La actual gira de Sting, denominada Symphonicity, tiene como gran atractivo y peculiaridad el hecho de que el británico repase su repertorio respaldado por la orquesta sinfónica del lugar en el que en cada caso canta, en este caso la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC). Pero eso no quiere decir que el cantante renuncie totalmente a una banda de acompañamiento. Así, cuenta con cuatro músicos, una sección rítmica más una vocalista, un combo de artistas acreditados, intérpretes de prestigio como jornaleros de lujo en el circuito de los grandes del pop-rock.

Los acompañantes que vienen en esta gira son Domi- nic Miller a la guitarra, Rhani Krija a la percusión y el bajista Ira Coleman, más la cantante Jo Lawry, encargada de hacer los coros.

Miller es uno de los puntales del sonido de Sting desde que abandonó The Police. En especial su destreza con la guitarra de cuerdas de nailon hace inolvidables temas co-mo Fragile o The shape of my heart.

Ira Coleman es un contrabajista de jazz, porque no hay necesidad de un bajista eléctrico en un grupo donde fi- gure Sting. De su pericia con las cuatro cuerdas pueden dar constancia intérpretes como Herbie Hancock o Tony Williams.

El percusionista marroquí Rhani Krija, todo un valor en la world music, presenta una hoja de servicios con gente como Momo Djender, Eda Zari, Don Byron, Karim Ziad, Mokhtar Samba, WDR Big Band, Vinnie Colaiuta, Dominic Miller, Adel Salameh y Keziah Jones. Está con Sting desde 2003, cuando el ex cantante de The Police lo reclutó para la grabación de su disco Sacred love.