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El lienzo que trajo el verso

Pino Ojeda, la poeta que descansaba pintando, 'ingresa' en la Biblioteca de Autores Canarios con una monografía de Ángeles Alemán

La historiadora del arte, crítica y comisaria Ángeles Alemán. BAC/S. CEBALLOS

Una poeta que pintaba; una poeta que descansaba pintando. Es Pino Ojeda (Teror, 1910-2002), la creadora grancanaria que ingresa en la colección Biblioteca de Artistas Canarios (BAC), editada por el Gobierno de Canarias desde 1991, y que dirige en la actualidad por el historiador del arte, comisario y gestor Carlos Díaz-Bertrana. Cada número de este proyecto editorial es un homenaje a los y las protagonistas del arte en el Archipiélago, y el número 59 tiene el nombre de Pino Ojeda.

Una publicación que ha estado al cuidado de Ángeles Alemán, profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, y académica numeraria de la Real Academia Canaria de Bellas Artes. La presentación de esta monografía tiene como escenario el centro de arte La Regenta, hoy martes a las 19.00 horas, en un acto con la presencia de la propia autora Ángeles Alemán; el viceconsejero de Cultura, Juan Márquez; la profesora de Arte y Filosofía de la Universidad de La Laguna, Ana María Quesada; y el responsable de la colección, Carlos Díaz-Bertrana.

De Pino Ojeda se conoce más la producción literaria que la obra plástica, y de ahí la conveniencia de esta publicación. "El caso es que hay dos cuestiones fundamentales en Pino Ojeda", explica Ángeles Alemán, toda vez que "ella se consideraba una poeta que descansaba pintando, a pesar de que la obra que hace es impresionante, pero su propia posición era esta. La situaba de esta manera hasta los años 60, y era normal que se la reconociera como poeta".

Asegura la autora que "me interesaba muchísimo su obra, y cuando me llegó el encargo me pareció una maravilla poder abordar este trabajo que ha resultado un reto muy importante e interesante". Un año de trabajo ha costado documentar y escribir esta pieza monográfica sobre Pino Ojeda que se presenta como un estudio crítico del conjunto de su producción plástica, así como los hitos personales y profesionales con los que construyó su vida y obra.

Para Alemán, estamos ante una creadora multidisciplinar de la generación de la posguerra en la que "en la pintura y en la poesía hay una línea de continuidad de una mujer muy apasionada y contenida por la época; su situación como viuda, una mujer atractiva, y esa contención hace que las compuertas creativas se abran aún más en el caso de ella, tanto en la poesía como en la pintura".

La historiadora del Arte pudo acometer esta empresa editorial con el rigor a que acostumbra gracias a la colaboración de la familia. "Conocía la obra de Pino Ojeda y tuve la gran suerte de conocer a su hijo, que falleció hace un par de años, y sus nietos sobre todo Domingo, que es el que me ha facilitado toda la información, y ha sido una colaboración con la familia".

Activista cultural

Además de la pintura, fue Pino Ojeda "una activista cultural, como decimos ahora", puntualiza Ángeles Alemán, al referirse a otros proyectos en los que se implicó la poeta y pintora. En concreto, la galería Arte, en calle Sagasta nº 64, en Las Canteras, que funcionó entre los años 1958 y 1969, actividad en la que "continuó posicionándose como poeta". Un hecho "curioso", en opinión de la autora de la monografía "porque cuando hace exposiciones presenta un recital poético como una actividad paralela".

Desde la perspectiva de género, cuestión en la que se abunda en esta monografía de la Biblioteca de Autores Canarios, Pino Ojeda "era una mujer muy decidida y constante, tanto como cuando escribe como cuando investiga con distintas técnicas". Una mujer que "tenía una capacidad de trabajo extraordinaria como se refleja en lo que publica y en lo que pinta al mismo tiempo. Una energía que la lleva a hacer una pintura muy potente".

Según la historiadora del arte, en Pino Ojeda reside "una obra poderosa, original e innovadora". Una aseveración que para entenderla hay que situarse en 1947 cuando llega a la capital grancanaria. En este sentido, recuerda Ángeles Alemán que "había conocido a Juan Ismael en Tenerife, había participado en la revista Mensaje con varios poemas, y conoce a Eduardo Westerdahl, a Domingo Pérez Minik, a Pedro Pinto de la Rosa, a Laura Grote, los mecenas de la cultura en ese momento".

Esa "energía de querer hacer cosas" la lleva a ingresar en la Escuela Luján Pérez, un centro "de amplitud de miras para la época, una noción de escuela de libre pensamiento en todos los sentidos", que según afirma Alemán permite que Pino Ojeda "se vaya situando sabiamente en los lugares adecuados, es una pionera evidentemente, de las primeras que asiste a la Luján Pérez, pero también una mujer que encontrará con sus pares masculinos una correspondencia, un diálogo, tanto como poeta y como pintora".

La obra plástica de Ojeda tiene unos inicios ligados a la abstracción geométrica, y es a partir de los años 57 y 58 cuando decide usar otras técnicas como lacas y esmaltes. Gracias a ello, "descubre un mundo maravilloso, capaz de crear unos cuadros muy difíciles, paisajes abstractos con un colorido maravilloso. y que tendría efectos en su salud. Es hija de su tiempo", sentencia Alemán. De su última étapa, quedan collages y piezas por ordenador, que la devuelven a la abstracción.

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