La herida nunca cerrada entre Woody Allen y Mia Farrow vuelve a primer plano con Allen v. Farrow, una serie documental que estrena hoy HBO y que recupera las acusaciones contra el cineasta por presuntos abusos sexuales a su hija Dylan Farrow. Con cuatro episodios dirigidos por Amy Ziering y Kirby Dick (nominados al Óscar por The Invisible War, 2012), Allen v. Farrow ha causado ya revuelo antes de su estreno y promete avivar aún más el debate en torno a la figura de Allen, que siempre ha negado los abusos y que no afrontó cargos después de una muy polémica investigación.

Woody Allen y Mia Farrow mantuvieron una relación sentimental durante 12 años. Farrow tenía siete hijos: tres de ellos los tuvo con el director de orquesta André Previn, otros tres los adoptó junto a él (incluida Soon-Yi Previn), y uno más que adoptó ella por su cuenta (Moses Farrow).

Tras iniciar su relación con Allen, Farrow adoptó a una niña en 1985 (Dylan Farrow), y posteriormente el director aceptó que esta fuera hija suya al igual que Moses. Asimismo, Allen y Farrow, que no se casaron y que vivían en casas diferentes, tuvieron en 1987 a Satchel (luego Ronan). En agosto de 1992, Dylan Farrow, entonces con 7 años, aseguró que Allen había abusado sexualmente de ella en el ático de la casa de Mia Farrow en Connecticut (EE UU). Allen rechazó esas acusaciones, pero sí dijo que estaba enamorado de Soon-Yi, de 22 años e hija de Mia Farrow y André Previn.

Respecto a las acusaciones en contra de Allen, un hospital de Connecticut entrevistó a Dylan Farrow en varias ocasiones y aseguró que no había pruebas de abuso, mientras que el fiscal del mismo estado dijo que había “causa probable” contra el director, pero optó por no llevarlo a juicio para no traumatizar aún más a la pequeña. Las autoridades de Nueva York tampoco presentaron cargos contra el realizador en medio de un gran escándalo mediático y una enorme polémica por una investigación muy controvertida y llena de puntos extraños.

El testimonio de Dylan Farrow es sin duda lo más interesante de Allen v. Farrow. “Hay muchísima desinformación, confusión y muchas mentiras. He sido objeto de todo tipo de dudas, escrutinio y humillación por esto”, dice al referirse a las depresiones, ataques de pánico y miedo a las relaciones sentimentales que ha padecido desde entonces.

Algunos de los momentos más valiosos de Allen v. Farrow llegan con los vídeos caseros que Mia Farrow grabó de la pequeña un día después del supuesto abuso. “Fue al ático (parte inaudible), se puso detrás de mí y tocó mis partes privadas”, asegura Dylan Farrow en esas grabaciones.