El nuevo filme del cineasta tinerfeño es una visión genética de los miedos arrastrados de generación en generación que ha rodado entre Madrid y Londres con Clive Owen, Daniel Brühl y Pilar López de Ayala. Y, con fecha prevista para el siete de octubre, ahora queda preparar Intruders para la cosecha festivalera otoñal. Venecia ya se ha mostrado receptiva con el cine de terror español programando Rec 2, de Jaume Balagueró y Paco Plaza, pero Juan Carlos Fresnadillo reconoce que está buscando sitio en algún certamen sin concretar mucho más.

Y lo mismo respecto a los planes de futuro. Para un director que va a película por lustro, de momento, el objetivo a corto plazo es "que el lapso entre una película y otra sea más corto". "Pero de momento ya he tardado esta vez un año menos. Cuatro años, normalmente eran cinco. Así que voy ganando poco a poco tiempo", concluye

"El intruso tiene mucho más que ver contigo de lo que tú esperabas", asegura Fresnadillo en una entrevista telefónica, e Intruders es, precisamente, el título de su película, sobre la que planean las obsesiones de un director que, desde que optó al Óscar con su cortometraje Esposados, ha desarrollado un corpus creativo de lo más coherente.

La alteridad, la amenaza externa, vuelven a ser para él partes indisociables del yo y, tras 28 semanas después, la familia y el miedo vuelven a caminar de la mano. "La amenaza está cerca de ti, tiene mucho que ver con quién eres y de dónde vienes", subraya.

Los miedos, en familia, son en consecuencia los más cercanos y atávicos. "Me interesa la familia como núcleo de protección, de seguridad pero también núcleo de todo el lado oscuro que tiene el ser humano", explica el cineasta.

Para Intruders crea dos familias, una con Clive Owen como cabeza de familia en Londres y otra con Pilar López de Ayala desde Madrid. Dos ciudades, dos idiomas para una historia "babélica" y un reparto "capaz de desarrollar sus personajes con sólo dos pinceladas, porque no tienen más tiempo. Pronto el miedo se convierte en el factor común".