Juan Esteban Aristizábal Vásquez, uno de los artistas latinos más importantes del mundo, habla con el seseo dulce típico de los colombianos. Ha decidido reinventarse. Antes, hace gira por toda España.

Así que no se retira, como se dijo...

No, para nada. Eso fue una mala interpretación. Yo no me podría retirar nunca de la música, ni la música de mí, es para mí una religión. Vivo con la música, vivo de la música.

Pero ¿cierra un ciclo y abre otro?

Sí, eso sí es cierto. La gira termina el 30 de julio acá en España y tras esto viene un periodo de composición, de reorganización. Pero sigo adelante. En enero estoy en el estudio. Llegó un momento de paro en el camino y de recargar energía para seguir.

¿Acaso el éxito tiene una cara amarga?

Siempre, siempre, siempre...

¿Eso es lo que le ha pesado?

Yo creo que es un cansancio mental y físico. A veces crees que puedes y no puedes. También es sano hacer este tipo de paradas. Aunque van a pensar que estoy loco.

¿Las redes sociales las carga el diablo? A usted le han costado varios disgustos.

Sí. Las redes sociales son un arma de doble filo. Si las usas muy bien, bien, si te pasas... Hay que saber qué puedes compartir con la gente y qué no, en qué terrenos te puedes meter y en qué no. Afecta a todo, desde la música hasta la política, a la manera de pensar de todo el mundo. Es como si fuera una conciencia que se está despertando globalmente.

Se llegó a decir que usted iba a cambiar la música por la política.

Es porque hago actividades sociales. Otra mala interpretación. A mí no me interesa la política para nada, pero sí el trabajo de la comunidad, desde la música se pueden hacer cosas interesantes, en la cultura. Me empeño en eso y a veces termino como clasificado en esas cosas.

¿Es de los que cree que con la música se puede cambiar el mundo?

Yo creo que no. La música es una herramienta de paz, sirve para congregar personas, para mandar mensajes, pero no puede cambiar nunca la forma de actuar de una persona, eso tiene que ver más con la educación.

¿Se arrepiente de algo?

No, para nada. Porque incluso los momentos más difíciles de mi vida han sido necesarios, uno aprende de los errores.

Le criticaron ferozmente cuando organizó un concierto por la paz en Cuba.

No es agradable, pero es entendible. Cuando hago este tipo de cosas obviamente asumo que eso va a pasar.

¿Es verdad que empezó haciendo "metal"?

Sí, sí, en 1983. Yo me considero un músico, siempre he tocado todo tipo de música. Desde eso a música popular, folclore, blues, de todo. Me gusta la música.

¿Está al corriente del movimiento que ha llenado las plazas de España, como la de Valencia, de jóvenes indignados?

Yo creo que lo que está pasando en España viene siendo parte de una ola de despertar de conciencia de la gente de todo el mundo. Me parece inspirador y necesario.