canciones. Lo que uno se estudia en cuatro días ello lo hacen en uno o dos", explica este profesional curtido en bandas y orquestas de Gran Canaria y que lleva dos años vinculado a este proyecto de la ONCE que dirige Blanca Rodríguez, que triunfa actualmente en Telecinco con la serie El Pueblo, estrenada previamente en la plataforma de Amazon Prime Video.

"Como actriz, directora y dramaturga", dice Rodríguez, "trabajar con este grupo te acerca a una gente que se entrega literalmente a ciegas a la experiencia. Como no tienen muchos de ellos referencias -hay algunos que ahora son ciegos pero que sí tuvieron visión- es un arte más puro, más real o personal si se quiere, pero es lo que enriquece más esta experiencia como profesional, además de lo que esto supone como herramienta de integración para ellos", concluye sobre este grupo de teatro grancanario que ya tiene 32 años de vida y que es uno de los que más integrantes ciegos tiene de los grupos teatrales que la ONCE tiene en el resto del país.

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