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Música

Yone planta ‘Semilla’

El timplista grancanario publica su cuarto trabajo, un nuevo ejercicio de fusion regado de colaboraciones, en el que juega con ritmos flamencos, africanos y latinos

El timplista grancanario Yone Rodríguez, en una imagen promocional.

Yone Rodríguez (Agaete, 1987) se declara músico en el sentido amplio del término. No reniega de la condición de timplista, el instrumento al que debe su carrera profesional desde los 12 años, cuando sorprendía a la audiencia insular con su debut ‘La otra orilla’ (2001). Lo dice desde la “madurez musical” que asegura acariciar con su nuevo trabajo, ‘Semilla’, el cuarto en solitario en una discografía que se ha cobrado trabajos como ‘Colores’ (2009) y ‘Vivo’ (2012), y que suma otras tres referencias con distintas formaciones y proyectos. Un disco coral que invita a recorrer el mundo con el timple entre las manos.  

“Mi música siempre ha sido de fusión, que es la clave”, asegura el timplista Yone Rodríguez cuando se le cuestiona acerca del concepto sonoro que ha impreso en Semilla, “un disco pensado de Canarias hacia el mundo”, nuevo ejercicio de sacar al timple de su contexto y continuar experimentado las posibilidades de conversar con otros instrumentos y culturas.

“El timple siempre está ahí, pero de otra manera respecto a otros discos, a la hora de componer o arreglar los temas”, subraya. “Con el disco Vivo (2012), con veintipico años, estaba muy centrado en composiciones técnicas, muy difíciles, ¡mira todo lo que toco!, y no siempre tiene que ser así sino de una manera más sencilla donde la fuerza está en la armonía o en el equilibrio de la instrumentación”.

Doce temas abriga este álbum, con patrocinio de ciclo Musicando del Ayuntamiento de la capital grancanaria, para el que Yone Rodríguez ha contado con la colaboración a la guitarra flamenca de Santiago Lara; la armónica de Gabriel Grossi, y la guitarra baiana y viola caipira de Jurandir Santana, que aportan la cuota brasileña al disco; la voz de la colombiana Marta Gómez; y la percusión de Yahiro Tomohiro, que lleva hasta Japón el relato de Semilla. Junto a estos invitados, una banda de músicos canarios: Aridane Martín ( vibráfono y marimba), José Carlos Cubas (percusión), y Javier Cerpa y Paco Marín (guitarras).

Inédito de JAR

La fusión preside este trabajo con producción del propio Rodríguez, grabado en directo en el almacén de los Romero, en Gáldar, cuelgan del álbum piezas que iluminan el nuevo sendero por el que transita el artista: a que da título al disco, Afrozul, Casa Camarón, Tu vals, Juego de niños, Ring Road y Qué modales, entre otros. Este último, Qué modales, es un guiño al timplista José Antonio Ramos. “Lo llegó a tocar con Paco Marín un par de veces cuando iban a dúo, y que no llegó a grabar. Con la pandemia me entró una crisis creativa, Paco me lo comentó, y lo hicimos”, señala.

“Mantengo esa fusión, pero ahora le doy más importancia a las armonías y la musicalidad del tema, quitarme esa idea de componer para timple, como venía haciendo hasta ahora”, sentencia Rodríguez. De cualquier manera deja claro que “el timple es mi instrumento y lo que hago es música, y si hubiese tocado la balalaika tocaría la misma música, que es la que siento”. En Semilla el timple da un paso al lado como un instrumento más en la banda que le acompaña en directo y en estudio. “Hay momentos íntimos, a dúo, otros a trío, a cuarteto, como Tu vals, , a timple, vibráfono, armónica y contrabajo, combinaciones que no son las típicas; y luego composiciones a banda completa con los ocho músicos, todo es parte de querer buscar esos sonidos y no solo con los timbres de los instrumentos, sino con el formato”, explica el músico.

“Busco mi momento de protagonismo, pero también tengo los momentos de relax, que otro instrumento lo tenga, y al final lo veo como un todo”. Una evolución en lo musical que tiene que ver con la madurez que trae la edad y el trabajo en todos estos años. “Todo va con la edad”, apunta Yone. “Cuando eres adolescente vas como muy acelerado, y ahora te das cuenta de que la belleza está en una melodía sencilla y en una armonía. Tengo 33 años, el primer disco lo hice a los 12 años, y ahora tengo el momento de madurez musical en el que uno se va encontrando”.

Sin complejos ni presiones


Con este nuevo trabajo Yone Rodríguez se despoja de “complejos y presiones del pasado” que de alguna manera se han proyectado en su música. “No tanto con la figura de Jose Antonio Ramos”, sentencia. “Creo que siempre he tenido mi sonido, y en este disco lo reafirmo, y evidentemente tengo un ramalazo con Jose, pero he sido bastante distinto con el timple. Todos hemos mamado el folclore, pero el instrumento evoluciona y se desarrolla. Cuando estoy fuera nunca pienso si tengo que adaptar el repertorio. ¿Tocaré una folía? Si me apetece, la toco, pero no voy con esa condición”. La experencia de presentar su música en Corea del Sur en 2019 fue “enorme” y “marcó un punto de inflexión”. Recuerda que Semilla se compuso para la ocasión, y según relata, “fue donde perdí los complejos, la reacción del público fue increíble, alucinado con los que hacíamos”. | D. F. H. 



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