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‘A veces el amor’, un rodaje de 20 años

El cineasta José Víctor Fuentes, director del Festivalito de La Palma, estrena su primera película oficial, concebida como una autoficción alrededor de su familia

Una secuencia de ‘A veces el amor’, dirigida, escrita y protagonizada por José Víctor Fuentes. | | LP/DLP

El relato de una vida se asemeja mucho a un experimento narrativo que se escribe sin ensayo ni guion, pero José Víctor Fuentes, cineasta canario y fundador-director del Festivalito de La Palma, ha filmado la película de su vida bajo su propia dirección durante casi 20 años. La crisis de los 40, los conflictos de pareja, la presión laboral y la paternidad dinamitaron un argumento vital que el cineasta reconstruye, con secuencias grabadas desde la mitad de su vida y escenas ficcionadas, en un montaje final que conforma su primer largometraje oficial, A veces el amor.

“La película es un ejercicio de autoficción y falso documental con una parte de diario fílmico, pero no es una autobiografía, porque el protagonista no soy exactamente yo, aunque se me parece bastante”, apunta Fuentes. Y es que, en sus primeras secuencias, la película incorpora numerosas imágenes reales, con texturas de Súper 8, de episodios cotidianos grabados junto a su pareja, la fotógrafa Virginia Park, y su hijo en común, Hansol Fuentes Park. Pero en el desarrollo del metraje, se prestan a un juego ficcional que anuda el conflicto y las tensiones de la trama, con resonancias del ejercicio fílmico de Richard Linklater, Boyhood (2014), rodado a lo largo de 14 años.

“La idea de A veces el amor surgió hace cuatro o cinco años, aunque llevaba 20 años preparándola sin saberlo, porque como cineasta siempre he grabado cosas de mi vida y de mi entorno intuyendo que quizás podrían servir como material creativo” señala. “Y su tema central es la montaña rusa del amor, a partir de la idea de que el amor nace, crece, se reproduce y muere. ¿Pero qué pasa después?”, plantea el cineasta, que sitúa en esta inflexión el punto de partida de un viaje iniciático al centro de su propia existencia a través de una cámara que le mira de frente.

“Como cineasta, siempre digo que a veces hay que contar una mentira para llegar a la verdad”, afirma. “Por eso defiendo esta película como una ficción, porque es la historia de un director de cine, donde juego mucho con el lenguaje cinematográfico y sus posibilidades, y porque también cuenta la historia de quien la ve”.

Una imagen de Fuentes ante el espejo y la cámara. | | LP/DLP

Una imagen con las manos entrelazadas de José Víctor, Virginia y Hansol. | | LP/DLP

En esta línea, Fuentes acredita que el guion de A veces el amor se fraguó a partir de una colaboración entre los tres personajes, con la intervención del azar en las distintas ficciones abiertas a la improvisación -y con una breve participación del actor Luifer Rodríguez-. En concreto, las escenas nuevas se filmaron a lo largo de los dos últimos años como un viaje familiar compartido, donde se entrecruzan búsquedas reales y giros inventados.

Desde entonces, el proyecto de A veces el amor se ha alzado con el primer premio de Pitching Internacional de MiradasDoc en 2018 y el premio de asesoría otorgado por el Instituto de Formación e Investigación Cinematográfica (IFIC) ese mismo año y, con los apoyos del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y Televisión Canaria, la película se filmó entre Las Palmas de Gran Canaria, La Palma, Corea, Chile, México y Nueva York.

Estreno

Después de su estreno absoluto el pasado marzo en el citado certamen documental de Tenerife, el largometraje competirá en el apartado Canarias Cinema del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria el próximo abril. “La película es bastante heavy a nivel emocional y el público sale, por lo general, impactado, porque no se esperan los cambios de registro que se dan a lo largo de la película en torno a los miedos y las pesadillas del protagonista”, revela Fuentes, que ya ha cerrado un contrato de exhibición con Televisión Canaria y, además, se encuentra en conversaciones con Movistar+.

En cuanto al interés que suscita este experimento fílmico, el cineasta destaca que “una de las fortalezas de la película, que ni siquiera se me ocurrió cuando la rodaba, es que está narrada todo el tiempo bajo mi punto de vista como sujeto masculino. Y esa subjetividad en la que un hombre mira a la cámara y habla abiertamente de sus sentimientos no es, por desgracia, muy usual en el cine”.

Sin embargo, para Fuentes, el sustrato fundamental de A veces el amor radica en las preguntas. “Esta película es un ensayo sobre el amor; un intento de responder a qué carajo es el amor y cuestionar los clichés egoístas que nos han enseñado en torno al amor romántico”, señala. “En la película digo que mi mujer y mi hijo no me cambiaron la vida, sino que me la destrozaron, y ya no queda nada de esa vida anterior. Y hoy te aseguro que realmente soy un tipo afortunado, porque gracias a ellos tengo una vida más plena, llena de amor de verdad”, concluye.

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