El siete es definitivamente un número mágico, reflexiona Vanesa Martín ante el séptimo álbum de estudio de su carrera, un milagro impredecible y sobrevenido que no tendría que haber llegado en este 2020, pero que nació "con las emociones a flor de piel" como respuesta al pasado confinamiento.

"Tengo necesidad de vivir. Me lo piden mi sangre, mi corazón y mi piel y eso está plasmado en este disco", ha contado la compositora e intérprete malagueña, una de las de mayor éxito comercial en España, ante la publicación este viernes de "Siete veces sí" (Warner Music).

Este año, explica a continuación, iba a dedicarlo a descansar, a llenarse de experiencias y "a estar por el mundo". "Quería ir a Puerto Rico, quedarme a vivir tres meses en México y otros tres en Miami y escribir allí haciendo equipos de composición con gente, arreglar canciones con diferentes productores...", rememora resignada Martín (Málaga, 1980).

Recién llegada de un breve paso por EE.UU. a principios de marzo, la realidad de la pandemia de la COVID-19 se hizo innegable y, viendo cómo se estaban poniendo las cosas, cogió el coche y regresó a su Málaga natal, para lo que en principio "iba a ser una semana".

"Me encerré en casa y, con la emoción a flor de piel y esa incertidumbre, empecé a escribir y a escribir y a tocar y a tocar", cuenta sobre un álbum "cien por cien malaguita, casero y sin ninguna presión ni pretensión, jugando a ver qué tal", gestado sobre todo durante el confinamiento y facturado junto a dos viejos conocidos, los productores José Marín y Tony Romero.

Así se entiende mejor el resultado, pues "por una parte tiene mucha intimidad, mucha emoción y misterio y, por otra, una necesidad de expansión, de libertad y de volar, de exprimir cada minuto como si fuese el último, porque la vida cuando menos te lo esperas de hace 'pum'", señala.

De ello dejan constancia temas catárticos como el sencillo 'Y vuelo', de los pocos temas que tenía medio esbozados antes del encierro ("Nació de un subidón en plena gira de 2019, por poder seguir creciendo", desvela).

En otros cortes filtra como suyos momentos y experiencias ajenos, como la discusión de una pareja en una calle de Dublín (la inicial 'Despedida y cierre') o el relato de superación de Cisco, que sufrió una lesión medular en un accidente de "snowboad", momento en el que su pareja, Raquel, se convirtió en sus piernas ('Salto mortal').

"Yo siempre meto mi verdad"

"Yo siempre meto mi verdad y cuando la gente escuche temas como 'Eterno', se dará cuenta de por qué para mí es importante, que trata de no querer darte cuenta de una historia de amor que se te ha muerto entre las manos, de querer seguir ahí, algo que nos ha pasado a todos", confiesa.

A diferencia del previo 'Todas las mujeres que habitan en mí' (2018), no hay culpa entre las emociones de este disco. "Esa la mandé cuesta abajo y sin frenos. No se puede forzar el amor", afirma la compositora ante un álbum en el que "hay pasado, presente y futuro, hay lucha y hay aceptación, porque hay mucho viaje interior: qué somos, cuántos nos merece la pena hacer lo que hacemos...".

Martín ha rebuscado entre sus cuadernos para rescatar cuestiones que se habían quedado pendientes de tratar en otros álbumes y también estilos nuevos que aborda con naturalidad, como el toque "funky" de 'Tú no tienes que cuidarme', el country de 'Todo cambia' o ese swing de las viejas baladas de 'Seis puertas'.

"Con este disco le digo siete veces sí a la música, a volver a subirme cada noche a un escenario, a mi familia, a mi entorno, al amor sin prejuicios y con la mayor libertad, a querer mejorar en cada paso y a disfrutarlo como si fuese lo último que hago", concluye quien será protagonista de uno de los especiales musicales de TVE en Navidad.

Consciente de que son tiempos inciertos para la música en directo, ya piensa en iniciar la gira de presentación del álbum a finales de marzo o primeros de abril. "Yo voy a ensayar con mis músicos y tenerlo todo previsto", dice ante un trabajo que, aún habiendo nacido en estos tiempos, "está enfocado cien por cien al vivo" para darle a la gente "un revolcón de vida".