Juan, cuando habla de alimentación infantil hablamos mucho de nutrientes, azúcares, aceite de palma, pero poco se habla de respeto. Para usted en cambio es algo fundamental, de hecho es el título de su ponencia? ¿A qué se refiere exactamente?

Ahí radica un gran punto de la educación, el respeto hacia el peque a la hora de comer. Podemos darle la mejor alimentación, ofrecerle los mejores productos, darle una dieta equilibrada pero sino respetamos sus sensaciones y sus necesidades innatas, estaremos alimentando a un peque correctamente, pero fallando en aceptar que cada uno es diferente, y que nadie mejor que ellos conocen sus necesidades a la hora de comer, en cuanto a cantidades se refiere.

Su trabajo consiste, en parte, en llevar una alimentación saludable a los colegios. ¿Qué es lo que peor se hace en los comedores escolares?

Hay tres puntos fundamentales que deberíamos trabajar en los comedores escolares. Por un lado, la composición del menú, con un exceso de productos y carnes procesadas, azúcares, falta de frutas y verduras, exceso de frituras, falta de legumbres y un exceso de proteínas animales y, en general, mal equilibrados, lo que los hace pobres en ese grupo de alimentos tan importante como son las verduras y frutas. Por otro lado, el trato que reciben algunos niños y niñas y adolescentes a la hora de comer por el personal del comedor, sin formación y, muchos de ellos, sin ganas de ejercer esa función. Se suele ver el momento comedor como un mero trámite, y no como un momento educativo más del día. Y por último, la mala gestión económica que se hace desde las empresas y las leyes de cada comunidad autónoma del precio destinado a la partida del comedor escolar.

Existe una creencia colectiva de que a los niños no les gustan determinados alimentos (como la verdura, la fruta, etc.) y les encantan otros (como los fritos, pizzas, dulces?), ¿es así? ¿los niños nacen ya odiando la alimentación saludable y adorando la comida malsana, o es una cuestión de educación?

No nacen con una predisposición sobre unos alimentos u otros. Simplemente una vez pruebas unos y, si además no tienen la costumbre de comer los otros, se establece una relación de alimentos ricos y divertidos y alimentos malos y aburridos. En nada ayudan los mensajes que lanzamos los adultos, o la misma publicidad, por no hablar de la capacidad que tiene la industria para hacernos creer que son alimentos óptimos para seguir una dieta equilibrada, lo cual los hace mucho más apetecibles. Si no se educa a un peque en una buena alimentación, la competencia es muy difícil de ganarla y un brócoli con papas rara vez ganará a una pizza. Simplemente por los sabores intensos y la palatabilidad que tiene la pizza.

¿Las madres y padres estamos más preocupados en general por la cantidad que por la calidad de lo que comen nuestros hijos, sobre todo en sus primeros años?

Un error que se repite cada día y se escucha en todos los comedores escolares. Sale el peque del cole y su padre o madre le pregunta: ¿Te lo has comido todo? Y ponemos el grito en el cielo si un día no se ha acabado toda la comida. Pero en cambio rara vez preguntamos: "¿Estaba buena la comida? ¿Qué te han puesto? Qué rica la crema de verduras, ¿no?, ¿Has disfrutado comiendo?"

La alimentación saludable está en racha. Cada vez estamos más preocupados por comer bien, pero? ¿de verdad estamos bien informados o seguimos perpetuando muchos mitos en cuanto a los alimentos?

Le diría que sí, pero después de dar una conferencia y escuchar las mismas preguntas de siempre, preguntas que desde salud pública primaria deberían estar más que respondidas, vemos que aún queda mucho camino por recorrer, y sobre todo en alimentación infantil. Camino que no dejaré de hacer.

En España tenemos una de las tasas más altas de obesidad infantil de toda Europa, ¿crees que se está trabajando para revertir estos datos?

Por lo que a mí respecta, no lo suficiente. Ojalá tomáramos medidas reales, pero por desgracia no. No lo bastante.