Puede que 25 años de carrera den para mucho, o que haber trabajado desde los diez se transforme en un hándicap para que, llegados a un punto, la vocación se escape entre los dedos y de paso a la desidia. Pero lo cierto es que son los sueños y el amor lo que mueve mundos, en este caso el de Pastora Soler -o Pilar Sánchez, como la conocen en su casa-, que tras presentar en 2019 su disco número 12, 'Sentir', dar a luz a su segunda hija y vivir una pandemia mundial, vuelve el 30 de agosto a los escenarios con punto de partida desde el teatro romano de Mérida y con un formato adaptado a los tiempos postcovid.

Porque no hay nada que pueda con las ganas de esta sevillana que ha pasado por distintos y cambiantes momentos de su carrera, tanto como en estilo -empezó con copla- como en ánimo -en 2014 anunció su retirada-, pero que no ha tirado la toalla para convertirse en una de las voces de cabecera en el panorama musical español.

Blas Cantó, Vanesa Martín, Funambulista o Conchita son algunos de los amigos que hacen lo propio junto a ella en 'Sentir', que culminará su gira en agosto de 2021 en Chiclana, y que pasará por los escenarios de Benidorm, Mallorca, Murcia o Vigo, entre otros.

-'Sentir' es tu disco número 12, ¿cuál es el secreto para llegar ahí?

-Con el tiempo te das cuenta que lo difícil es mantenerse. Siempre he llevado mi carrera a pasos muy cortitos pero ya son muchos años. Creo que el secreto está en ser muy perseverante porque se pasan por muchos altibajos. Hay que trabajar mucho, tener siempre metas e ilusiones nuevas y ganas de superarse.

-¿Qué has aprendido en estos 25 años de carrera?

-A saber disfrutar. Hay que trabajar muchísimo, no bajar nunca la guardia, querer conseguir nuevas metas y disfrutar del camino. Cuando empiezas con ambición es un error, la meta es el camino en sí y hay que disfrutarlo, aprender de cada proyecto y cada cosa que se va haciendo sin tener nunca prisa, sin ser impacientes... El paso de los años es la finalidad de todo.

-Tu disco habla de sentimientos... ¿si tuvieras que elegir el más importante?

-Sería el amor. Mueve el mundo.

-¿Has tenido muchos momentos de renuncia?

-Aparte del momento conocido en el que dije que lo dejaba, sí. En mi juventud ya tuve mi primera tirada de toalla. La verdad es que han sido varias veces. Es lo que pasa cuando tu trabajo es puro y vocacional y las cosas te superan, te das cuenta de que todo es una industria, que eres un número, que vales lo que vendes... La última vez que tiré la toalla se supone que era para siempre€ y aquí estoy.

-Tienes varias canciones con otros artistas, ¿cómo llegan estas colaboraciones?

-Las colaboraciones fluyen de manera natural porque hay artistas o compositores que son de cabecera. Por amistad, por ejemplo, como con Vanesa. Es una de mis mejores amigas y está ahí siempre, me conoce tan bien que me hace canciones a medida. Otras surgen de manera natural, como con artistas a los que admiro y les he pedido un tema o me llega por casualidad. En este disco canto con Blas Cantó. Por los años que hace que nos conocemos y la admiración mutua tenía que pasar.

-El disco se presentó en octubre de 2019, antes de la crisis sanitaria, ¿cómo has vivido el confinamiento musicalmente?

-Para nosotros está siendo muy complicado, casi todos estamos sin poder arrancar, reinventándonos con nuevos formatos, sin saber qué va a pasar... Paré porque fui mamá después de sacarlo y cuando iba a retomar todo justo empezó esto. Me lo tomé de manera distinta porque tenía un bebé de dos meses y era una oportunidad de poder disfrutar, pero si es verdad que se pasa mal por la industria. Ha sido lo primera que ha caído y será lo último que se levante- Al final, no solos sufres por ti, también por la gente que trabaja para ti, por todo el sector, los técnicos, los músicos que están pasando hambre... todos estamos con el afán de arrancar, tenemos que tirar del remo para que esto se levante por toda la gente que vive de ello. Ahora hay mucha incertidumbre porque no sabemos cuándo arrancar. En mi horizonte está hacer formatos que nunca habría hecho.

-Tu gira empieza en agosto, ¿será distinta?

-Estamos trabajando en hacer conciertos con 3 músicos y para aforos de 800 personas -aunque permitan más es lo más responsable-. Creo que disfrutaremos mucho de este tipo de giras. Pienso que quien quiere ir de concierto está muy receptivo. Hemos pasado momentos muy difíciles y la música ha sido un arma a la que la gente se ha agarrado. Estos conciertos serán más cercanos y nos permitirán muchos disfrutar de la gente y viceversa. Tendrán una magia diferente.

-La crisis ha puesto sobre la mesa las necesidades de la cultura. ¿Crees que sobrevivirá al varapalo? ¿Qué le pedirías al Gobierno?

-Parece que la cultura es siempre algo secundario pero al final se ha demostrado que no. Hay mucha gente que se agarra a ella y les ayuda a salir en momentos complicados. Y aunque es evidente que hay cosas que son más importantes, prioritarias, la cultura no es tan secundaria. A mi me duele porque muchísimas familias comen de esto, se debería ayudar y potenciar un poco más. Al Gobierno le pediría más ayudas, sé que la prioridad es la salud, pero nos tienen que ayudar a levantarnos.

-¿El confinamiento te ha inspirado?

-No he compuesto ni nada, tengo proyectos de escribir y cosas que hacer, pero lo que al principio parecía que era tener tiempo para mí, se convirtió en tiempo para las niñas. He estado muy pendiente de ellas y sin ratos para mí. Cuando mis amigas me decían que veían series me daba envidia, yo no he podido ni leer.

-Define tu disco en tres palabras.

-Muy de mujer, de mucho sentimiento y de mucha verdad.

-Si tuvieras que hacer una canción sobre la situación que estamos viviendo, ¿cómo se titularía?

-A grandes rasgo, todos nos hemos sorprendido de nosotros, hemos aprendido que somos capaces de adaptarnos a todo, hemos podido con lo que parecía impensable. Ha sido una lección de superación, no sé si esta es la palabra pero algo así... somos muchos más capaces de lo que creemos en estas situaciones.