L a consejera de Cultura del Cabildo grancanario y presidenta del patronato de la Fundación Orquesta Filarmónica, Guacimara Medina, mantiene su confianza en el británico-gibraltareño Karel Mark Chichon al frente de la OFGC, mientras se resuelven los procesos administrativos y judiciales que afectan al ejercicio del cargo. “Por ahora, es el director titular y artístico de la OFGC y por tanto sigo teniendo la confianza”, sentenció ayer Medina.
Una confianza que no le impedirá a la consejera, “en su momento”, adoptar “las medidas que corresponda con las cuestiones administrativas que competen a la Fundación”. Según Medina, “apelo al compromiso y a la responsabilidad de los que forman parte de esta Fundación y del Cabildo para que el prestigio de la Orquesta no esté nunca en duda”.
El prestigio de la OFGC a que se refiere Guacimara Medina tiene que ver con un cúmulo de acciones que afectan a Karel Mark Chichon, que en mayo de 2017 fue nombrado director titular y artístico de la OFGC, y que se han cobrado, entre otras, las denuncias por acoso laboral del gerente y la jefa de producción de la OFGC, Christian Roig e Isabel Turienzo, respectivamente. A estas actuaciones se suman otras de carácter interno emprendidas por el Cabildo, como es una investigación sobre las citadas acusaciones de acoso; o el requerimiento ante pagos a su nombre por trabajos externos a la OFGC por importe de 12.901 euros, aún sin justificar.
Contrato nulo
A todo ello se une informe de los servicios jurídicos de Cabildo que certifica como “nulos de pleno derecho” los contratos de Chichon y de su director asistente, Rafael Sánchez- Araña, y que en el caso del director titular, “debería ser revisado de oficio”.
“La gestión pública tiene que ser totalmente limpia y el dinero público, los ocho millones de euros que cuesta esta Fundación, tienen que estar bien empleados y bien justificados, con un retorno que se pueda justificar desde el punto de vista social y cultural”, manifestó la consejera sobre esta situación, que confía en “poner en su sitio y que cada uno desarrolle las funciones que le competen”.
En cuanto a la nulidad del contrato de Chichon, la consejera avanzó que “se está revisando conforme a la Ley, y estamos trabajando para intentar devolver la normalidad a la Orquesta lo antes posible, y restaurar aquellas cuestiones administrativas que se consideren necesarias”.
Al margen de la validez de la relación contractual de Chichon, se ha abierto una investigación interna respecto a las denuncias de acoso laboral, que “sigue su curso y desconozco el contenido”, tal como confirmó ayer Guacimara Medina. “Es el procedimiento habitual con el protocolo de acoso laboral de la Fundación, y en función de los resultados de dicho informe se procederá como corresponda” respecto a Chichon.
En cuanto a las facturas sin justificar por el director de la OFGC, se trata, según Guacimara Medina de “cuestiones administrativas que entiendo que son ordinarias y que tampoco tendrían que haber trascendido”. Unas facturas que “también están reclamadas y que en tiempo y forma se podrá dar respuesta a cada una de ellas”.
El malestar en la Orquesta trasciende al ámbito artístico. Prueba de ello es la carta hecha pública por los 48 integrantes del Coro de la OFGC, en la que responsabilizan a Chichon de su posible desaparición al quedar excluído de la programación. “Tiene su criterio artístico en el que no entramos”, lamenta Medina. Una situación que confía en reconducir porque “es un Coro de mucho prestigio, que hace una labor importante debe de tener su espacio”.
