El grupo mexicano Maná ha vendido unas 43.000 localidades en Canarias para su reencuentro con el público insular los días 23 y 24 de septiembre en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. "Va ser un concierto histórico", anunciaba ayer el batería Álex González, en lo que será el cierre de la gira nacional de su octavo álbum de estudio Drama y luz. La voz de González saludaba al público de la Islas en un vídeo promocional que relataba lo que ha sido hasta ahora el paso por España de un monumental tour que ha sumado triunfos de envergadura en las ciudades de Murcia, Málaga y Madrid.

La firma Eleeme Producciones, promotora del concierto, quiso ayer presentar de esta manera los conciertos en el Estadio de Gran Canaria y Heliodoro Rodríguez López, que ya tienen garantizado un aforo de 20.000 y 23.000 personas, si bien la organización confía que en estos días se llegue a 30.000 espectadores en el recinto deportivo de Siete Palmas.

Un espectáculo que pertenece a las ligas mayores de la industria musical, de los cinco más potentes que se pueden ver en la actualidad en el mundo, según los promotores y que la crítica estadounidense puso a la altura de los shows de U2 o Lady Gaga, que "es el fruto del trabajo de muchos años", según Leopoldo Mansito, director de Eleeme Producciones, y que en su opinión demuestra que "Canarias se ha ganado un puesto en los mercados internacionales".

Traer a Maná a las Islas cuesta un millón de euros, cantidad en la que se incluyen los 165.000 euros de alquiler de un Jumbo que traslada unas 100 toneladas de material técnico. La colaboración institucional (Gobierno, Cabildo, Ayuntamiento y la firma Tropical, estuvieron ayer presentes en la presentación del concierto), se distribuye entre los 50.000 euros del Gobierno regional a cada concierto de Maná, más otros pagos del Ministerio de Cultura para traslado de material; 150.000 euros de la Viceconsejería de Cultura que recibe la productora por temporada; el Cabildo, que cede el Estadio y quizás algún dinero, según dejó entrever su presidente José Miguel Bravo de Laguna; y el Ayuntamiento, que frente a los 120.000 euros que pactó verbalmente con la productora la anterior corporación, reduce su aportación a unos 30.000 euros, hecho que según Mansito "me tiene preocupado".

El productor dejó claro: "No queremos hacernos ricos con las ayudas públicas, el concierto nunca estuvo en peligro. lo íbamos a hacer con o sin ayuda municipal".