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Ópera | ‘El Real’ sube el telón

Estreno con acento canario en el Teatro Real

La soprano Yolanda Auyanet protagoniza hoy en Madrid el estreno de la ópera ‘Norma’

La soprano grancanaria Yolanda Auyanet -arriba- en un momenro de Norma, que se estrena hoy en el Teatro Real de Madrid.

Norma llega hoy al Teatro Real de Madrid con dos canarios en el elenco, Yolanda Auyanet como protagonista y Juan Antonio Sanabria en el rol de Flavio, amigo de Pollione. Ambos están satisfechos con el resultado y hacen hincapié en la importancia de recuperar la actividad cultural, “tan necesaria como el pan”.

Si la ópera por lo general se arma de pasión, amor, desengaño, mentiras y muerte, Norma, de Viscenzo Bellini, es la sublimación del género y posiblemente la composición más idónea para que el Teatro Real de Madrid mantenga satisfecho a su exigente público, ansioso de una oferta cultural de calidad cuando las restricciones derivadas de la pandemia han herido de muerte a la cultura en todo el país. “El público está hambriento de propuestas culturales”, explicaba este martes desde Madrid la soprano grancanaria Yolanda Auyanet, protagonista de esta versión de la popular obra estrenada en 1831. “Por mucho que quienes nos dirigen se empeñen en relegar la cultura a un plano de mero entretenimiento, la gente está ávida de belleza, de profundidad, de pensamiento critico y de todas las cosas que la cultura fomenta. La cultura es tan necesaria como el pan”, añade la reputada intérprete, Norma en esta versión donde comparte escenario con otro canario, el tenor Juan Antonio Sanabria, Flavio en un montaje cuya dirección musical y escénica corre a cargo de, respectivamente, Marco Armiliato y Justin Way.

Considerada una de las obras cumbres del belcanto, su extraordinaria belleza melódica enmascara una enorme dificultad vocal, especialmente en el papel protagonista, y con ella Bellini manipula como nadie las emociones más encendidas del melodrama.

“La calidad humana facilita sobre el escenario la interacción”, dice Juan A. Sanabria

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“Me enfrento a Norma como siempre me he enfrentado a los personajes que interpreto: con rigor y concentración; intentado entender en cada momento lo que me sugieren compositor y libretista y, sobre todo, con mucho respeto”, cuenta Auyanet, una artista de proyección internacional con casi tres décadas de trabajo a sus espaldas y algunas Normas pululando ya entre duidas en su extenso currículum.

La belcantista canaria en una escena de la ópera de Bellini Javier del Real

En una vuelta de tuerca a una ópera cuya acción real transcurre en la Galia durante la ocupación romana, alrededor del año 50 a.c., Justin Way sitúa la acción de este nueva producción en el interior de un viejo teatro italiano con toda la compañía ensayando Norma. En el exterior, el siglo XIX, que ha comenzado marcado por el Congreso de Viena tras la derrota de Napoleón, mantiene el norte de Italia bajo la dominación austriaca, cuyo gobierno reaccionario provoca el nacimiento de los primeros movimientos nacionalistas. Entre ambos mundos, los dos intérpretes principales de la función mantienen una relación secreta sometida a tensiones personales y sociales, inmersa en un conflicto que no saben gestionar.

“Creo que el montaje de Way aporta un humanidad extra a los personajes, sin perder de vista el contexto social y político de la época en la que esta ópera fue compuesta”, explica la soprano. “Para mí ha sido muy enriquecedor trabajar con él. En la parte musical, el sostén que da a los cantantes, su exquisita musicalidad, su calor, su preparación, su respeto por el compositor... ¡Qué más se puede aportar por parte del maestro Marco Armiliato!”.

“Observo en cada teatro al que voy a trabajar cómo se agotan las entradas”, asegura

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“Se ha creado muy buena química y mucha empatía en toda la compañía, desde el técnico o regidor hasta el director musical, cantantes, sastrería, maquillaje, etcétera”, explica por su parte el tenor grancanario Juan Antonio Sanabria, Flavio en la obra, que se enfrenta a su primer rol en Norma, una producción donde sólo el equipo artístico lo forman 175 personas -falta el personal técnico-.

La mezzosoprano francesa Clémentine Margaine caracterizada de Adalgisa. Javier del Real

“Creo que la calidad humana con la que se está llevando a cabo esta producción”, prosigue, “hace que en el escenario sea muy fácil la interacción entre los personajes precisamente por lo que he dicho anteriormente. Es una versión en la que, desde que sube el telón, están fluyendo todas las emociones que se van generando a lo largo de la ópera. Estos días hemos celebrado los ensayos generales y para el público y los artistas ha sido muy fácil conectar a través de esta música tan maravillosa de Bellini”, asegura el canario.

En tiempos de Covid, movilizar a tanta gente en un sólo espacio es ya de por sí un espectáculo digno de una ópera pero se han tomando las medidas de seguridad necesarias para evitar cualquier susto relacionado con la pandemia. Los preparativos de esta súper producción arrancaron hace varios meses aunque los intérpretes se sumaron hace unas semanas.

“Creo que el montaje de Justin Way aporta un humanidad extra a los personaje”, dice

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“Llevo inmersa en esta Norma desde el 1 de febrero”, reconoce Yolanda Auyanet, quien no oculta que “por supuesto” supone una motivación extra “poder cantar en un teatro en este momento tan difícil que vivimos”. Esta canariona dice que es momento de demostrar que “sí se puede: si hay voluntad hay que mantener encendida la llama de la cultura por nosotros y por todos los trabajadores del mundo del espectáculo y de la cultura en general que en este momento no tienen la fortuna de trabajar y que son el ochenta y cinco por ciento de los trabajadores del sector. Por eso hay que dar las gracias al Teatro Real y los demás teatros españoles que han mantenido sus puertas y sus mentes abiertas, a pesar de las dificultades”, reconoce.

El tenor americano Michael Spyres, caracterizado de Pollione, y Clémentine Margaine como Adalgisa en otro momento de la producción Javier del Real

“¡No se imagina cuánto!”, responde por su parte Juan Antonio Sanabria cuando se le pregunta si cree que hay ganas de espectáculos como el que estrena esta noche el Teatro Real. “Yo debo decir que, aunque efectivamente, hay muchos proyectos que me han sido cancelados o, en el mejor de los casos, las fechas han sido pospuestas, sigo teniendo una agenda que me permite realizar mi trabajo. Digo esto porque actualmente observo en cada teatro, cada auditorio o sala de concierto a la que voy a trabajar cómo se agotan las entradas. En algunos casos”, continúa, “de hecho hay gente que no consigue entradas porque está todo lleno y eso es señal de que la sociedad no solo es que tenga ganas de disfrutar de la cultura, sino también la necesidad de que se siga dando espacio a las propuestas culturales”, asegura el grancanario. “El sector cultural es ese espacio en el que los seres humanos sanamos nuestras emociones; nos ayuda a cargar pilas para volver a nuestra vida rutinaria siendo más felices”.

“El público está hambriento de propuestas culturales”, cree la intérprete canaria

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En ese mismo sentido, la soprano Yolanda Auyanet insiste en la importancia de recuperar el teatro, la actividad cultural y el directo. “Nada de lo virtual o de lo grabado puede acercarse a la emoción, a las sensaciones que da in espectáculo en vivo. Quien prueba esas sensaciones ya no puede conformarse con otra cosa. Lo importante es hacer que más y más gente se acerque al espectáculo en vivo”, añade esta apasionada mujer que ha hecho carrera en Milán. donde también la adoran.

Ella, sin embargo, no se olvida de su Gran Canaria natal y cuando se le pregunta si para una artista nacida en un recóndito archipiélago atlántico es difícil triunfar en el belcanto dice que se logra “con mucho tesón, muchísimo sacrificio, trabajando muy duro, con la ayuda de las personas que siempre han creído en mí y con el apoyo de mi familia, sin el cual no habría podido hacer”. Además, la soprano añade con cariño: “tengo que decir que los canariones aportaron su granito de arena en mi formación en forma de becas del Cabildo, y eso no lo olvido”.

Auyanet y Spyres. Javier del Real

En la propuesta de esta Norma para la temporada, que se representa entre el 3 y el 19 de marzo, destaca asimismo la escenografía de Charles Edwards, que reproduce la estructura de un teatro en decadencia, y el vestuario de Sue Willmington, quien dibuja una imaginativa indumentaria para druidas y romanos, muy al gusto de la época, alternándose con figurines decimonónicos para la vida “real”. Nicolas Fischtel, responsable de la iluminación, evoca las candilejas de los escenarios de otros tiempos, cuya cálida luz contribuye al juego onírico en el que conviven ambas realidades mientras que el maestro Marco Armiliato regresa al foso del Teatro Real para ponerse al frente del Coro y la Orquesta Titulares.

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