- Su llegada a la Academia ha traído el sosiego al sector tras el revuelo por la Ley Sinde y la marcha de Álex de la Iglesia?

- La que está tranquila es la Academia, el cine español es otra cosa. La industria va por un lado y la Academia por otro, pero todo va muy bien, no hay mayores problemas salvo los normales en una asociación tan amplia como ésta, y nada de conflicto en absoluto. Es una institución consolidada, y el cine, al igual que ocurre en otros sectores, sufre esta crisis, no podemos ser un elemento ajeno a esta situación. El cine necesita dinero como toda industria, y es evidente que hay que adaptarse a las circunstancias.

- ¿Cómo afecta esta crisis a la distribución cinematográfica, sector al que está usted vinculado? ¿Se corre el riesgo de que los cines no tengan espectadores tal como va el negocio?

- Desde el punto de vista económico es más difícil traer títulos, y como tienes menos presupuestos reduces la cantidad o la calidad, una de las dos cosas, o las dos a la vez, y también los espectadores bajan, que también acusan esta crisis, con lo cual no es que tengamos grandes alegrías. Que son esperanzadoras, pues sí.

- Tras los airados debates sobre la Ley Sinde se ha venido planteando la necesidad de consensuar un nuevo modelo de exhibición, como por ejemplo en portales de pago en internet, una especie de tercera vía. ¿Cómo van las negociaciones sobres este asunto?

- Nunca se les escuchó, ni se iniciaron negociaciones algunas. Y hay una cosa que está clara: las negociaciones, todas, y cuantas sean necesarias con aquellos que están sujetos a la ley, los legales, con los ilegales no hay negociación ni nada, no tiene sentido porque no veo yo al Ministerio de Sanidad negociando con los traficantes, sin embargo Sanidad produce narcóticos que se venden a través de lugares adecuados y por prescripción. No se discute con los traficantes el grado de pureza y el precio, y aquí lo que no vamos a hacer es negociar contra los que nos están expoliando bajo ningún concepto.

- ¿Es partidario de que la Academia sea mediador entre las partes, como hizo su antecesor en el cargo?

- En lo que afecte a la industria dentro de la legalidad por supuesto, porque si negocias con ilegales eres un ilegal.

- ¿Da por cerrada entonces la polémica en torno a Ley?

- No la doy por abierta siquiera. Hubo una serie de noticias con una estela detrás que a veces van más allá de la realidad. En la época anterior se habló con gente que eran internautas, que no podían aportar nada porque todos somos internautas.

- ¿Qué le hace falta al cine español para que se reactive la industria y el espectador consuma producto nacional?

- En mi opinión, en primer lugar que se crea más en el; luego que satisfagan las películas que se hacen, porque de lo contrario no hay nada que hacer en este sentido; y en tercer lugar, que haya una mayor comunicación con los medios y que se fluida, sincera y correcta. Es una industria compleja en la que se pueden confundir los términos y crear un estado de opinión que no es exactamente el que se corresponde con la realidad. El cine español no es peor que el que se hace en nuestro entorno, y así está reconocido. En todos los países se hacen películas extraordinarias y muy malas, y nosotros no somos una excepción, aunque tenemos un sector de cine que está muy bien. Y la gente va al cine. El CIS dice que un 72% de los espectadores está satisfecho o muy satisfecho con el cine español y hay otro sector que lo rechaza de manera visceral, algo que no es racional ni lógico.