La Sala Miller, en el parque Santa Catalina en la capital grancanaria, recibe hoy miércoles a las 21.00 horas la propuesta Jazz & Movie organizada por el Festival Internacional Canarias Jazz & Más. La cita, un programa doble integrado por el concierto de Quevedo & Rascón y la proyección de la película de culto The Connection, se enmarca también en el proyecto Cultura en acción, del Ayuntamiento capitalino. El control de aforo se realizará a través de la asistencia sujeta a inscripción, y la organización garantiza el cumplimiento de las recomendaciones sanitarias que exigen distancias de seguridad y prestará especial atención a que los asistentes hagan correcto uso de sus mascarillas y la mantengan desde el control de acceso hasta el final de cada espectáculo de forma ininterrumpida.

El jazz, el flamenco y el cancionero canario son los puntos de encuentro entre David Quevedo y Yuniel Rascón. El pianista canario y el guitarrista cubano se conocen en el entorno del grupo del timplista Germán López en 2011 y ahora presentan en formato de duo una propuesta cargada de referencias al folclore canario filtradas y contagiadas por el lenguaje del jazz y la técnica flamenca en un repertorio que también contiene obras originales de ambos.

Quevedo (Las Palmas de Gran Canaria, 1974) es profesor de Piano por el Conservatorio Superior de Música de Canarias. Actualmente es profesor de piano de la Escuela Municipal de Educacio?n Musical en Las Palmas de Gran Canaria, presidente de AIM y director de Ensemble Salvaje. En su trayectoria ha grabado cinco discos y ha colaborado con artistas como de Richard Bona, Chuck Loeb, Eric Marienthal o Jorge Pardo.

Yuniel Rascón (Cuba, 1982) inició sus estudios en la Escuela Vocacional de Arte. Graduado en la Escuela Nacional de Arte se instala ra en la Isla en 2011 trabajando con artistas como Germán López, Saray Muñooz, Natalia Palacios, Daniel Amat, Toto? Noriega, Mestisay, Sofiel del Pino, Esther Ovejero, Tana Santana y Kike Perdomo.

En cuanto a la película que se proyecta, The Connection (1996), es la primera cinta dirigida por el estadounidense Shirley Clarke tras realizar varios cortometrajes. Concebida en plena efervescencia del underground neoyorquino, estuvo rodeada de polémica desde el inicio: basada en una obra teatral de Jack Gelber, seguía las andanzas de un cineasta empeñado en filmar a un grupo de yonquis, todos ellos músicos de jazz, que conviven en un apartamento.