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53ª Temporada de Ópera

Maria Mudryak: "Esta producción me ha permitido tener otra visión del papel de Adina"

"El aria principal, que antes lo hacía de forma más melancólica, aquí lo interpreto con mucho carácter", indica la soprano

Maria Mudryak: "Esta producción me ha permitido tener otra visión del papel de Adina"

Usted ya ha interpretado esta ópera en otras ocasiones. ¿Ha encontrado muchas diferencias en este Elixir de amor y los anteriores con los cambios que ha introducido el maestro José Miguel Pérez-Sierra?

Lo noto en un momento fundamental de la representación como es el aria más importante que canto, Prendi, per me sei libero, al final del segundo acto, porque el maestro cambia el sentido de la interpretación. Se trata de un aria que antes lo hacía de forma más melancólica y romántica, pero en este caso el director cambia el carácter de la pieza para que lo haga con más fuerza, más convincente, y eso hace que cambie el carácter de la propia pieza en ese momento. Y cambia pro supuesto la misma Adina. Esto hace que se produzca una visión totalmente diferente a mi papel. Porque es, justamente en ese aria, cuando se descubre el carácter real y la forma de pensar de Adina. Viene justo después de la popular Una furtiva lágrima que canta el tenor Iván Ayón.

ACO subraya que este título es la producción más humorística de las seis versiones de L'elisir d'amore que ha realizado hasta ahora. ¿Cuáles son esos elementos que la hacen diferente?

Esta producción es muy divertida y tiene una personalidad propia que la distancia de las propuestas que se hacen habitualmente. Pero así es como debe de ser L'elisir d'amore. He estado en otras producciones que simplemente cuentan la historia sin preocuparse de ofrecer al público un buen producto teatral dentro de la comedia. Pero esta ópera debe representarse así, se debe basar en la vivacidad, simpatía y el humor de los personajes, y esta ópera, desde la obertura hasta el final, es muy divertida. Todo tiene un ambiente circense que contagia a los cantantes y que repercute también en los espectadores.

¿Y tiene mucho que ver el hecho de que el director de escena, Vicente García Sierra, se haya inspirado en pinturas de Botero?

Es algo fundamental. De hecho, la representación está basada en una de las series más conocidas del pintor colombiano. La escenografía parte de un conjunto de dibujos que el pintor y escultor colombiano creó después de encontrarse en México un circo popular. Creo que ha habido un entendimiento total entre el director musical y el de escena.

Adina experimenta una evolución radical en esta ópera. De ser una chica caprichosa que rechaza a Nemorino pasa a terminar madurando y enamorándose de él, ¿se identifica con este tipo de personaje?

Es un rol que adoro. Evidentemente, como profesional, tengo que hacerlo mío y ponerle parte de mi carácter y mi forma de ser, siempre al margen de que me parezca bien o mal la personalidad de Adina. En cuanto a lo que me preguntas debo admitir que me gustan todos los momentos de la ópera. Pero, sobre todo, la parte más melancólica, cuando Lemorino se le declara, es cuando me veo un poco identificada porque es una parte muy romántica. Pero es importante subrayar que el trabajo de José Miguel Pérez-Sierra en esta producción me ha ayudado a conocerla mejor, a tener otra visión de Adina.

¿Qué le ha parecido esta producción de Nausica Ópera Internacional de Parma?

Me encanta. Es muy bonita desde el punto de vista estético por todos esos colores que tiene la escenografía y que identifica a todos esos personajes que aparecen en la obra le da un aspecto muy exuberante. Pero es que todo esto se extiende, además, a cada miembro del coro ya que cada uno de los cantantes aparecen representados como personajes que aparecían en sus cuadros y cobrarán vida sobre el escenario.

¿Hay algún momento que le resulte especialmente emocionante de la representación?

Me gustan todos los momentos porque una cosa lleva a la otra. No podría elegir uno en particular porque todo va muy bien entrelazado. Una cosa se produce detrás de la otra de una forma muy sutil. Y todo es muy bonito. Eso no quita para que sea una ópera que requiere de una gran concentración y dificultad interpretativa. Pero los instantes más conocidos siguen siendo igual de importantes como la famosísima aria del tenor Una furtiva lagrima o mi intervención final.

Cuáles serán sus próximos compromisos profesionales.

Acabo de llegar de Australia donde estuve dos meses y donde acabo de debutar con Fausto en el rol de Margarita, en el Melbourne Arts Center. En la próxima temporada volveré a cantar L'elisir d'amore en Beijing, La boheme en Mahon, también con la participación de Pérez-Sierra y Rigoletto en Liege. Antes tengo una gala en Dusseldorf.

Usted es una cantante muy joven. ¿Cómo definiría su voz actualmente?

Como una voz para un repertorio lírico de coloratura. Normalmente hago roles como Mimí en La Boheme, Violetta en La Traviata o Liù de La Turandot. Y a lo mejor el rol de Adina es el más ligero para mí, porque tengo que interpretarlo con la voz mucho más aguda de lo que es habitual en mis intervenciones.

Esta ópera destaca porque requiere un esfuerzo extra tanto de la soprano como del tenor

Estamos casi siempre juntos. Iván hace un rol muy profundo y complicado, pero el de Adina no se queda atrás. Prácticamente estamos los dos casi todo el tiempo sobre el escenario y a eso hay que unir el importante trabajo actoral que tiene. Tenemos varias arias juntos y hay que interactuar continuamente con el coro.

¿Tiene cantantes de referencia?

Maria Callas y Montserrat Caballé.

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