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Crisis del coronavirus Cultura contra la pandemia

La industria musical demanda la extensión de los ERTE hasta diciembre

La restricción de aforos compromete la supervivencia del sector

Concierto de Andrés Calamaro en el Festival Mar Abierto, en la capital grancanaria, el pasado mayo de 2019. JOSÉ CARLOS GUERRA

La Asociación de la Industria Musical Canarias (Aimca), integrada por 70 productoras y empresas del sector en las islas, demanda la flexibilización de los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) para las empresas del sector cultural hasta el 31 de diciembre, tal como plantearan el Gobierno de Canarias con los sindicatos mayoritarios y la patronal al Ejecutivo nacional para los sectores turístico y comercial en el Archipiélago, y cuya concreción sigue en el aire. Y es que, tal como apunta Jairo Núñez, presidente de Aimca, la reanudación de la actividad cultural y, en concreto, dentro de la industria musical, una de las áreas más golpeadas por la crisis del coronavirus debido a las restricciones de aforo y su dependencia de las multitudes de público, se demorará varios meses y de forma paulatina una vez que se levante el estado de alarma.

"Muchas empresas del sector cultural dependen de la flexibilización de los ERTE para poder subsistir y por eso lo estamos reclamando de manera incesante", manifestó Núñez ayer en una videoconferencia con los medios de comunicación, acompañado por Martín Rivero, secretario de AIMCA. "En la industria musical hay empresas con grandes plantillas de trabajadores, como es el caso de las empresas de sonido, iluminación o infraestructuras, para las que la perspectiva de los ERTE está siendo sangrante porque, si recuperan toda la plantilla una vez que se eleve el estado de alarma, sin posibilidad de obtener ingresos durante varios meses, va a ser muy complicado que esas empresas sobrevivan".

Por esta razón, una de las acciones principales que promueve la asociación a través de su decálogo de medidas para paliar el impacto económico de la crisis del coronavirus en el sector es que la cultura sea considerada un "bien de primera necesidad", puesto que así se garantizaría que los presupuestos consignados a la programación cultural en las distintas administraciones públicas no se derivasen a otras áreas.

"Uno de nuestros logros ha sido que varios ayuntamientos, como Las Palmas de Gran Canaria, Candelaria, Adeje o Santa Cruz de Tenerife, se sumasen al proyecto de aprobar en pleno esa idea de que la cultura es un bien esencial", señala el presidente de Aimca, que en las últimas semanas ha mantenido una intensa agenda de reuniones telemáticas con numerosos ayuntamientos y cabildos, así como con el Gobierno de Canarias, con el objetivo de definir líneas de apoyo y patrocinios a la industria cultural después del confinamiento contra la Covid-19. Este paquete de medidas fija como prioridad la reinyección del superávit cultural de las distintas instituciones públicas en la propia reconstrucción económica y social del sector de la cultura, que genera alrededor de 26.000 puestos de trabajo en Canarias a través de más de 5.000 empresas. En este sentido, Núñez señala que "también hemos tenido reuniones con los cabildos de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura para apoyar al sector de la cultura y que ese dinero no se derive a otras áreas".

Asimismo, el escenario que dibuja la "nueva normalidad" para la industria de la música en los próximos meses exige un doble abordaje que, a juicio de Nuñez, sigue dos direcciones: la migración digital de los conciertos y las ayudas públicas que sufraguen el 70% del aforo cercenado. Así, los conciertos retransmitidos en streaming ante butacas vacías configurarían el nuevo encuentro musical remunerado entre público y artistas, toda vez que "la utilización de los aforos físicos para la industria musical no va a ser rentable para ningún tipo de eventos". "Solo si desde las instituciones se apoya económicamente a las empresas para que se puedan realizar los proyectos, y cubren ese déficit de público que supone utilizar un tercio o la mitad del aforo en los recintos cerrados, se podrán llevar a cabo. Si no, es imposible, porque será deficitario", manifiesta Núñez.

Otra de las medidas que reclama Aimca se basa en la posibilidad de aplazar la devolución de las entradas e, incluso, que se puedan conservar los abonos y entradas de los festivales o conciertos que se posponen a 2021, ya que su devolución en plena crisis "puede ser sangrante para los promotores después de una gran inversión y causar el cierre de muchas empresas de producción". También cabe destacar el llamamiento a solventar esa asignatura eternamente pendiente que se corresponde con el pago a los profesionales de la industria musical por sus servicios en el plazo máximo de un mes tras la celebración de la actividad. A este respecto, Núñez destaca que el Cabildo de Tenerife ya estudia "unas líneas de patrocinio y subvención para aprobar que el 100% del pago de los proyectos culturales se realice en la firma del contrato", lo cual constituiría, a todas luces, "una referencia total en la trayectoria de las instituciones en Canarias".

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