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Entrevista a St. Woods

St. Woods: “Detrás de ‘Bones’ hay un trabajo de referencias muy loco”

"La turra que me han dado por utilizar el autotunes no te la puedes ni imaginar, pero no me molesta", se sincera el músico

El músico St. Woods LP/DLP

St. Woods, el proyecto musical de Nacho García (Madrid, 1993), se consolida como una de las promesas del indie-folk nacional, en la estela de Bon Iver o James Blake, con el lanzamiento de su primer álbum, ‘Bones’ (One RPM, 2020) el pasado mayo. El músico aterriza en The Paper Club este viernes para presentar este esperadísimo disco con su banda, donde comparte cartel con un grupo invitado, como parte de la programación del Monopol Music Festival (MMF), reprogramado este año en pequeño formato con una oferta de cine documental musical y conciertos en vivo, y todas las medidas sanitarias garantizadas.

Su primer proyecto discográfico, Bones, ve la luz en pleno confinamiento después de una larga demora. ¿La acogida ha estado a la altura de las expectativas que sembró esa espera?

Para mí, sí. Durante el proceso es verdad que hubo una serie de problemas, porque hubo que regrabar muchas canciones y, cuando por fin teníamos tiempo de sobra para mover el disco, nos dedicamos a preparar una estrategia más pensada. Y con independencia de la circunstancia de la pandemia, al final el disco se sacó con una planificación muy grande y creo que los resultados están ahí, y que son la prueba de que cuando se trata de un trabajo muy pensado, preparado y anticipado, funciona, sean las circunstancias que sean.

El título anticipa esa naturaleza catártica e hiriente que vertebra el disco, ¿en qué circunstancias nacen las canciones?

Pues yo hacía mucho tiempo que quería grabar en Estudio Reno, así que reservé fecha para grabar mis 20 canciones y producirlas. Lo que pasa es que, por circunstancias de la vida, a dos meses de entrar en estudio, en mi familia ocurre una serie de pérdidas que, al final, condicionó mucho todo lo que iba a hacer entrar en estudio, que es un proceso de encierro total, así que decidí echar por tierra todas las canciones y escribir el disco en el estudio prácticamente desde cero. Por tanto, Bones renace como una especie de proceso terapéutico entre mi persona y los dos productores, Luca Petricca y Brais Ruibal.

¿Cómo participaron Petricca y Ruibal en la reconstrucción de esos “huesos”?

Al final, el disco parte mucho de nuestras conversaciones, no solo a nivel de letras sino también a nivel melódico, en el sentido de querer expresar, por ejemplo, el sentimiento de echar mucho de menos a alguien y poder plasmarlo sin tener que decir nada. Y ese trabajo de intentar representar sensaciones tan específicas, muchas dolorosas, en canciones, fue para mí el curro importante en el disco, que fue hacer tangible lo intangible.

Entre las distintas influencias musicales, encabezadas por Justin Vernon (Bon Iver), que se le atribuyen desde sus primeros singles, ¿cuáles han sido sus referentes principales?

Claro, Bon Iver es evidente por devoción absoluta, pero también Sufjan Stevens o The National, que son bandas que para mí marcan un antes y un después en el campo del indie-folk. Pero también hay muchas reminiscencias de artistas más desconocidos o emergentes, como en su día fueron Phoebe Bridgers o Julien Baker. Para mí, Petricca es uno de los productores con mayor reconocimiento nacional, que ha producido los discos de Izal, Xoel López o Novedades Carminha, porque tiene un tacto y un saber decidir en las canciones que, al menos, en mi disco, lo han hecho mucho mejor. Pero detrás de Bones hay un trabajo de referencias muy loco, más allá de las evidentes.

¿Le pesan esas etiquetas iniciales o afronta la búsqueda de una identidad propia como una carrera de fondo?

Sí, definitivamente, el objetivo final es no pertenecer a ningún género y que un día la gente pueda decir: “¿A qué suena esto? Suena a St. Woods”. Pero yo tengo claro que ese es un proceso largo, que aún me queda mucho por aprender, por entender y por escuchar. Por tanto, mi intención principal es conseguir un sonido propio que me caracterice y, si entre medias tengo que ir probando texturas, referencias y sonoridades hasta encontrarlo, bienvenido sea.

¿Le han caído muchos palos por parte de los puristas del indie por hacer uso del autotune?

La turra que me han dado no te la puedes ni imaginar (Risas). Y no pasa nada, porque yo también lo entiendo, aunque creo que al final todos somos muy críticos, en general, con ciertas cosas que luego, según quién, se admite, y según quién, no se deja pasar. Creo que se critica mucho el autotune porque hace menos orgánica la música, pero, por ejemplo, a mí me flipa la banda Twenty One Pilots y, cuando sale en directo al escenario, se escuchan muchos más instrumentos de los que dos personas son capaces de tocar. ¿Eso hace que sea menos real la música, menos lícita, menos loable? No lo creo. También es verdad que yo, sin dármelas de experto, siempre quise usar el autotune como un instrumento más: por ejemplo, si estoy cantando esta canción en do sostenido, ¿qué pasaría si corrijo mi voz como si fuese un fa be mol? Siempre me acuerdo de que Brais Ruibal me decía: si quieres te paso una lista de 40 artistas que, antes de Bon Iver, usaron el autotune en proyectos indies. Pero a mí, de momento, no me molesta, porque puedo entender el mensaje y tampoco creo que nadie intente desacreditar mi proyecto por eso y, si lo hace, pues yo qué sé, ¡sin problemas! Yo de momento estoy muy contento.

¿Cuáles son sus planes para el próximo 2021?

Pues había una serie de conciertos internacionales que, por desgracia, se han movido más hacia 2022, pero, finalmente, la incertidumbre de saber si habrá conciertos o no hace que la prioridad, al menos para mí, sea componer, componer y componer, tanto para mí como para otros proyectos, y no tanto pensando en un segundo disco. Y luego, veremos qué pasa.

Despide el año con su primera visita a Las Palmas de Gran Canaria, ¿qué le atrajo del Monopol Music Festival para reservarle una fecha desde mayo?

¡Y desde antes! Recuerdo que ahí nos coincidía con el inicio de la gira y que teníamos muchas ganas de venir. Pero yo ya le guardo mucho cariño a este festival, sin conocerlo en persona todavía, porque es una prueba muy evidente de que las personas que pertenecen a la industria de la cultura llevan sin descanso todo este tiempo intentando sacar esto adelante, siempre pendientes de que reserváramos la fecha por si acaso, incluso aunque tengan mucho más que perder. Y eso alienta mucho, así que estamos encantados de ir para allá con mi movida, porque, además, no voy solo, sino con toda la banda.

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