En sus cuarenta años de existencia, la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria no ha tenido un solo director titular canario. ¿Acaso no los hay? Sí los hay, y muy buenos, trabajando sin excepción en otros países. La indiferencia de la Fundación OFGC no ha impedido que el Festival Internacional de Música de Canarias les invitase, no solo a dirigir en su programa oficial sino a grabar discos dedicados a la música histórica y romántica de Canarias.
Por no extendernos, basten dos ejemplos: Gloria Isabel Ramos ha sido titular de varias orquestas en Suiza y en la Península. Actualmente se ha dado un paréntesis para componer, y su útima obra sinfónica tendrá próximo estreno mundial en EEUU con la Orquesta de Pittsburg. Por su parte, Alberto Roque es y ha sido durante décadas director titular de una orquesta sinfónlca de Budapest, con la que, entre otros servicios, hizo una turné europea para dar a conocer a compositores jóvenes de Canarias, que viajaron con él y tuvieron éxitos importantes.
En resumen, ni un solo canario ha titularizado el podio de la OFGC. Se entendería un periodo de formación de jóvenes vocacionales de la batuta, para que, al menos uno o dos, estuviera en condiciones de dirigir con la misma calidad que los jóvenes invitados de otras procedencias. Así se procedió con los instrumentistas hace 40 años, y aún hoy siguen en activo tantos apellidos extranjeros como peninsulares e isleños. Pero no. Nadie se acordó de un canario para dirigir el ente artístico que pagamos todos, a pesar de que todos (¿?) pensamos que si hay un arte inseparable del alma canaria, ese arte es la Música.
Las inútiles turnés
No tenemos suerte. Lo que gusta a algunos directores foráneos es pavonearse en el extranjero con la orquesta de aquí, en giras internacionales que ha pagado el Cabildo, sufragando aquello que se supone debería cobrar. Porque es muy caro movilizar por Europa y hasta China y Japón, como ha sucedido, a una orquesta sinfónica completa. Lo que solía llevar eran programas españolistas y sandungueros, conocidos por todo el orbe de la música, y así cerrar eventos en clima de entusiasmo facilón. Casualmente, ningún gestor volvía a llamar a la OFGC y mucho menos pagarle la gira. Ni la gira, ni nada.
Ocurrió en China: en una estación de transbordo dejaron los chinos abandonados en la solajera los cajones con instrumentos de la OFGC. Entre los de cuerda, algunos quedaron para leña y otros necesitaron una reconstrucción muy cara. ¿A que saben quién pagó esos daños? Usted, yo, y todos los tributarios del Cabildo lo sabemos muy bien.
Era de esperar que Chichon quisiera girar para lucir sus poderes y dar a sus músicos ocasión de hacer turismo. Propuso Baden-Baden, rica ciudad alemana con teatro de ópera y gran casino, en la que reside una de las buenas orquestas alemanas de la radio pública. El Cabildo dio un “no” rotundo, que hubo de reiterar hasta tres veces ante la insistencia del susodicho. Excepcionalmente, la institución insular antepuso los costes baldios al espejismo de un falso prestigio. Y eso que Baden-Baden, que según el susodicho ya tenía vendido todo el billetaje, ofreció correr con el gasto de los viajes (siempre según el susodicho). Enfurecido por el NO, se fue a Nueva York a pasar las Navidades, pero (qué pena) volvió. Y sus rabietas, también.
Dos sonadas rabietas
Hace poco tuvo que cancelar un contrato con el director canadiense Maurice Dutoit, famoso conocido aquí en el Festival de Música, porque las mujeres de la OFGC se negaron a dejarse dirigir por quien arrastra fama de sátiro acosador. La consejera Medina estuvo muy de acuerdo con ellas, como también todos los ciudadanos que aborrecemos los abusos. Pero la rabieta del maestro fue muy singular. Él había sido la parte contratante, como en otros muchos casos a través de la agencia española conexión letona de las que también hablaremos.
Todo apunta a que Rafael Sánchez Araña, hoy doméstico de Chichon, está siendo preparado para el nombramiento como primer titular canario de la OFGC. Dicen que Morales intentó hacerlo ya en lugar de Chichon, pero alguien le convenció de que aún estaba verde. El primer contrato con el gibraltareño era breve, pero este listillo se las arregló para prolongarlo hasta 2023.
Por ahora no debatiremos aquí si Sánchez Araña está, o no, a la altura, sino que el enchufe descarado , el tufo a politiqueo de pueblo, el tardío, estrafalario y posiblemente nulo contrato, la cuantía de sus percepciones y algún otro detalle, están corrompiendo una imagen que sería recibida con hostilidad y desconfianza. Su padrino, Morales, no va a presidir el Cabildo miles de años, como los que pasó en la alcaldía de Agüimes. Y las arbitrariedades del caciquismo quedan para siempre en los currículos de la memoria.
El entusiasmo de Morales por Chichon, a quien posiblemente no ha visto nunca en el podio, también despide una cierta fetidez. ¿Será que ya milita en Roque Aguayro, como su ayudante Sánchez Araña? Es probable que el maestro, nacido en Gibraltar (una colonia que va a pasarlo mal con el brexit), haya venido a Canarias persuadido de que es otra colonia. Hay comportamientos inequívocos. Cuando el mindundi gubernativo de turno cae en el mismo espejismo, se rearma el follón, retoñan los nacionalismos o separatismos que parecían envejecidos y hay que buscar una cabeza de turco para que las cosas amainen. Lo estamos viendo (¡una vez más!) con seres humanos inmigrantes, amontonados en barracones u hoteles turísticos, como si Canarias hubiera sido condenada en exclusiva a residenciar, alimentar y dar trato humano a todos los desheredados del subdesarrollo. ¿Qué dice Europa?
Esto no es una colonia, aunque se infiltren mentalidades de otra. Y para que lo sepan los colonialistas, Canarias ha tenido y tiene la ventura de sumar treinta y siete festivales internacionales de Música, en los que Celebidache, Abbado, Giulini, Kleiber, Mehta, Maazel, Chailly, Boulez, Rostropovich, Pinnock , Fruhbeck (los tres últimos , incluso en el podio de la OFGC) así como muchos otros de primerísima división, nos han dado experiencia en vivo y directo, al frente de las mejores orquestas del mundo (Filarmónicas de Berlín y Viena, Sinfónica de Chicago, Concertgebouw de Amsterdam y Staatskapelle de Dresde, entre ellas), para discernir entre la verdad y el fraude en lo que atañe a la interpretación orquestal. ¿Habrán dirigido todos ellos en Gibraltar? ¿Quizás en Riga?
El Coro despreciado
Otra de las perlas chichonescas es el desprecio al Coro de la Orquesta Filarmónica y a su excelente, culto e incansable director, Luis García Santana. Muy pocas han sido las ocasiones en que el glorioso maestro los ha sacado a escena. Las grandes ocasiones son para coros foráneos, que solo por moverse y estar aquí, ya cuestan fortunas. Pocos hemos olvidado aquellos dos coritos –letón y lituano- rígidos, desmotivados y sosos, que trajo en cierta ocasión. Bálticos tenían que ser para el maestro y tal vez representados por aquel agente que fue condenado por corrupción. El público grancanario adora a su Coro filarmónico, ovacionado con entusiasmo en cada intervención y, por si fuera poco, miembro de pleno derecho de la Fundación OFGC. Después del escrito que un segmento de la Orquesta cursó a la presidencia con la mísera cantidad de 33 firmas en defensa del gibraltareño, sería didáctico calcular cuantas personas del ente, instrumentistas, cantores, profesores, administrativos y auxiliares, está en su contra. ¿Lo ha hecho el presidente Morales, que tanto se acalora cada vez que le tocan al susodicho? ¿Cómo es posible que no salte su amor propio frente al desdén inferido a los profesionales canarios?
Llegaron las rebajas
Los contribuyentes de la Isla, entre ellos los aficionados al arte orquestal, tenemos derecho a saber cuánto se desvía el presupuesto de ocho millones con las ocurrencias, los imprevistos, las contrataciones fuera de plantilla y los pleitos laborales (todos perdidos por el Cabildo, con consecuencias indemnizatorias nada despreciables). ¿O todo es Jauja para complacer al maestro? Resulta que dos de las más poderosas orquestas del mundo, sufragadas a tope por el mecenazgo privado, las están pasando moradas. La célebre Filarmónica de Nueva York ha rebajado en un 30% el salario de todos sus músicos y demás personal; y la orquesta de la Metropolitan Opera, también de NY, lleva casi diez meses sin pagar ningún salario, a pesar de sus mecenas y de los constantes llenazos. Aquí nadie cobra menos, porque el orden de prioridades en la crisis sanitaria, económica y laboral más grave de la Tierra, no condiciona los placeres estéticos (siempre in absentia) del jefazo. Celebrémoslo sinceramente por los trabajadores ¡Alegría, pues, y que el maestro siga agrediéndonos con el Tico-tico como bis de sus programas. Así nos respeta y se respeta a sí mismo. A él no le rebajarán nada. Aunque conviene no olvidar que el gobierno británico suprimió hace años de un plumazo todas las subvenciones públicas a las cinco grades orquestas de Londres. “Que se lo ganen con sus contratos” fue la única razón. Y se lo está, ganando muy bien, por cierto…
Pero aún hay mucho que hablar de agencias y agentes, comisiones, circuitos fiscales, recomendaciones entre amiguetes con casa en Málaga, etc…
(Continuará).
