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Benedetti año 100

Se cumple el centenario del nacimiento de uno de los grandes poetas de Hispanoamérica

Mario Benedetti .

Durante una de sus últimas estancias en España tuve la oportunidad de entrevistar a Mario Benedetti para TVE. Fue una de esas entrevistas que un periodista no olvida jamás, no sólo por la admiración que desde siempre sentí por su obra sino sobre todo por la calidad humana que me reveló el encuentro con el poeta.

El 14 de septiembre de 1920, hace cien años, nacía en Paso de los Toros, una pequeña localidad a 230 kilómetros de Montevideo, Mario Benedetti, uno de los poetas más grandes que haya dado la lengua española. Hacía pocos años que Uruguay había dejado de ser “la Suiza de América” y se enzarzaba en enfrentamientos políticos entre los partidos Blanco y Colorado, que terminaban siempre en elecciones amañadas y en veladas dictaduras cívicas o militares: la de Gabriel Terra en 1931, la de Luis Alberto de Herrera en los años 50, las de Oscar Diego Gestido y Jorge Pacheco en los sesenta, las de Juan María Bordaberry y Alfredo Demicheli en los 70, las de Aparicio Méndez y Gregorio Álvarez en los 80…

El poeta que escribía novelas

Después de ganarse la vida durante sus años más jóvenes en oficios diversos, Mario Benedetti dio con el periodismo, al que dedicó algunos de sus mejores años en revistas como Marginalia y los semanarios Marcha, Número, La Mañana y Tribuna Popular. En esta profesión, que ya no iba a abandonar nunca, hacía desde crónicas políticas a un periodismo cultural que abarcaba desde la crítica literaria y artística al cine y el teatro. Algunos de sus artículos políticos fueron recopilados en Crónica del 71, y su producción ensayística cultural en títulos como El país de la cola de paja. Mientras tanto escribía sus primeros cuentos, por los que comenzó muy pronto a recibir premios literarios, algunos de gran prestigio. Los primeros se publicaron bajo el título Esta mañana. La muerte y otras sorpresas, Geografías o El porvenir de mi pasado son títulos de otras importantes recopilaciones de sus narraciones cortas. También escribía buenas novelas, un género que le proporcionó grandes satisfacciones. Cuando ya algunos de sus cuentos se habían adaptado al cine, el director Sergio Renán hizo dos de sus mejores películas con sus novelas La tregua (con Héctor Alterio) y Gracias por el fuego (con Lautaro Murúa). Simultáneamente llegaba la poesía, en la que se reveló como uno de sus mejores representantes hispanoamericanos. Poemas de otros y La casa y el ladrillo le consagraron como uno de los grandes en lengua española, una posición que ya no abandonó hasta sus últimos libros, Adioses y bienvenidas y Testigo de uno mismo. En medio, libros inolvidables como Poemas de la oficina, sus Inventarios o Insomnios y duermevelas”.

Toda su trayectoria literaria estuvo vinculada a su compromiso político, próximo al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y al Frente Amplio, la coalición de izquierdas que fue masacrada por el golpe militar que instauró en 1973 la dictadura de Bordaberry que obligó a Benedetti a exiliarse a Buenos Aires, Perú, Cuba y finalmente Madrid, a donde llegó en 1976 cuando la transición tras la muerte de Franco estrenaba la restauración de la democracia en España.

Toda su trayectoria literaria estuvo vinculada a su compromiso político, próximo al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros y al Frente Amplio

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Bajo la experiencia del exilio escribiría la novela Primavera con una esquina rota. No volvió a Uruguay hasta 1985, cuando por fin, con la elección del presidente Julio María Sanguinetti, se restauraba la democracia en Uruguay tras la negra época de dictaduras cívico-militares. Poco antes de regresar a su país había colaborado con Joan Manuel Serrat en el disco El sur también existe.

A su regreso a Montevideo retomó su actividad de periodista cultural en el semanario Brecha y en un renacido Marcha, la revista que había dirigido hasta 1974 y que había dejado de publicarse desde su incautación por el gobierno de Bordaberry. Durante los años siguientes Benedetti alternó estancias en España y Uruguay hasta que en 2006 la muerte de su esposa Luz, el amor de su vida, y los achaques de la edad, lo obligaron a no moverse de Montevideo, donde murió el 17 de mayo de 2009. La Fundación Mario Benedetti preserva desde la capital uruguaya la obra del escritor mientras, fiel con su ideario, ejerce una gran labor en la defensa de los derechos humanos. En 2006 había donado su biblioteca a la Universidad de Alicante, que gestiona su legado desde el Centro de Estudios Iberoamericanos que lleva el nombre del poeta.

La poesía es el género por el que se reconoce principalmente a Benedetti en todo el mundo. Con ella alcanzó una de las cumbres de la producción iberoamericana, galardonada con importantes premios, entre ellos el Reina Sofía en 1999. Pero algunas de sus novelas y muchos de sus cuentos han dejado también una huella profunda en sus lectores.

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