La música habita en tipos como Ariel Rot (Buenos Aires, 1960), como lo demuestra una dilatada y reconocida trayectoria como parte de Tequila, Los Rodríguez o en solitario. En 2019 se embarcó en una nueva experiencia como presentador del programa 'Un país para escucharlo' de 'La 2', donde ha llegado a reunir a 500.000 espectadores en torno a músicas en muchas ocasiones minoritarias. Este lunes desembarcó en Zamora para iniciar una gira por varias ciudades de Castilla y León y se declaró gratamente sorprendido por los hallazgos musicales encontrados durante una soleada mañana en las orillas del Duero.

-¿Cómo ha sido la vuelta al trabajo en 'Un país para escucharlo'?

-Acabamos de empezar esta nueva temporada y lo hacemos en Zamora. Estoy muy sorprendido con la actuación musical de Luis Antonio Pedraza y El lado oscuro de la broca. Me pareció brutal la historia de cómo los destinos, la música, de ambas formaciones se ha unido en una coincidencia, en este caso, propiciada por el programa.

-Precisamente, la filosofía de su programa es esa: unir a aquellos músicos que no son muy conocidos en el panorama nacional, ¿no es cierto?

-Pero no es que esto se le ocurre al programa, es que es una realidad cómo se ha acercado la tradición y la vanguardia en los últimos años. El folclore está calando en gente joven con una nueva mirada que llega a nuevos públicos, que los lleva a mirar, a su vez, al pasado.

-¿Cómo valora que el folk, algo que recuerda a 'lo viejo', 'lo de los abuelos', se capaz de fusionarse como lo hacen estos dos grupos zamoranos?

-Es como si los americanos le diesen la espalda al blues, que está presente haga la música que hagas en Estados Unidos. No es el primer experimento, es un hecho que músicas tradicionales como el tango, el flamenco o la samba conviven perfectamente con las nuevas estéticas sonoras.

-A lo largo de estas dos temporadas en 'Un país para escucharlo' ha habido ya muchas sorpresas, ¿cuál es la primera que se le viene a la cabeza?

-Recuerdo la parada en Badajoz, con el Guadiana y la Caita. Fue un día extraño, con la plaza mayor totalmente vacía porque hacía frío. La filmación se retrasó a la noche y, cuando se encendieron las luces de la plaza y empezó a cantar la Caita se nos saltaron las lágrimas.

-También le han dado un espaldarazo a talentos emergentes como el caso del asturiano Rodrigo Cuevas, ¿cómo recuerda aquella experiencia?

-Rodrigo no necesitaba nuestro programa para ser un grande, porque ya lo es. También es un virtuoso, alguien único. Me dio pena que en aquella época metiéramos tanto contenido en el programa y que las actuaciones fueran muy cortitas. Me quedé con ganas de poder disfrutar más de Rodrigo.

-Dan voz a una serie de artistas que no tienen espacio en otros lugares, en otros medios, esa es la filosofía del espacio, ¿verdad?

-Es como la música que se escucha en tu ciudad, en tu pueblo, pero que nunca vas a ver en la tele ni en la radio. Pero tampoco le damos la espalda a otras cosas. Me encanta el concepto de 'Un país para escucharlo' porque tiene profundidad, tiene verdad... y medios. A veces, los medios dificultan la verdad.

-¿Cómo explica que su espacio, con tanta calidad, se quede muy lejos en términos de audiencia de lo que impera en el prime time televisivo?

-Ya sabemos cómo es el mundo. Nosotros buscamos nuestro refugio, nuestro reducto y es una inmensa minoría el que hace eso. La mayoría van a buscar lo que salga en la radio, van a escuchar lo que les hagan escuchar.

-A su paso por Valladolid, entrevistaron a un maestro, además zamorano, como es Joaquín Díaz. Él dijo que le daba más miedo la 'España llena' que la 'España vacía', este término tan de moda para referirse a la despoblación. ¿Qué opina de este concepto, que ha bautizado una realidad actual tan acuciante?

-¿Cómo lo veo yo? Evidentemente, que los medios, los servicios no estén a tu alcance hacen la vida mucho más dura. Pero, por otro lado, las ciudades llenas con servicios a tutiplén, también nos están ahogando y haciendo la vida muy difícil.

-¿Está dándole la pandemia la oportunidad a la España vacía de demostrar que los pueblos también son una opción de vida?

-Evidentemente, es un tema que está sobre el tapete, cuánta gente piensa que está llevando una vida equivocada... La España vacía es una manera también de tratar de recuperarla.

-El COVID ha hecho un daño tremendo a la cultura, vemos cómo se organizan conciertos para veinte personas y otros, por miedo, directamente se suspenden, ¿cómo lo está viviendo el sector desde dentro?

-Es un sector completamente devastado, como todo lo que mueve alrededor. Pero estoy viendo un mundo destruido, si quieres que te diga la verdad.

-¿Un mundo destruido?

-Sí, hablamos de la cultura, pero hay gente que habla de una barra de pan. Esperemos que en España no mucha, pero el mundo desafortunadamente sí.

-Hay cantantes y artistas que se sienten desamparados en esta pandemia por parte del Gobierno, creen que no se trata igual al resto de ámbitos económicos que a su actividad profesional, ¿qué opina?

-Es cierto, nuestro sector está muy tocado. Es de los últimos a la hora de recibir protección.

-Crisis sanitaria global aparte, ¿cómo ve el panorama musical de nuestro país?

-Estoy muy fascinado con lo que creo que ha pasado en los últimos tiempos en España. En todos lo sentidos. Por un lado, por las nuevas generaciones que vienen sin complejos, se juntan, combinan, no tienen prejuicios. Por otro, vivimos una escena como nunca había existido, cómo funcionan las bandas, con un público pagando por los conciertos, los recintos llenos, los festivales... Siento mucho que lo que la actualidad haya abortado todo lo que estaba ocurriendo. Los mismos festivales ha puesto en un lugar a grupos que sin estos eventos no lo hubiesen alcanzado.

-Pertenece a una generación de artistas que durante décadas ha dado muchas alegrías musicales. Ahora se vive de otra manera, en torno a Internet y a las redes sociales como medio de difusión. ¿Le habría gustado nacer en esta época actual?

-Si tuviera que vivir en el presente, lo primero que haría sería preguntarle a mi hija de 15 años cómo funciona todo esto. Estoy muy alejado, me siento en la España vacía en ese sentido, como una especie de "último mohicano? de la era analógica.

-¿La era analógica es sinónimo de autenticidad?

-No, son herramientas, la autenticidad necesita de otras cosas.