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En defensa de la sala oscura

Los cineastas Fernando Trueba y Santiago Segura vaticinan la resistencia de la pantalla grande cuando la tormenta amaine

En defensa de la sala oscura | LP/DLP

Si la industria del cine se enfrentaba desde hace años a un cambio de paradigma marcado por los nuevos modelos y hábitos de visionado, la crisis de la pandemia ha propinado su golpe fatal con el fundido a negro de la pantalla grande. Pero a pesar del cierre de las salas, la caída en picado de la taquilla global, los aplazamientos o cancelaciones de rodajes y festivales, con sus consiguientes pérdidas masivas, la historia del cine sigue escribiéndose sin visos de acercarse a los créditos finales.

La incertidumbre que reina en torno a sus posibles direcciones de guion es la columna vertebral de las I Jornadas sobre el Oficio Cinematográfico, promovidas por la productora de eventos y contenidos 18 Chulos, que acoge el 20º Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria con nombres en primera línea de la industria cinematográfica española: Fernando y David Trueba, Javier Cámara, Maribel Verdú, Santiago Segura y Antonio de la Torre, con El Gran Wyoming como conductor de las mesas de debate en torno la reinvención del sector en pleno temporal.

En defensa de la sala oscura

En esta nómina, Fernando Trueba y Santiago Segura enfilan el 2021 con dos de los estrenos más esperados en la hora más oscura del cine español: El olvido que seremos, adaptación de Trueba de la bellísima novela homónima de Héctor Abad Faciolince protagonizada por Javier Cámara y Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana, conquista los cines el 7 de mayo; y ¡A todo tren!: destino Asturias, dirigida y protagonizada por Segura, ve la luz el próximo 9 de julio, también en salas. Y es que, pese a la consolidación de las plataformas de streaming, quizás haya motivos para la esperanza: Toluna, compañía especializada en investigación online, publicó un estudio a comienzos de mes a partir de una encuesta masiva en España que revelaba que “un 76% de los encuestados volverá a las salas de cine tras la pandemia”, esto es, tres de cada cuatro espectadores.

Incomparable

“No soy ni adivino ni sociólogo, pero sí puedo contar lo que yo deseo: me gustaría que los cines se abriesen y se llenasen de gente, y que todas las dificultades que ha habido de acceso a la cultura en esta época tan difícil se convirtieran de repente en una gran afluencia de público a todos los eventos culturales”, expresa Fernando Trueba.

“Por una parte, aunque se haya dado un cambio de hábitos, creo que la gente que se ha acostumbrado a ver cine en televisión ya se había acostumbrado antes a otra forma de ver cine”, continúa, y añade que “esas mismas plataformas necesitan al cine; que hagamos esas películas y series para verlas”. “Pero yo creo que los amantes del cine volverán a las salas, igual que la gente que sigue yendo a los teatros. Y yo deseo que eso suceda y que puedan ver las películas en pantalla grande, que es como hay que verlas, porque creo que es incomparablemente más hermoso”, concluye.

Por su parte, Santiago Segura, inmerso en el montaje de su nueva película, confía en la capacidad de resistencia de las salas de cine. “Se transformarán, cambiarán, pero siempre existirán”, afirma, toda vez que confiere esta cualidad resiliente al conjunto del sector. “Desde que tengo uso de razón he oído hablar de la crisis del cine español”, afirma. “Y aún así, yo he logrado vivir de esto y seguir aquí, habiendo empezado en el siglo XX, así que será que tenemos la mala salud de hierro”.

En defensa de la sala oscura

No obstante, Segura adelanta que no planea detenerse en esta cuestión durante las jornadas en Las Palmas de Gran Canaria. “Desde luego, si debatimos sobre la incertidumbre que reina en el oficio cinematográfico, no va a ser por mí: yo voy con la intención de hacer pasar un rato agradable a los asistentes hablándoles de mi oficio, con el menor drama posible”, advierte. “Cuando hay tanta precariedad en todo y el desastre económico es de tal magnitud, me cuesta centrarme en lo mío, porque el coronavirus ha puesto de manifiesto la fragilidad del mundo en general y todos los sectores van a necesitar apoyo. Eso sí, cuando esto pase, le insistiría a nuestros gobernantes para que se fijasen en el modelo francés”, añade.

Con todo, al igual que Trueba, coincide en que esta compleja tesitura redobla su afán por seguir haciendo cine, “contra viento y pandemia”. “Mi próxima película está hecha así, con el mayor entusiasmo y todas las ganas, más la urgencia y el ánimo de dotar a los cines de producto, y a la gente de entretenimiento y diversión”, apunta, con un último llamamiento a la ciudadanía a apoyar la cultura, al igual que hizo el mundo entero durante la cuarentena, “ya no solo como ocio, sino como terapia”.

En la imagen superior, de izquierda a derecha, los cineastas David y Fernando Trueba, en una imagen reciente durante su asistencia al Evolution Film Festival (EMIFF), donde el último recibió el premio de Honor del EMIFF en reconocimiento a su trayectoria profesional en el cine y en la televisión. Junto a estas líneas, el cineasta y actor Santiago Segura. |

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