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Entrevista

"En mis novelas no voy a respetar la distancia social"

Megan Maxwell es el pseudónimo de María del Carmen Rodríguez del Álamo Lázaro, escritora española de novela romántica

Megan Maxwell promociona en la actualidad su último libro '¿Quién eres?' LP/DLP

¿Cómo ha llevado el confinamiento?

Pues no creo que haya sido distinto al de los demás... Ha habido días en los que quería salir a la calle pero en cuanto escuchaba, leía o veía una noticia me lo pensaba mejor y decidía quedarme en casa... De todas formas, debo aclarar que tengo una ventaja con respecto a otros confinados: mi oficina en casa (ríe).

¿Aprovechó el tiempo para escribir?

Sí que he escrito, pero también le digo que el hecho de no pisar la calle provoca que la cabeza no esté despejada; que te de un poco el aire aclara las ideas. Aproveché el encierro, aunque menos de lo que la gente pueda imaginar.

Se lo digo porque en dos décadas su obra literaria ha progresado a una velocidad vertiginosa; hablamos de más de una treintena de publicaciones...

¿Una treintena? Han sido 42...

¿Cuarenta y dos? Me he quedado algo corto...

Yo llevo publicando once años, pero antes de que eso sucediera tenía escritas unas 12 novelas...

Entonces tira de nevera, ¿no?

Sí (sonríe)... Aunque no he parado de escribir en todo este tiempo, sí es verdad que al menos una vez al año he ido a mi nevera. De hecho, el libro que acabo de sacar es uno que escribí hace 20 años. Eso sí, antes de publicarlo entró en el taller para revisarlo. Ahora escribo mejor que hace dos décadas y eso tenía que aparecer en las páginas de ¿Quién eres? Esto ha sigo algo más que un lavado de cara.

¿Qué van a encontrar los lectores su última apuesta creativa?

Es una trama que se desarrolla a mitad de la década de los 90, concretamente, en un momento en el que los ordenadores comienzan a tener un papel determinante y en la que, por supuesto, hay una historia de amor. También varios asesinatos, pero no le voy a destripar la novela... Es un thriller llevado a mi terreno.

¿Para una escritora de contacto con usted -con escenas llenas de pasión y sexo-, será complicado mantener la distancia social?

Voy a tener que poner una nota aclaratoria al final del libro porque la historia que estoy escribiendo transcurre en un 2020 sin coronavirus... ¿Cómo voy a plantear una trama erótica en la que la gente no se roce?... En mis novelas no voy a mantener la distancia social. Todo esto me tiene hasta la coronilla y es normal que use la escritura para dibujar una realidad diferente a la que me transmite un periódico, la televisión o la radio.

¿El coronavirus se ha llevado por delante el "apetito" sexual?

Nos ha quitado las ganas de hacer cualquier cosa, incluido lo de practicar sexo... El contacto entre los miembros de una pareja estable es seguro, el problema aparece cuando eso no existe y nadie quiere mantener sexo contigo: con este panorama poder acostarte con alguien con el que no compartas unas rutinas va a ser complicado.

¿El virus ha sacado lo peor que hay dentro de cada persona?

Y lo mejor... Yo prefiero quedarme con las cosas positivas que hace la gente buena que con los malos gestos de las personas que ya eran malas antes de que nos percatáramos de la llegada del coronavirus... La desescalada está afilando de una manera descomunal el individualismo y las conductas más bajas de unos seres que han quedado retratados... Toda la humanidad que nos pellizcó el corazón los días más críticos de la pandemia desapareció sin pestañear y muchos han regresado al puñetero egoísmo de siempre.

Creo que ya se lo he preguntado alguna vez, pero insisto: ¿cuál es la receta de su éxito literario?

La sensación que tengo es que les hago pasar un buen rato de lectura... Las mujeres que aparecen en mis historias son fuertes y, por lo tanto, si ellas puede superar situaciones complicadas, una lectora tiene la fuerza necesaria para salir victoriosa de una mala experiencia. Esa positividad gusta.

¿Y a ellos cada vez les cuesta menos reconocer que son lectores de Megan Maxwell?

-Sí. De hecho, he tenido que hacer cambios en el merchandising. Ya no solo vendemos sudaderas con que dicen "Soy una guerrera Maxwell", sino otras que incluyen tres letras: LGM (Las guerreras Maxwell o Los guerreros Maxwell).

¿Megan Maxwell se identifica con la carga erótica, sexual o sugerente de sus personajes, o eso es pura ficción?

Eso es ficción... El hecho de que escriba de un asesino en serie no me convierte en uno de ellos, ¿no? Algunas de mis tramas están ambientadas en el siglo XIII y, sinceramente, salvo lo que he podido ver y leer, no sé cómo se lo montaban entonces. Aunque la gente se empeñe en desmentirlo, lo erótico sigue vendiendo pero eso no quiere decir que haya experimentado todo lo que cuento en mis libros. Lo prohibido nos pone y si encima hay algo de sexo de por medio, la atracción es inevitable.

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