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Cines ante el abismo

Las salas penden de un hilo por los aplazamientos de los grandes estrenos | En Las Palmas de Gran Canaria cierra el histórico Multicines Monopol

Cines ante el abismo

Las salas de cine van a disgusto por semana. Cada vez que alguna productora major decide aplazar uno de sus grandes estrenos, su ánimo se ensombrece. De hecho, ya no les quedan muchas esperanzas para salvar los números este último trimestre, pues solo una superproducción, Wonder Woman 1984, mantiene (por el momento) su fecha de estreno para finales de diciembre. Pero a pesar de que su directora, Patty Jenkins, haya defendido la necesidad de que la película se vea en pantalla grande, los últimos movimientos de Disney hacen prever lo peor; sobre todo después de que una de las pocas esperanzas que quedaban para la campaña navideña, la cinta de animación Soul, de Pixar, haya pasado directamente a su plataforma de streaming en una operación similar a la de Mulan.

El panorama es desolador. Y Las Palmas de Gran Canaria también lo confirma con el cierre ayer de los Multicines Monopol. En los últimos meses se han aplazado sin fecha de estreno películas como la última de James Bond, Sin tiempo para morir; el remake de Steven Spielberg de West side story; la esperada revisión de Dune de Denis Villeneuve; la nueva entrega de la saga tunera Fast & Furious y el nuevo acercamiento al universo Marvel, Viuda Negra.

“La falta de blockbusters es el principal problema que tenemos”, cuenta Borja de Benito, responsable de comunicación de la Federación de Cines de España (FECE). “Son la gasolina que lo reactiva todo, arrastran a la gente y es lo que vuelve a poner en funcionamiento la rueda de asistencia”. Así lo comprobaron tras el estreno de Padre no hay más que uno 2, de Santiago Segura, que lleva recaudados más de 12 millones de euros, y más tarde con Tenet, de Christopher Nolan, pero desde agosto no ha vuelto a aterrizar en los cines ninguna película tan potente, si exceptuamos la cinta de catástrofes protagonizada por Gerard Butler Greenland: El último refugio, una de las gratas sorpresas de estas semanas dentro del páramo general.

Todas esas circunstancias han contribuido a unas cifras de taquilla paupérrimas en esta nueva normalidad. La caída de enero a septiembre ronda el 68%, aunque la situación en Europa no es muy diferente, entre el 60%-63%. El cierre de las salas durante tres meses, la reducción de los aforos, el miedo al contagio, los rebrotes y la ausencia de contenido potente para programar se han convertido en las principales causas de esta debacle.

Cierre de salas

Las salas de exhibición, por lo tanto, están al borde del abismo. En Estados Unidos, la segunda cadena más importante, Cineworld, ya ha anunciado que cerrará sus 536 salas, y AMC, líder mundial (y propietaria de Cinesa), se encuentra en graves problemas económicos. En Barcelona, los Texas Cinema acaban de bajar la persiana, siguiendo la triste estela de los Méliès; y en Madrid, acaba de ocurrir algo parecido con los históricos cines Paz.

De Benito asegura que la mayor parte de los cines siguen abiertos “casi cogidos por los pelos” y gracias a los Ertes y otras herramientas que permiten reducir costes, pero reconoce que es difícil saber si podrán seguir funcionando a medio y largo plazo. “Es una cuestión de aguante”, dice. “En cualquier caso, nos llevan dando por muertos desde que salió la televisión en blanco y negro. Cuando empezaron las plataformas, parecían que nos iban a devorar y el año pasado conseguimos la mejor cifra de recaudación en 10 temporadas”.

Sin embargo, parece difícil prometer que el panorama después de la pandemia vaya a ser el mismo que el que dejamos en febrero. El covid-19 ha acelerado los cambios y ha ampliado una brecha que ya existía desde hace tiempo. Eso ha llevado a las grandes plataformas a adquirir contenido que inicialmente iba a pasar por salas. Es el caso de Ofrenda a la tormenta y Orígenes secretos, que se han podido ver a través de Netflix; y El príncipe de Zamunda 2, que iba a ser distribuida por Paramount y finalmente ha sido comprada por Amazon Prime Video por 125 millones de dólares. El último en caer en la tentación ha sido Javier Fesser. Uno de los directores más taquilleros del cine español gracias a Campeones se ha saltado las ventanas para estrenar directamente en Amazon sus Historias lamentables para, más adelante, recuperarla en cines si el escenario es propicio.

“Estamos asistiendo a una serie de probaturas en las que la exhibición tradicional y la exhibición en plataformas se van a combinar”, dice Enric Albero, periodista y crítico. “La pandemia está dando a las compañías la posibilidad de experimentar en un escenario de cambio acelerado”.

‘Streaming’

Con los núcleos urbanos de Estados Unidos cerrados a causa del coronavirus y la mayor parte de los mercados paralizados, los estudios no se plantean estrenar sus grandes propuestas y perder ingentes cantidades de dinero. Por eso las plataformas se han convertido en el centro de interés. La gente sigue demandando contenido y en muchos casos es la única forma en la que pueden consumirlo. En esa guerra entre plataformas, Disney+ es una recién llegada, pero su poder es inmenso. En cines suele acaparar el 40% de todo el mercado y, si todo su producto desapareciera y fuera a parar al streaming, sería catastrófico para las salas de cine. ¿Se atreverán a continuar con esta medida si en algún momento la situación se normaliza?

Para Disney, como Netflix, lo importante es la abundancia de contenido, y especialmente las novedades, que generan altas, así que eso es lo que precisamente intentan promover en esta nueva etapa. Por eso han decidido reorganizar todas sus unidades de negocio para apostar por el medio digital. ¿Les resultará rentable? Nunca lo sabremos, ya que no se publican los datos de audiencia de las películas y las series.

Mirada puesta en 2021

Octavio Alzola, responsable de programación de los Renoir en Barcelona y Madrid, cree que detrás hay una estrategia cortoplacista. “Disney está dando un mensaje a sus accionistas. Tienen que actuar rápido para salvaguardar su negocio, que tiene muchas patas, como los parques temáticos, algunos de los cuales siguen cerrados”.

Los exhibidores siguen teniendo la mirada puesta en 2021, donde parece que vuelven a acumularse los estrenos. ¿Cómo sobrevivir hasta entonces? La respuesta parece clara: el producto español. Entre las apuestas más esperadas encontramos el cortometraje de Pedro Almodóvar protagonizado por Tilda Swinton La voz humana, que acaba de llegar a los cines; El verano que vivimos, con Blanca Suárez y Javier Rey; Nieva en Benidorm, de Isabel Coixet; y Hasta el cielo, de Daniel Calparsoro. ¿Pero tiene el cine español el mismo músculo de convocatoria que el francés, que arrasa en su consumo interno? ¿Se puede pretender que ahora se convierta en salvador cuando no se ha priorizado nunca su importancia?

Al contrario que Atresmedia, que ha apostado por llevar al cine documentales como el de Jordi Évole Eso que tú me das, la serie Veneno y próximamente Papá o mamá, hecha tras la cuarentena, Telecinco Cinema ha decidido eliminar todas sus películas del calendario de 2020, entre ellas, Operación Camarón, Way down y Malnazidos, algo que ha sentado como una puñalada en el sector. Mientras, No matarás, de David Victori y con Mario Casas, se situó la semana pasada en el número uno de la taquilla. Mercedes Gamero, directora general de Atresmediacine, tiene claro que si queremos ir al cine el año que viene tenemos que empezar a ir hoy mismo: “Para salir de esta situación se necesita un esfuerzo colectivo por parte de todos los sectores –producción, distribución y exhibición–, porque somos todos los que formamos parte de esta industria y se necesitan sanas todas sus patas”. “El público demuestra que si hay películas que le llaman la atención va a verlas”, añade Alzola. “Pero si no hay contenido, moriremos de inanición”.

Cifras del sector


70%. Es la caída en la recaudación en los cines de España entre enero y septiembre, según un informe de la Unión Internacional de Cines. 


66%. Es el descenso en Francia, según el mismo estudio. Portugal, con un 72%, es el país europeo en el ue se ha registrado una mayor caída. En el caso del Reino Unido llega al 69%.

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