Dácil Santana: “Quiero mostrar mi faceta más sensible como cantautora”

¿Qué le supone abrir el ciclo No solo autor en la Sala Insular de Teatro?

Me siento muy afortunada, sobre todo en estas circunstancias que estamos viviendo donde la cultura no destaca tanto. Nosotros estamos haciendo todo lo posible para que no nos afecte, pero claro, no tenemos conciertos, así que empezar el año en formato acústico y en la Sala Insular de Teatro, donde toco por primera vez con este ciclo de No solo autor es una alegría.

¿Cuáles van a ser los temas principales del repertorio?

Mi último single El Vendaval, Febrero, que también salió en 2020, y temas que me han acompañado durante tiempo, como pueden ser Fuimos dos locos o Me rindo.

¿Con qué temas ha sido número uno de Los 40 Principales Canarias y qué ha significado para su carrera?

He sido número uno con Seré, Bésame, Desaprender y Febrero. Han significado la confianza, la valoración de los compañeros y amigos de Los 40 Principales, el reconocimiento a este proyecto que ya lleva unos años y la valoración de muchos compañeros de profesión aquí en Canarias porque se da un enfoque al talento canario. De hecho, el nuevo single, El Vendaval, que salió en el mes de noviembre está ahora mismo en el puesto número cuatro de la lista. Me siento muy feliz y agradecida de que se valore lo que hago y se pueda apreciar mi evolución en estos años.

¿De qué trata El Vendaval?

Se podría emplear la frase: Un clavo saca a otro clavo. Es una canción que parte de un desamor pero con un enfoque pícaro, quitándole dramatismo al sentimiento. Cuenta cómo poder refugiarte, rescatarte en otra piel para olvidar a esa persona que cuesta tanto.

Su estilo es el pop…

Sí y el pop-rock y la balada, pero este último single, que salió el 27 de noviembre, es un bolero con mezcla de urbano y de pop. Aúno estilos, algo que ya he hecho con mis nuevas canciones, como Febrero, que salió en abril en pleno confinamiento. En una misma melodía intentamos ser innovadores y diferenciarnos del resto de la música. Por ejemplo, el bolero empieza con guitarra española, va creciendo en intensidad y, a mitad del tema, se transforma en pop urbano donde la métrica de las palabras es más hablada y el acompañamiento de la música se vuelve más moderno. A partir de Fuimos dos locos, el antepenúltimo single, plasmo mi evolución desde mis vivencias en Madrid y desde los sonidos actuales. Quiero manifestar mi faceta más sensible de cantautora que cuenta historias autobiográficas con la adaptación al tiempo musical de ahora. Estas canciones formarán parte de un EP que saldrá a finales de este año, en otoño, seguramente.

Este tercer EP será más personal, por lo que cuenta…

Sí, incluye canciones que están significando mucho en mi carrera, como Temblando, un tema que aún no ha salido. El mes que viene lanzamos una sorpresa, un vídeo acústico de Tanta vida.

¿Qué otros proyectos tiene en mente?

Compongo también para otros artistas, que pueden ser canarios, tales como Apolo, nacionales e internacionales en diferentes estilos, desde baladas hasta reguetón, urbano o pop. Ahora estoy más detrás de los escenarios con el proyecto de sacar el EP, mientras espero a que la cultura se reactive mucho más este año y pueda tener más conciertos. Para el nuevo disco de Azúcar Moreno, titulado El secreto, he compuesto El secreto y La cura con mis compañeros Pablo Domínguez para el primer y segundo tema y Carlos Simón para el segundo. Hacía 14 años que el dúo no sacaba disco y en esta ocasión ha salido en octubre de 2020.

¿De qué tratan entonces estos nuevos temas?

Son canciones divertidas. En El secreto ella se decanta mucho por la picardía y el juego de seducción. Son melodías para seducir. Los temas se enfocan al amor, a la diversión y a la picardía, muy como vemos a Azúcar Moreno. La cura es otro tema muy bailable y divertido. Se mezcla la rumba con el urbano para que la gente se mueva.

Porque usted se enfoca al amor y al desamor en sus composiciones, normalmente…

La mayoría de las veces, sí. También hablo de mis experiencias personales o de mi enfoque hacia la vida, como en Desaprender, por ejemplo, o en El sur de Europa, una canción que hice para Canarias.

¿Siempre se acompaña únicamente de su guitarra o elige también otro tipo de instrumentos y de sonidos?

Siempre voy con la guitarra, pero en estos pocos conciertos que he sido afortunada de dar en 2020 he tocado el piano. De hecho, este sábado en la Sala Insular de Teatro voy a interpretar dos temas a piano. Es un instrumento que todavía estoy estudiando y practicando, pero que me apasiona tanto como la guitarra. Lo estoy incluyendo poco a poco cada vez más en los conciertos.

¿Qué sensaciones le produce realizar conciertos en estos tiempos de pandemia?

Lo estoy mirando por el lado positivo. Pienso que los que podemos ofrecer conciertos y que cuentan con nosotros, ya sean productoras y ayuntamientos, entre otros, nos tenemos que sentir afortunados por poder hacer lo que nos gusta porque es lo que nos da vida. Para mí no es raro que la gente esté sentada y no pueda bailar porque realmente mis canciones no suelen ser muy bailables. Sí me importa que nos dediquen ese tiempo, que tengan la ilusión de salir de casa, de venir y de confiar en que no les va a pasar nada malo porque se van a respetar todas las normas de seguridad e higiene. Con eso ya soy afortunada, con que las personas dediquen ese tiempo a mi música y quieran pasarlo conmigo.

¿Cómo se siente el feedback del público en los meses del coronavirus?

Aunque el aforo sea más reducido la energía que sentí, por ejemplo, en el primer concierto después de la cuarentena en el mes de agosto, esa magia y la complicidad no las he sentido en mi vida. Y eso que solo había 25 personas. Mis músicos y yo, además, teníamos muchas ganas de tocar y cantar, de tener gente delante y escuchar los aplausos. Durante el confinamiento hicimos conciertos en línea, pero es algo frío que no tiene que ver con los que ofrecemos ante un público.