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Al frente del Teatro Mínimo

Una experiencia en sintonía con El Caracol de Rivas Cheriff o El Mirlo Blanco de Monné

Josefina de la Torre en el Teatro Mínimo, en su casa de Las Canteras. LP/DLP

El 10 de agosto de 1927, una joven de apenas veinte años, estrena una pequeña obra teatral de su hermano mayor en Las Canteras, 81, en la casa que la familia tiene en la playa de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de la representación de El viajero, obra en un acto, dividido en dos cuadros, escrita en 1920 por Claudio de la Torre y Millares. La trama de este cuento teatral gira alrededor del recuerdo de la muerte de un joven, ahogado hace unos años, que parece que vuelve a su casa para morir de nuevo, esta vez de verdad. La joven que hace el papel de Amparo, la hija mayor, es Josefina y la velada supondrá la consolidación del Teatro Mínimo.

Decíamos al principio que Josefina tenía, cuando se inaugura el Teatro Mínimo, unos veinte años..., o incluso menos, porque si hemos de hacer caso a la nota biográfica que aparece en el nº 1 de la revista Millares (julio-septiembre 1964), la fundación debe adelantarse un año:

Fundó en 1926 el Teatro Mínimo que, bajo la dirección de su hermano Claudio de la Torre, tuvo gran resonancia en esta ciudad e incluso en la vecina isla de Tenerife.

Muchos años después de estos acontecimientos, en 1965, en el nº 5 de la revista Millares se publicará el texto dramático, precedido por una crónica de Fray Lesco, seudónimo del popular periodista grancanario Domingo Doreste (1868-1940), en el que detalla el estreno en Las Canteras. En primer lugar, el crítico describe el espacio escénico:

"Un patio más largo que ancho sirve de estancia a los espectadores. Al fondo una ventana rasgada sirve de embocadura al minúsculo escenario, que es una de las habitaciones de la casa.

Es un teatrito donde la sencillez y el refinamiento parecen una misma cosa:

En él se ha prescindido de todo relieve escenográfico y la representación se desliza sin más fondo que unos cortinajes. Es arte que se hace en casa (ya que en la ciudad no se hace); pero no se trata de un teatro casero. Quiero decir que no es arte de entretenimiento, sino de absoluta seriedad".

El periodista continúa relatando de manera pormenorizada los sucesos del estreno:

"La representación de anoche fue principalmente una evocación de arte ruso. Josefina y Paquita de la Torre cantaron en los entreactos números de Gretchaninoff y de Rach-maninoff, como un coadyuvante musical de un drama de Leónidas Andreiev, arreglado para la escena española por Claudio (?). Teatro Mínimo? pero yo sigo escribiéndolo con mayúsculas".

Desde muy pequeña, Josefina muestra una sobresaliente vena artística, como recordaba su hermana María Rosa en 2007. Con tan solo seis o siete años dejará admirados a sus padres:

"Pero lo que más llamó la atención de nuestros padres fue, como siempre, por su extraordinario sentido artístico y musical y su precocidad, la actuación de Josefina, entonces La Pepa. Cantó, con sus poquísimos años, el aria de La Traviata, recitó, bailó e hizo innumerables imitaciones. Era una criatura realmente excepcional".

Rivas Cherif, en el ensayo Cómo hacer teatro. Apuntes de orientación profesional en las artes y oficios del teatro español, escrito en el Penal de El Dueso en 1945, en poco más de un mes, mientras estaba incomunicado en una celda de castigo, habla de los teatros artísticos ("una redundancia", dice él), cuyo objetivo es la reivindicación del arte frente al comercio. Entre esas experiencias teatrales recuerda la que llevan a cabo Claudio y Josefina de la Torre con su Teatro Mínimo de intención artística. Todos los datos que maneja en la cárcel son sacados de su memoria prodigiosa pues, lógicamente, en esa situación no tiene ningún apoyo documental. Rivas Cherif concluye: (...) "mi mayor afán: el conseguimiento de un teatro en que la poesía de nuestro tiempo tuviera la conveniente expresión escénica".

En la Península surgieron experiencias similares en locales de aforo limitado, también llamados teatros de cámara, como El Caracol, del mismo Cipriano Rivas Cherif, el Teatre Intim de Adriá Gual, El Mirlo Blanco de Carmen Monné o el Teatro Fantasio de Pilar Valderrama.

La labor teatral de los hermanos de la Torre no finalizó con el estallido de la guerra, aunque la orientación vanguardista desaparezca y la libertad creativa se vea cercenada por la censura en la España negra del franquismo. Josefina llegará a ser la primera actriz del teatro María Guerrero y formará parte de distintas compañías escénicas, como la de Nuria Espert, la de Vicente Parra o la de Amparo Soler Leal, entre otras.

En 1969 comienza a colaborar en el espacio de Josefina Molina Teatro de siempre de TVE, con la dirección y realización de Jaime Azpilicueta en Los verdes campos del Edén, de Antonio Gala, acompañada por Enriqueta Carballeira, Ramón Coroto y Mercedes Prendes. Ese mismo año participa en la obra de Beckett, Esperando a Godot con M.ª Fernanda D'Ocón y Julieta Serrano. Finalmente, en 1970, participa en la versión del Ajax de Sófocles, dirigida por Josefina Molina y con un amplio elenco de actores españoles, como Paco Morán o Ricardo Merino.

Recordemos, para acabar, la nota biográfica que ella misma redacta para la antología poética de 1934 de Gerardo Diego, en la que se pretende recoger las voces más significativas de la nueva poesía, pero en la que solo aparecen dos mujeres, ella y la poeta vasca Ernestina de Champourcín.

"Nací en la isla de Gran Canaria. Escribí mi primer poema a los siete años y desde entonces he seguido escribiendo. Me gusta dibujar. Juego al tenis. Me encanta conducir mi auto, pero mi deporte predilecto es la natación. He sido durante dos años presidenta del primer Club de Natación de mi tierra. Otras aficiones: el cine y bailar".

Josefina fue, hasta el final, una mujer moderna. El golpe de estado del 36, la Guerra Civil y los años de dictadura franquista acabaron con todo aquello. Los valores que ella encarnaba, por el contrario, permanecieron latentes en la memoria colectiva y fueron recuperados con la democracia del 78. Aunque todavía quede mucho por hacer?

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