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Teatro

‘Moria’ denuncia en escena las islas-jaula

La nueva producción de Unahoramenos recrea la historia real de dos mujeres refugiadas en la isla griega de Lesbos, a donde parte del equipo viajó el pasado 2020

‘Moria’ denuncia en escena las islas-jaula | LP/DLP

Un año atrás, antes de que se declarase la pandemia mundial del coronavirus, una parte del equipo de Unahoramenos capitaneada por su director, Mario Vega, se desplazó al campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, para mirar de frente a la mayor vergüenza de Europa, donde la incapacidad y desidia para pactar una respuesta solidaria común por parte de la Unión Europa amuralla miles de vidas humanas en un infierno fabricado entre alambradas y concertinas.

En su equipaje facturaban el compromiso de regresar con las historias de las vidas olvidadas y maltratadas bajo las cifras de la ignominia para poder darles voz en el teatro. Entonces, ninguno imaginaba que un virus golpearía el planeta unas semanas después, con mayor crudeza e impiedad en las comunidades más vulnerables, y sobre todo, que a esa crisis sanitaria se sumaría una migratoria que pondría un espejo a tantas reacciones de racismo y xenofobia en nuestras mismas costas.

Moria, la nueva producción de Unahoramenos, se estrena la próxima semana con seis funciones en la Sala Insular de Teatro (SIT), en un formato reducido con motivo de las restricciones de seguridad sanitaria, pero que ve la luz en un contexto social e histórico donde urge más que nunca sensibilizar y concienciar sobre las desigualdades y discriminaciones que nos atraviesan y empobrecen como sociedad democrática.

“Creo que tenemos el deber y el derecho de contar lo que está pasando”, apunta Sánchez

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Así lo suscribe su director, quien sembró la idea de esta puesta en escena teatral con el objetivo de denunciar la violación sistemática de los derechos humanos en los campos de refugiados. “Moria ya se planteaba como una llamada de atención, pero ahora se resignifica ante una realidad tan terrible como la que se ha generado en torno a Arguineguín”, apunta Vega.

Precisamente, el director ha avanzado que, cuando la situación epidemiológica les permita girar con el espectáculo, la obra pasará a denominarse Islas-Jaula, “en referencia a cómo Europa está concentrando en Lampedusa, Arguineguín, Moria, Ceuta, Melilla o Sicilia a todas estas personas, utilizando las islas como campamentos de refugiados para que no entren en el continente, lo cual incumple absolutamente con la Declaración de los Derechos Humanos”, manifiesta Vega. “La situación es absolutamente terrible”.

La puesta en escena de Moria se desarrolla en el interior de una jaima y narra la historia de dos mujeres refugiadas, Zohra Amiryar y Douaa Alhavatem, que en esta ficción pasan a llamarse Aminah y Sahar, interpretadas por las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez, respectivamente, a quienes no quedó más remedio que huir de sus respectivos países de origen.

‘Moria’ denuncia en escena las islas-jaula

La primera sobrevivió a cuatro bombardeos y atentados en Afganistán, su país natal, donde asesinaron a su hermano e hirieron a sus cuatro hijos antes de emigrar en busca de un refugio para su familia, mientras que Douaa, una treintañera de Irak, tuvo que abandonar su Bagdad natal con sus tres hijos después de la desaparición de su marido.

La dramaturgia de este ejercicio de teatro documental se sostiene sobre los testimonios reales de ambas, filmados en directo en el campamento de Moria bajo la supervisión del periodista Nicolás Castellano, especializado en movimientos migratorios forzosos y derechos humanos. “Las historias de las dos mujeres refugiadas nos sirven de soporte para este espectáculo, donde hemos cambiado los nombres originales para el espectáculo, porque una historia nos ayuda a contar muchas historias”, explica Vega, que desarrolló la misma estrategia en la obra Me llamo Suleimán, que también gravita sobre el fenómeno migratorio a partir del texto homónimo de Antonio Lozano.

“Estas muestras de racismo ni siquiera eran tradicionales de nuestra tierra”, reflexiona Vega

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En este montaje, Moria se construye como una experiencia envolvente de teatro inmersivo en el interior de una carpa de seis metros de diámetro, “porque la idea es recrear la experiencia de estar dentro de este campo de refugiadas”, indica el director, quien recuerda que el campo de refugiados de Moria, el más grande de Europa, se diseñó con una capacidad de acogida de 3.000 personas, pero a la llegada del equipo el pasado enero, se hacinaban más de 25.000 personas, sin cumplir un mínimo de condiciones básicas. Después del gran incendio que arrasó el campo en septiembre de 2020, hoy malviven en Moria en torno a 13.000 refugiados.

Jaima

Debido al nivel 3 de alerta sanitaria en Gran Canaria, el aforo previsto para acoger 50 espectadores en el interior de la jaima se reduce, por el momento, a solo diez personas. A partir de este diseño del espacio escénico, a cargo de Vega, “los parlamentos que se interpretan lo hacen, por una parte, las actrices en escena, y por otra parte, los personajes originales a través de videoproyecciones, ya que nos trajimos horas y horas de entrevistas con ellas, que las actrices han trabajado muchísimo”.

En este sentido, la producción ha ido moldeándose a partir del paréntesis de la cuarentena para adaptarse a la situación actual y renacer en este marco excepcional. La actriz Ruth Sánchez revela que una de las claves para la preparación de sus personajes ha sido el diálogo permanente dentro del equipo. “Por nuestra parte ha habido, sobre todo, muchísima escucha, no solo de las entrevistas, sino de lo que el equipo nos contaba sobre la vida de las dos mujeres más allá de lo que se ve en la cámara”, relata la actriz. “Y esa escucha ha sido con los oídos y con el corazón, estudiando lo que hay detrás de las palabras y tratando de imaginar la dureza de su viaje hasta llegar a Moria, y también del día a día en ese campo, que parece mentira que esté en Europa, en esas condiciones infrahumanas e indignas”, añade. En esta línea, Sánchez apunta que “desde nuestra profesión, que es el teatro, creo que tenemos el derecho y el deber de contar lo que está pasando”.

‘Moria’ denuncia en escena las islas-jaula

Y este compromiso social es uno de los sellos de Unahoramenos, con el que la actriz ha colaborado en numerosos montajes y que, en sus palabras, “es una suerte inmensa, porque la compañía tiene un compromiso brutal con la profesión y el hecho escénico, pero también un firme compromiso social en cuanto a ir más allá del puro entretenimiento y tratar de visibilizar y sensibilizar sobre realidades muy duras que, en este caso, no pueden ser más vigentes porque este año, además, nos han estallado en las narices”.

Por su parte, Vega avanza que “las actrices están haciendo un trabajo precioso y muy respetuoso en torno a las figuras de estos dos personajes”. “Aunque ficcionamos el relato, en Moria contamos dos historias absolutamente terribles, que ahora son más terribles todavía, según la información que nos ha llegado en los últimos días, porque nosotros mantenemos contacto con las refugiadas”, añade.

El campo de Moria tiene capacidad para 3.000 personas, y en 2020 sumaba 25.000

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Y cuenta que, en la actualidad, Zohra, que trabaja para Médicos sin Fronteras, fue deportada a Afganistán después de que le denegaran el visado para entrar en Grecia a través de papeles de asilo, de modo que en estos momentos se encuentra en un campo de refugiados en Bosnia para tratar de entrar en Europa a través de Croacia. En cambio, desde el incendio que destruyó el campamento de Moria, el equipo no ha tenido noticias de Douaa ni ha podido ponerse en contacto con ella desde entonces.

Con todo, Vega coincide en que Moria también sube el telón como homenaje escénico a las dos mujeres, así como a cada una de las personas refugiadas en las condiciones más atroces en Europa, a quienes el equipo presta voz en un contexto de enorme relevancia en Canarias. “Estamos viendo continuamente unas muestras de racismo y de xenofobia que ni siquiera eran tradicionales en nuestra tierra, donde lo que antes era más bien indiferencia es ahora xenofobia, y eso es mucho más peligroso”, apunta el director. “Por lo tanto, esta apuesta por la reflexión y por abrir un debate sano sobre la situación y todo lo que está pasando en Canarias y España no puede ser más pertinente. Yo no sé hasta qué punto podemos aportar desde el teatro, pero sí creo que es nuestro deber intentarlo y nosotros, cada vez que terminamos de ensayar, nos emocionamos”.

El montaje se estrena en formato reducido con seis funciones en la Sala Insular de Teatro

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En la miscelánea de imágenes, distintas escenas protagonizadas por las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez, asiduas de los montajes de Unahoramenos Producciones, y que en ‘Moria’ encarnan a dos mujeres refugiadas en el campo situado en la isla griega de Lesbos, y cuya acción se desarrolla en el interior de una jaima, con el diseño del espacio escénico a cargo de Mario Vega. |

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