La Provincia - Diario de Las Palmas

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La penúltima palabra

El sex-appeal de lo asqueroso

‘Vestido de carne’, de Frank Fernández.

“En medio del sudor apestoso de un lecho incestuoso/sumida en la corrupción empalagosa y haciendo el amor/ en una pocilga asquerosa” Shakespeare - Hamlet

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A Dalí, amante de la putrefacción, le impresionó El asco, un artículo de Aurel Kolnai aparecido en 1929 en Revista de Occidente que se ocupaba de los “sentimientos de repulsa” mediante los sentidos del olfato, de la vista y del tacto. Del asco también se ocupó Darwin: “Una mancha de sopa en la barba nos hace sentir asco, aunque, por supuesto, en sí misma no nos de asco”. Lo pringoso, lo mugriento, lo viscoso, lo pegajoso serían modismos.

Lo asqueroso, repugnante, nauseabundo se opone a todo lo que el gusto representa, una categoría estética que, podemos temer, no tiene la misma importancia y relevancia de una vez. Hasta el punto que se puede aseverar hoy, sin ser remilgado, que el buen gusto es objeto de disgusto. Ironía objetiva; metalenguaje de la banalidad.

Se habla de artificación ―operación según la cual cualquier fenómeno o cualquier acontecimiento puede devenir arte― de accidentes, desastres, catástrofes donde triunfa lo sensible y por supuesto lo visible.

De un tiempo a esta parte son visibles y nos acompañan insistentemente (series, novelas, películas, exposiciones), asquerosos no-muertos que no hablan: los zombies, que dejan ver hasta lo subcutáneo. El asco que procura el zombi, trend topic, icono epidémico no lo produce el miedo sino la vergüenza. Vergüenza, pasión, emoción moral siempre relacionada con tocar, con el tacto. Como decía Goffman, que pensó siempre que somos traficantes de moralidad: “Todo problema moral se reduce a un problema de tacto”.

Con el indiscutido y al parecer indiscutible pretexto de una necesaria transparencia se han abolido los confines hasta la obscenidad (fuera de la escena) haciendo visible todo, incluso lo que debería mantenerse oculto. Tan eficaz es la moda de lo asqueroso que la misma información lo ha incluido en su agenda donde destaca siempre el escándalo. Que se cumpla pronto el lema de Coco Chanel: “La moda es lo que se pasa de moda”.

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