El Festivalito de La Palma, el encuentro cinematográfico concebido como un festival de guerrillas y convivencia donde "se ve cine y se hace cine" bajo las estrellas de la isla bonita, libró este 2020 su batalla más compleja para subir el telón de su decimoquinta edición. Al igual que tantas citas culturales a lo largo y ancho del globo, la crisis de la Covid-19 paralizó la maquinaria que ultimaba esta entrega de efeméride redonda prevista para el pasado mayo, pero su fundador y director, José Víctor Fuentes, lejos de bajar la persiana, replanteó el formato del Festivalito para adaptarlo a los protocolos de seguridad sanitaria y celebrar los 15 años de recorrido del Festival de las Estrellas.

"Nosotros aprovechamos el confinamiento para trabajar duro y reinventar el Festivalito, porque este es un festival de batallas y no hacerlo no era una opción", apunta Fuentes desde La Palma. Así, esta edición milagrosa se celebra desde el 1 al 8 de agosto a caballo entre sus dos sedes habituales: desde el 1 al 5 en Los Llanos de Aridane y del 5 al 8 en Santa Cruz de La Palma, con más de 200 inscripciones hasta la fecha y un protocolo de medidas de prevención diseñado ex profeso para el Festivalito por la empresa palmera Evento 7.

No obstante, pese al caudal de seguidores que atesora la cita palmera dentro y fuera del Archipiélago, que cuenta con el apoyo del Gobierno de Canarias, el Cabildo de La Palma y los dos ayuntamientos de sus respectivas sedes, el presupuesto total de esta edición apenas roza los 100.000 euros. "El Festivalito es cada vez más querido y valorado pero, en términos presupuestarios, estamos en el peor momento de la historia", señala Fuentes, quien añade que "muchos patrocinadores se nos cayeron por culpa del coronavirus". "Seguimos teniendo menos presupuesto que en la primera edición, en la que contamos con más de 140.000 euros, y en algunas ediciones conseguimos llegar incluso a los 300.000".

Sin embargo, el director también planta cara a esta batalla: "Nosotros, como los cubanos: si esto es lo que tenemos, vamos a organizarnos lo mejor posible", declara. "Nos hubiera encantado contar con un presupuesto mayor este año para traer a los grandes nombres que han pasado por el Festivalito, pero lo que traemos es lo mejor que hemos podido traer". Y también este espíritu de lucha y resistencia forma parte del sello del Festivalito, "que es un Festival pequeñito, pero pensado para dejar una huella muy grande".

Esta edición rinde homenaje con la Estrella Polar del Festivalito 2020 al actor catalán Sergi López, el cineasta boliviano Rodrigo Bellot y la productora canaria El Viaje Films, que acaba de preestrenar en las islas el premiado largometraje Blanco en blanco, de Théo Court. También acuden este año los ganadores del Goya Laia Marull y Mauro Herce, o la joven actriz Carmen Arrufat, así como "una amplia representación de cineastas, actores y actrices, y humoristas canarios que viven su mejor momento", como Kike Pérez, Aarón Gómez o Luifer Rodríguez. Además, esta edición, con motivo de los 15 años de trayectoria del Festivalito, inaugura el Club de la Savia Viejuna, integrado por personas que han asistido a más de 10 ediciones, tanto invitados como voluntarios, como el cineasta gallego Mario Iglesias, el grancanario David Pantaleón, Francisco Melo Junior o los intérpretes Alba Cabrera y Luifer Rodríguez. "Les vamos a reconocer con una condecoración por haber sobrevivido a esta guerra que es el Festivalito", revela el director.

Además, La Palma Rueda, el apartado más querido del Festivalito, que consiste en el rodaje, montaje y exhibición express de un cortometraje filmado durante la semana del encuentro, ya cuenta con 200 inscritos, entre los que radican 85 cineastas. "Para mí, esto ha superado las expectativas", confiesa Fuentes. "Pero es que nosotros garantizamos que la actividad cultural no está reñida con la seguridad y la responsabilidad, sino todo lo contrario. Y quiero resaltar esto porque es importante: es necesario que potenciemos la actividad cultural y económica, siempre que se sigan los protocolos sanitarios".

En este sentido, el director del Festivalito relata que "las mismas instituciones pasaron de ciertos recelos al principio a ver la celebración del Festivalito como algo obligatorio, porque poco a poco empezaron a observar que era fundamental para dinamizar la actividad cultural, económica y la promoción turística de La Palma".

A una semana de su arranque, el resultado es una edición redonda que, en un contexto excepcional, mantiene intacta la esencia del Festivalito de La Palma con una programación de proyecciones, talleres, coloquios, rodajes y actividades en torno a la celebración colectiva del séptimo arte. "La esencia en el Festivalito siempre ha sido la convivencia, que es lo que nos diferencia de todos los festivales de cine del mundo, porque aquí el cine es un resultado, pero no es el fin", concluye Fuentes. "El fin del Festivalito es la convivencia y, este año, será la convivencia con mascarilla y normas de seguridad. Y estamos más ilusionados que nunca, porque volvemos a ganar la batalla más difícil de nuestra historia".